Me pongo a escribir este artículo en plena jornada electoral. ¿Qué va a pasar? No lo sabemos. Pero sí quiero dejar muy claro, para ser coherente con mi propia línea editorial, que en esta ocasión, y sin que sirva de precedente, me da igual que gane Sánchez o que gane Feijóo. Todo parece indicar, si no se produce ningún vuelco, que el resultado va a ser muy ajustado. Y digo que me da igual porque no estamos dilucidando la política nacional. Lo que ahora me importa es que Europa siga con el mismo y más fuerte espíritu para lo que se fundó.
El Partido Popular está eufórico por un descubrimiento, que “deja insignificante al descubrimiento de las Américas”. Han llegado a tal euforia que han organizado el espectáculo de una rueda de prensa de su secretaria general Cuca Gamarra en la mesa de las grandes declaraciones en el Congreso de los Diputados. Allí han anunciado que, hoy sabemos que “Pedro Sánchez mintió a los españoles”. Hace mes y medio que el presidente del Gobierno ya sabía que su mujer era “investigada” y lo ocultó a los españoles. “Es lo más grave”, dice Gamarra, ocurrido en democracia.
En estos días de primavera estoy terminando de leer la novela de Fernando Marías titulada "Arde este libro". No supe de la noticia de su muerte en el 2022, ni tampoco que fue una de sus últimas obras. Pero por el tema que trata, intuí que podía contener muchos elementos autobiográficos. Más tarde confirmé mis sospechas pues, a través de sus páginas, nos cuenta sobre la muerte de la que fue su pareja durante más de tres décadas y las adicciones al alcohol de ambos en aquellos años bohemios de la Movida.
No se trata de una falsa alarma, como dice el cuento. No. Es una realidad. El lobo ha venido; está entre nosotros dispuesto a devorar todo lo que pille por delante. Con la careta de Trump o Milei, o de otros, bastantes; más de lo deseable. Ha venido a devolvernos a tiempos que creímos ya superados. Ha venido, como siempre, a imponer una ideología exclusivista: “O la compartes o eres malo” Una ideología que habla de negar el progreso, de negar la convivencia, de negar el diálogo. Y avanza con el estandarte del supremacismo y la estrategia del populismo.
En estos días la prensa está informando de la publicación del sexto poemario, séptimo si tenemos en cuenta su prosa poética, del polifacético autor y trabajador incansable Juan José Guardia Polaino. Su último libro publicado del que les quiero hablar hoy, lleva por título Los exilios de la sangre y lo ha publicado la editorial C&G con un excelente prólogo de P. Antonio Glez Moreno.
No hay mejor referéndum para Cataluña que el resultado extraído de las urnas. Las urnas han hablado, y han dicho, nada más y nada menos, que el “procés” ha llegado a su fin, que ha fracasado, que era una equivocación. Y han dicho que las políticas de acercamiento, de tender puentes, de buscar la convivencia, son más eficaces que las políticas del frentismo y la crispación. Por primera vez, desde la Transición, la visión del separatismo no tiene mayoría. La suma de votos de los partidos nacionalistas y secesionistas ha quedado lejos de la mayoría.
Los exilios de la sangre es el título del último poemario de Juan José Guardia Polaino. Publicado por Ediciones C&C y prologado magistralmente por el profesor y escritor Pedro Antonio González Moreno, su lectura es un peregrinaje por lugares a menudo desconocidos, siempre en busca de la justicia y de la luz.
Consultado el diccionario de la Real Academia Española, la palabra farsante significa “Que finge lo que no es o lo que no siente”. Por tanto, no le encuentro relación alguna con la actitud del presidente del Gobierno de apartarse de su quehacer político durante cinco días para reflexionar sobre la presión que está sufriendo. ¿Que se puede criticar la decisión? Claro que sí. Pero exponiendo las razones; no con el insulto de “farsante”; porque se corre el riesgo de que te pregunten: ¿Fue un farsante el que engañó a la ciudadanía diciendo que el 11-M era obra de ETA? o ¿que en Irak había armas de destrucción masiva?
