miércoles, 30 de abril de 2025, 21:18

Le llaman sanchismo

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Pedro sanchez este sabado en un mitin en valencia.r d.2007 2288

Kai Foersterling/EFE



El “Sanchismo”, lo que la derecha llama en tono despectivo sanchismo, representa una posición para lograr que “una mayoría de la ciudadanía” mejore en derechos, en avances sociales, en igualdad, en bienestar social. Posicionarse en contra, resulta tremendamente difícil. Les obliga a mentir, a minimizarlo; incluso tienen el atrevimiento de sembrar odio, de meter miedo diciendo que vienen los malos, los rojos comunistas, los amigos de los terroristas, los que quien romper España.


Miedo y odio al diferente. Defender a una minoría de privilegiados no encaja con la democracia, porque, sencillamente no ganarían nunca. Para suplirlo, a los valores puramente crematísticos tienen que añadir otros de calado ideológico, además de incontables falsedades. Y de ahí que aparezca el populismo, el engaño. Es un factor ideológico intolerable, pero imprescindible, -para ellos-. Se impone ampliar el campo electoral. A los que se sienten propietarios del poder y del dinero, tienen que añadir a los que se sienten dueños de la patria, de sus símbolos, de su religión, de sus creencias, de sus costumbres. Todo les pertenece, hasta la verdad es suya. Siembran pánico a “que otra gente” les coma terreno.


Por mantener el privilegio económico e ideológico son capaces de manipular todo, tanto datos como conceptos. Son capaces de negar los avances económicos, sociales y laborales de España; están siendo capaces de negar el papel preponderante que está tomando España en el concierto Europeo. Pero también de manipular el mundo de las ideas. Detrás del concepto conservador esconden la realidad de haberse convertido en reaccionarios; de haber introducido en el debate el negacionismo absoluto de todo lo que suponga avanzar.


Y lo peor de todo esto es que han creado un ambiente propicio a la polarización de la sociedad. Grupos de personas, en la familia, en la calle, en el bar, en reuniones, que legítimamente son conservadores o progresistas, que con todo el derecho los hay de izquierdas y de derechas, se está prodigando el dicho de que es mejor no hablar de política. “Hablar de política es un peligro para la normal convivencia”. La derecha política y mediática están contribuyendo a crear este ambiente insoportable. Se ha trasladado la guerra partidista a una sociedad que no se merece vivir enfrentada. Es el ambiente enrarecido que siembran determinadas “tertulias”.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com