Conmigo o contra mí
Lo que necesita la política en estos momentos son ideas, son propuestas, son soluciones. Tiene que destacar por encima de todo quien propone y quien crispa. El líder, o los líderes, el partido o los partidos, que se den a conocer por sus propuestas, por sus fórmulas de hacer política, por sus actitudes democráticas, por los valores de libertad, tolerancia y convivencia, estoy convencido que triunfarán. Aunque ya alguno me ha dicho iluso; me han llegado a decir personas dedicadas a la política que así no se ganan votos. Yo iluso, creo que sí.
La sociedad quiere ver soluciones a sus problemas, o en todo caso explicaciones, hay que inocular tranquilidad y esperanza. Ese ambiente en el que se ha sumergido el mundo de la política es debido a que se han priorizado otros intereses que no son los intereses de los ciudadanos; y una política que no pone en primerísimo lugar los intereses de los ciudadanos, va por muy mal camino y, así, terminará mal. Como estamos viendo en que lo que acaba. Inmersos en un ambiente insoportable.
Hubo un tiempo en que fueron capaces de sentarse en la misma mesa Suárez, González, Fraga y Carrillo, entre otros. Con trayectorias e intereses muy dispares, pero con un único objetico: “implantar la democracia”. Cada uno puso sus puntos encima de la mesa y con solo aquellos que les eran comunes lograron su objetivo. Los demás quedaron aparcados, renunciaron a muchas cosas. Aquello duró poco. Solo duró, afortunadamente, hasta meter a España en la corriente democratizadora que se vivía en Occidente.
Duró hasta 1993, año en que se introdujo en España el mensaje de “o estás conmigo, o estás contra mí”. Mensaje demoledor que tiró por tierra el espíritu de concordia, el espíritu de libertad y tolerancia; tiró por tierra la convivencia en paz. Senda que nos ha conducido a una situación que a veces se hace insoportable. Acusaciones del calibre de: “gobiernos ilegítimos, gobiernos frankenstein, gobiernos que pactan con terroristas, gobiernos rehenes de independentistas, gobiernos que quieren romper España”. Todo gira en torno al “Váyase”. Y eso se traslada a la calle: “si es que son una gentuza”.
Julio García-Casarrubios Sainz
