viernes, 29 de marzo de 2024, 16:51

Algo habrá que hacer

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Contestación: NADA. Ha quedado claro, -lo ha dicho su portavoz-, que el PP no va a hacer nada por regular el precio del alquiler. FALSO. Sí van a hacer: Van a priorizar el interés de los propietarios, al interés de los inquilinos; van a priorizar el derecho a la propiedad privada, al derecho a una vivienda digna; van a priorizar el negocio de los fondos buitres a las necesidades de los ciudadanos; van a priorizar el ladrillo al bienestar social. Hasta no hacer nada, es hacer algo. ¿En favor de quién? ¡Ah! Esa es otra historia. Veremos. Algunos ya lo venimos viendo hace tiempo.


Van a priorizar el no al sí. Decir a todo que no, es hacer algo. Es oponerse a todo; es trabajar para que todo fracase; es desacreditar al adversario; es decir quítate tú que me ponga yo; es destruir en vez de construir. El negacionismo es hacer algo; es una forma de entender la política. Enfrente está el positivismo: hacer algo positivo; hacer algo en contestación a las necesidades de los gobernados; es arreglar un problema evidente que sufren los más vulnerables; es hablar, debatir, y llegar a acuerdos; es trabajar en favor de los que te han votado, y hasta de los que no te han votado; es hacer algo y no esperar a que el tiempo lo desarregle todo.


Crear un bono de 250 euros para que los jóvenes de 18 a 35 años, con ingresos menores de 23.725 euros anuales, puedan alcanzar el alquiler de una vivienda digna, es hacer algo; crear un bono cultural de 400 euros a todos los jóvenes que cumplan los 18 años es hacer algo. No sabemos el resultado; no sabemos si el resultado será el apetecido; no sabemos el nivel del éxito de la medida; no sabemos hasta donde llegará el beneficio que se busca. Pero es hacer algo. ¿Qué objeto tiene negarse?


Negarse a todo es una técnica política que conlleva sus riesgos. Deja al descubierto las prioridades, que a veces no son deseables; hacen perder la credibilidad. “Intervenir en el mercado de la vivienda es propio de países con gobiernos radicales”. Pues deben ser radicales todos los países europeos, porque es lo que viene siendo normal para evitar los alquileres desorbitados. Con mayor o menor éxito, -ese es otro debate-, pero intervienen. “Si hay empleo y sueldo no hay problema de alquiler”. FALSO. Desde la reforma laboral de Fátima Báñez, el empleo precario y los bajos sueldos no garantizan cubrir las necesidades más elementales. Sí, algo habrá que hacer. Al menos hablar, proponer, discutir y consensuar.




Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com