miércoles, 30 de abril de 2025, 17:35

Relato corto

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Me propongo escribir un relato corto para presentarlo al concurso: “Mis lectores”. Ellos me concederán el premio o lo tirarán a la papelera. Me conformaría con un accésit: <En un centro de Educación Secundaria, -uno de los más de 5000 centros que hay en España, D. Pedro estudiaba los expedientes de los alumnos de 2º A, de la ESO, que le habían asignado, como tutor, para el curso que empezaba. Le llamó la atención de forma muy especial la presencia de un alumno, creo que se llamaba algo así como Puig. El nombre es lo de menos.


Este alumno por notas, por comportamiento, por los informes del Equipo Orientador, presentaba unas características muy peculiares: Tenía muy malas notas, faltaba mucho a clase, pertenecía a una familia desestructurada, era, además líder de un grupo de alumnos, a los que removía con gran facilidad; los informes denotaban serias dificultades. Una buena pieza. Un problemón para D. Pedro. Pero había que hacerle frente, y para ello estudiaba las diferentes opciones, diferentes planes.


Podía no prestar mucha atención para que pasara desapercibido. Se corría el riesgo de que se quisiera hacer notar, porque este tipo de alumnos necesitan protagonismo. Podría empeorar la situación. Otra opción sería poner en marcha un plan de castigos ejemplares; dudó mucho que eso fuera eficaz. Solo quedaba la opción, difícil, valiente y arriesgada de intentar integrarlo en la clase, como un alumno más. Porque en las más de las veces este tipo de alumnos están desintegrados y cuando ven que alguien trata de poner en valor sus cualidades, les resulta gratificante.


“A ver, tú; que tienes cara de formal”. -Provoca la risa, mal disimulada del resto de la clase, con la creencia de que el profesor no lo conocía-. “Cuando llegues al Instituto pásate por conserjería y pide un parte de asistencia; anotas a lo largo de la mañana las faltas y lo entregas en la Jefatura de Estudios”. Se trata de ayudar a que el propio alumno experimente la extraña sensación de ser respetado. La técnica que defendía Manuel Azaña de “Paz, Piedad y Perdón”. Por descontado que parte del claustro de profesores criticarían a D. Pedro porque lo entenderían como injusto y humillante. Pero ¿cuáles fueron los resultados?> ¡Ah, perdón! Se me había olvidado. Otro día hablaré de la amnistía a Puigdemont, y de sus fundamentos morales.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com