jueves, 25 de abril de 2024, 12:42

Muy peligroso

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Pregunta: ¿Somos demócratas? Para los que creemos en la democracia hay que decir, antes de nada, que lo más grave para un demócrata, es el intento de revertir el orden institucional emanado de las urnas. Con violencia o sin violencia. Y le sigue en gravedad tratar de justificarlo, o, situarlo comparativamente con una manifestación, con una reivindicación. Tanto la justificación, como esa comparativa, son posiciones inadmisibles en democracia. Quien lo ponga en duda, tiene todo su derecho a hacerlo, pero está fuera de la democracia.


Lo que ha ocurrido en el Capitolio de los Estados Unidos es, desde mi opinión, un asalto para cambiar el resultado de unas elecciones. Gravísimo. Respecto a las manifestaciones, se puede estar de acuerdo o no, se puede calificar de oportuna o no, se puede considerar justa o injusta, pero es una manifestación, es una reivindicación. Es más: si la manifestación discurre sin someterse a las normas establecidas, se puede y se debe aplicar la justicia, y en su caso las penas a que hubiera lugar. Pero son manifestaciones. No son un asalto. Es indecente confundirlo.


¿Se podía prever? Sí. Movimientos, como este que acaba de suceder, son de esperar. Algunos sociólogos lo califican de “indicador del estrés político”. Cuando un sector de la sociedad se siente impotente ante la situación económica y social que ciertas políticas le han causado, se va cociendo en el subconsciente colectivo un malestar, que necesita muy poco para explotar. Es como una cerilla en un escape de gas. Donald Trump ha sido la cerilla; otros han llenado la habitación de gas, poco a poco.


Las políticas neoliberales, demasiado extendidas, han ido creando un campo de cultivo excelente para que personajes como Trump pongan la gota que rebose el vaso. Desigualdad y corrupción, por una parte, han alimentado el descontento en la sociedad, para que explote, al canto de sirena de los populismos. Y por otra parte la polarización que algunos se han empeñado en construir, causan mucho daño a la normal convivencia. Llevamos demasiado tiempo en el que sectores políticos y mediáticos, aprovechan cualquier acontecimiento, fuera o dentro de España, para deslegitimar al Gobierno y a las Instituciones. Es muy peligroso. Y termino con otra pregunta: ¿Los demócratas han hecho todo lo posible para evitar estos movimientos? Alguien tiene que poner orden. Es obligación de los “Demócratas”.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com