miércoles, 30 de abril de 2025, 17:33

Alcanzar la Luna

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L-EMV


Sin soñar, el mundo no hubiera alcanzado los grandes logros; porque el mundo es progreso. El mundo progresa por muchos palos que pongan en las ruedas los mal llamados conservadores; que no son conservadores. Ser conservador es bueno. Son obstruccionistas. El progreso y la utopía vencen siempre. Sin la ilusión de avanzar, el hombre no hubiese llegado a la Luna; yo no podría hablar con mi nieta en París; no tendríamos los antibióticos; no le hubiésemos ganado la batalla al coronavirus. Montesquieu se murió sin saber que su ilusionante teoría iba a constituir la base de organización de las sociedades más avanzadas.


Sí. Progreso, utopía, ilusión y adelante. Poniendo en el camino una pizca de empeño, valiente, inteligente y honesto. Quizá el reto más doloroso, que hoy sufra la humanidad sea el tema de la inmigración. No es un fenómeno nuevo. Existía ya en la prehistoria; en tiempos de los judíos, de los visigodos, de los árabes; la emigración más próxima la hemos sufrido en España, buscando una vida mejor, o huyendo de la persecución. Siempre igual: huir de la miseria y de las persecuciones.


No hace falta pues ser ningún superdotado, para entender que si los movimientos migratorios tienen su origen en la miseria y en las luchas fratricidas, la solución no está en poner puertas al campo. Esa solución revela, ignorancia envuelta en un velo de mala fe, que trata de utilizar el problema como arma arrojadiza para desacreditar al adversario. Es inadmisible que algo tan doloroso, que afecta a la esencia de los derechos humanos, sea utilizado en el terreno de juego como una zancadilla.


Sí. No le den más vueltas. Lo demás es marear la perdiz para dañar al adversario político. El problema, admitiendo que va a resultar difícil y complicado, está donde está el origen. Hay que ir allí, donde está la miseria y la persecución, a negociar fórmulas que mejoren la vida de esos seres humanos. Seres humanos que no vienen a delinquir; vienen a convivir donde los necesitemos y donde puedan disfrutar de una vida mejor. Ellos necesitan España, y España los necesita a ellos. No entender esto, además de inhumano, es un error de futuro. Trabajar por la convivencia, sin ningún tipo de discriminación, es la única vía. ¿Alcanzaremos esa Luna algún día? Seguro que sí. Aunque algunos no la veamos.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com