Esta mañana, he tenido la suerte, de formar parte de un acto conmemorativo del día internacional de la mujer, entre alumn@s del I.E.S Francisco Nieva y siete usuarias del centro de rehabilitación para personas con enfermedad mental.
Primero de todo, nos hemos presentado dentro de un círculo creado para ello, diciendo nuestros nombres y con qué tipo de calzado nos identificamos. Ha sido muy creativo. A continuación, en grupos de tres o cuatro chavales, estudiantes de primero de bachillerato y una usuaria, hemos ido contando nuestras vivencias personales con respecto a la enfermedad mental que nos identifica como tales.
Han mostrado bastante interés en conocer qué es una enfermedad mental y cómo se convive con ella. A mí, particularmente, me ha costado un poco de esfuerzo en rememorar situaciones difíciles en mi vida, que ha conllevado a tener un diagnóstico, que nadie quiere y darlas a conocer ante ese grupo con cara de interés y curiosidad es complicado.
Muchos de ellos desconocían todo lo relacionado con salud mental, su significado. No obstante, cualquier duda, después de explicarlo, lo hacían saber. Han prestado mucho interés y son una esponja que absorbe todo tipo de conceptos.
Lo que más querían saber es cómo surgió la enfermedad. De donde nació, por qué en ese momento de mi vida. Y, sobre todo, qué pienso y como me siento con ese diagnóstico. Es difícil, la verdad, aceptar la enfermedad. Pasé por las cinco etapas del duelo, y, todavía, estoy asumiendo, la quinta que es la aceptación. Fue una noticia impactante. Pero sabía que algo no iba bien. Emocional y psicológicamente, no era la que yo era anteriormente, y, después de un tiempo, es cuando pedí ayuda. No antes. Porque siempre he resuelto mis problemas yo sola y me cuesta mucho trabajo pedir esa ayuda y, fue entonces, cuando ya me vi tan mal, que dije hasta aquí. Yo sola no puedo. Y, por eso, les he incidido mucho, en expresar, a familiares, amigos, confidentes, etc, que comuniquen el proceso por lo que están pasando, lo exterioricen. Y, pidan ayuda, no solo por el tema de salud mental, sino por todo lo que puedan vivir y les afecte emocionalmente.
Han estado interesad@s también en cómo me siento, y, en cómo es mi vida. Qué sueños, proyectos, tengo para el futuro, y como vivo los momentos actuales. Se los he comentado. No se puede ser feliz plenamente. Disfrutar de cada momento del día, por pequeño que sea, como escuchar una canción favorita, ver la puesta de sol, leer un poema, etc, lo que más les guste, y llene, es lo que tienen que valorar.
Y, por supuesto, nada de consumo de alcohol y otras drogas psicoactivas. Aprender a decir que no, por mucho que insistan. Eso los puede llevar a una enfermedad mental, por eso, tan importante son las compañías, la gente de alrededor, tanto de amigos como de familia. Ojalá, todos ellos y ellas estén rodeados de un entorno estable que les garantice un buen futuro. Y, para acabar, aunque esto que está escrito es muy escueto, tengan un par de números de teléfono, disponibles, para ante cualquier situación complicada, puedan contar con ayuda externa y no sentirse solos. Hablar de lo que te sucede es fundamental para conseguir ser feliz.