Hace pocos días hemos tenido el placer de asistir a la publicación de El lenguaje del número, el último poemario del polifacético Juan Pedro Carrasco. El valdepeñero, profesor de lengua y literatura, que además de poeta es dramaturgo y novelista, está afincado en Getafe, aunque sigue muy vinculado a su Valdepeñas natal. De hecho, frecuenta con asiduidad la ciudad del vino donde atesora numerosos amigos y familiares, entre los que tengo el placer de encontrarme.
Pedro Sánchez se planteó encerrarse cinco días para reflexionar, y al final anuncia que su decisión es seguir al frente del Gobierno. Es un hecho del suficiente alcance como para que se hubiere abierto un debate, y que cada uno se posicione con un mínimo de sensata libertad. Pero no. No ha sido así. Un “medio de comunicación” escribe: “URGENTE. Pedro Sánchez coge el Falcon para irse de vacaciones a Doñana (Huelva), tras ANUNCIAR que sigue en la Moncloa” Un bulo lanzado por un seudo medio de comunicación es grave; pero más aún lo es que líderes políticos se hagan eco de la falsa noticia.
El abuelo era un hombre alto y corpulento, se suponía que era fuerte, aunque él nunca presumía de ello. Muchas veces le observaba cómo, con destreza, colgaba los sacos de patatas en el gancho de la romana que tenía colgada en el porche del patio.
La semana pasada Pedro Sánchez decidió tomarse unos días para replantearse su futuro. Sin embargo, no es el único líder socialista que debería abrir un paréntesis para reflexionar. Convendría que el alcalde de Valdepeñas, Jesús Martín, siguiera el ejemplo del jefe de su partido. No tanto para una improbable reformulación de su futuro político y el del pueblo, como para hacer examen de conciencia. Porque resulta paradójico que un alcalde del PSOE siga siendo, aquí, en Valdepeñas, el principal exponente de las tácticas del bulo y la mentira que, ahora mismo, tienen en jaque a su propio partido y a la nación. Pedro Sánchez está harto. Los valdepeñeros y valdepeñeras también. Sr. Martín ha llegado el momento de dejar de inventar historias sin fundamentos, ni pruebas. Ha llegado el momento de dejar de mentir sobre pactos inexistentes y pinzas imposibles.
Algo se mueve en el País Vasco. Estaba oyendo decir al Sr. Feijóo que el Partido Socialista es una máquina de votos para Bildu. Me quedé pensando. No. No es cierto. Es solo una expresión, que revela la inercia del presidente del Partido Popular, de levantarse como todos los días, y pensar de qué manera le puede hacer más daño a Pedro Sánchez. No hay más. Un mensaje absolutamente vacío. Pero hay algo que puede conducir a llevarnos hacia la realidad de lo que está pasando. Sí. La clave está en el resultado de Bildu. Se ha colocado en el pelotón de cabeza con mucha fuerza.
Reconozco que este curso el club de lectura me está resultando un poco monótono. Le busco un motivo concreto para utilizar este calificativo, aunque no sabría determinarlo. Quizás sea porque los libros elegidos no terminan de gustarme, o tal vez mi estado de ánimo no me invita a poner el empeño suficiente en estas lecturas comunitarias recomendadas.
Las palabras de Otxandiano, candidato de Bildu, han dado mucho que hablar. Todo parece indicar que algunos se pasan el día con el periscopio alzado para ver el fallo en que pueden pillar al adversario. Es la política del enfrentamiento, es la política de la crispación, es la política falta de propuestas. Aquí te pillo, aquí te mato. Bildu, además de ser un partido político es un fenómeno sociológico que define muy bien el cambio que ha experimentado el País Vasco en los últimos años. Ya estará alguno pensando: este defiende a los herederos de ETA. Pues no. Trato de posicionarme con libertad, honestidad y sosiego.