viernes, 19 de abril de 2024, 22:22

Relaciones en política

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301120 va casado




Estamos viendo como la oposición se empeña en poner a EHBildu en el centro del debate. Da igual que se hable de los presupuestos, de la pandemia, o de la de Educación. El final es siempre el mismo: EHBildu en el candelero. Y para nada bueno; nada constructivo; nada de acercamiento; nada de diálogo; nada de normalidad. Aunque, tampoco podemos meter en el mismo saco a todos aquellos que manifiestan…, que sienten un rechazo hacia los parlamentarios de este grupo.


Aquellos que, bien por razones personales, o por convencimiento ideológico, les cuesta un gran esfuerzo relacionarse normalmente con estos diputados, hay que respetarlos. Es comprensible que piensen así; hasta puedo darles la razón. Es verdad. Tienen una historia a sus espaldas muy difícil de asimilar. Otra cosa bien distinta es la postura de aquellos que utilizan a los parlamentarios de EHBildu, y a sus víctimas, para sustentar su estrategia política. Es muy viejo ya, en España, encontrar a líderes políticos, y por ende, a muchos ciudadanos, que utilicen el tema del terrorismo para atacar a sus adversarios políticos; para hacer política.


Resulta un tanto incoherente, -por ser moderados en el calificativo- ver a líderes acusando al Gobierno de España, poco menos que de haberse vendido a los terroristas, cuando ellos mismos, o compañeros de partido, han pactado muchas veces con los partidos abertzales cuando les ha hecho falta. Y no es criticable. El diálogo, el acercamiento, el pacto, es siempre bueno en política y en cualquier otra faceta de la vida. La inclusión siempre por delante de la exclusión.


Desde posiciones democráticas, debemos tener presente que a los terroristas se les ha tratado con la ley en la mano, como se debe. Jamás nadie les ha hecho concesiones fuera de la legalidad. A todos los capturados, se les ha juzgado y han cumplido sus penas, o las están cumpliendo. Al entorno de ETA se le ha pedido siempre que sustituyan las armas por la palabra. La democracia ha vencido. Han dejado de matar y hacen política con la palabra. No es honesto ni adecuado, ahora considerarlos apestados de la política, y mucho menos tildar de traidores a los que intentan hablar, debatir, y establecer una relación de normalidad. Es lo más eficaz en la relación política, si lo que se busca es propiciar un diálogo constructivo.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com