En estos días de una lluviosa y destemplada primavera las musas están indolentes, desaparecidas o se las lleva el viento. Por eso, ante el reto propuesto por mis compañeros del Globosonda y la ausencia de ideas, se me ocurrió solicitar ayuda a mi amiga Irene.
Esperan en la noche. Las antorchas llamean su impaciencia bajo un cielo de amatista y de cinabrio. De lo bravío de la sierra descienden aromas de romero, de jara y de cantueso mientras el canto del autillo remonta desde los taludes del río con la cadencia de lo que no conoce la premura.
Unos ojos de lluvia es el poemario con que la escritora manzanareña Juana Pinés Maeso obtuvo el XLV Premio de Poesía 2015 “Pastora Marcela”. Publicada por el ayuntamiento de Campo de Criptana en 2016 e ilustrada por Alba Baeza Pinés, esta obra de diecinueve poemas sin nombre comienza con unos versos que admiten e incluso ruegan la mentira como prevención del desamor: “…miénteme, miénteme, dime tan sólo / que para ti yo soy el sol de junio / que empieza a sazonarte los frutales…”. Es el amor ciego, quizá obsesivo, el amor dependiente, crédulo, adicto a naturalizar el fingimiento y la falsedad de la persona amada con tal de no perderla. Como perdida estaba una carta manuscrita y sin fecha que la autora encuentra entre el silencio de las páginas de un libro. Es una hoja descolorida por el tiempo, una historia que Juana Pinés expresa en un poema narrativo envuelto en una delicada atmósfera de añoranza, memoria y sentimiento: “Era una simple carta / como una mariposa disecada, / ... cuyos trazos tenían / color de hierba muerta”.
Esta mañana, he tenido la suerte, de formar parte de un acto conmemorativo del día internacional de la mujer, entre alumn@s del I.E.S Francisco Nieva y siete usuarias del centro de rehabilitación para personas con enfermedad mental.
A finales del siglo XIX y principios del XX, miles de mujeres trabajaban en el sector textil en condiciones infrahumanas. Dieciséis horas de trabajo era una de esas características laborales.
Me dirijo a través de este medio para manifestar mi profundo malestar y preocupación por la grave situación que afecta actualmente a los pacientes pediátricos de nuestra localidad, especialmente aquellos que requieren atención cardiológica. La situación que se está viviendo en el Hospital de Valdepeñas es insostenible, especialmente para aquellos niños que necesitan atención cardiológica. Una especialidad vital para garantizar su salud y bienestar.
Suelo ser cuidadoso con los libros y, por eso, procuro no arrugar las páginas, no escribir sobre ellos, ni marcar palabras u oraciones. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, en algunos ejemplares que van a formar parte de mi pequeña biblioteca, me he animado a subrayar vocablos que me resultan extraños y frases que, sin llegar a ser lapidarias, me invitan a la reflexión.
Vamos a empezar hablando de la asistencia sanitaria de la que todos y todas los y las ciudadanos y ciudadanas tenemos derecho, según el artículo 43,1 y 2 de la Constitución Española, reconoce “el derecho a la protección de la salud y establece que compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones de servicios necesarios”. Fin del artículo.
“Manantial” es el último poemario de la escritora y filóloga Isabel Villalta (Membrilla, 1951) Editado en 2024 por la Biblioteca de Autores Manchegos (Diputación Provincial de Ciudad Real) en su colección literaria “Ojo de Pez”, está prologado por Concha García, escritora y también licenciada en Filología Hispánica.
Tres negociadores estadounidenses, dos representantes de exteriores rusos y en medio, dos miembros del gobierno de Arabia Saudí, se reunieron para hablar de la invasión de Rusia a Ucrania, para dilucidar como se puede resolver el conflicto, pero hay de mí que veo la fotografía y no encuentro por ninguna parte, a ningún representante de Zelenski. No estaba invitado.
tras “Cipreses en el camino”, “Vuelos de frontera” es la nueva novela de la escritora valdepeñera Manuela Navarro López. Publicada por la editorial Círculo Rojo en enero de 2025 y presentada en el Centro Cultural “La Confianza” de Valdepeñas el 21 de febrero, encontramos en esta obra dos voces narrativas en primera persona que se encuentran separadas por un lapso de treinta y cinco años. La ficción se ubica en la región histórica de Alsacia —con su capital Estrasburgo— y en Bergerac, ciudad del departamento de Dordoña, al suroeste de Francia. Una de las dos voces —la de Madeleine, enfermera dotada de la virtud de la paciencia— narra la primera parte de esta historia, desde los inicios de la Segunda Guerra Mundial y la ocupación de Francia por los nazis hasta 1948, tres años después de finalizado el conflicto. La segunda voz narrativa —la de Emma, escritora y dueña de una librería en Estrasburgo— narra las consecuencias derivadas de la historia anterior, pero ya en esta ciudad y a principios de los años ochenta del siglo pasado.
Hace bastante tiempo que no pasaba por aquí y ya lo echaba de menos. La enfermedad mental, vista socialmente mal por algunos miembros, anula la responsabilidad de cumplimiento de algunas actividades de la vida diaria, por no decir, además, de las dificultades que conlleva el tener un estigma social anclado a nuestra frente.
Quién no ha tarareado alguna vez en una celebración, en una velada, en un evento o en cualquier sarao "Algo se muere en el alma cuando un amigo se va... y va dejando una huella que no se puede borrar... El amigo que se va es como un pozo sin fondo que no se puede llenar"; deslavazados estribillos de las "Sevillanas del adiós" que utilizan el ritmo alegre de este palo flamenco para expresar un sentimiento de tristeza, una rara combinación que se asemeja a un oxímoron por contrapuestas.
Pasan los años y las generaciones, y el problema principal de los españoles, sigue siendo la vivienda, como consecuencia de los elevados precios, tanto para comprar o alquilar, generando inseguridad residencial, siendo cada vez más inasequible para la mayoría social.
La excusa que mantiene nuestro alcalde para la retirada del punto de presupuestos en el último pleno es tan absurda que hay que sostenerla a base de mentiras.