jueves, 25 de abril de 2024, 05:57

Más munición

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280920 va opinion




Una nueva bola de piedra para colocarla en la catapulta, y lanzarla. Se la ha proporcionado el ministro de Justicia cuando ha declarado en el Congreso de los Diputados que la próxima semana se va a iniciar el procedimiento para tramitar la petición de indultos de los encarcelados por la sentencia del procés.


Ya estamos otra vez con Sánchez que paga el alto precio de romper España por mantenerse en el poder. Nada original. Vamos a ver: Se puede opinar lo que se quiera. Es legítimo, pero sin manipular la verdad. Los indultos están reglamentados; y por tanto se producen con absoluta normalidad. Es una potestad que tiene el Gobierno. Pero no de forma arbitraria. ¿O es que los que han puesto el grito en el cielo piensan que se producen de la misma forma que se producían en épocas pasadas? ¿Lo saben? Entonces es que quieren engañarnos metiendo miedo de que quieren vender España. No. España no se vende por un indulto.


Primero: los indultos se piden. Es requisito indispensable. Y el Gobierno “está obligado” a iniciar su tramitación. El Gobierno lo estudia y solicita al Tribunal Supremo el informe preceptivo y no vinculante. Una vez recibido el informe, el ministro de Justicia decide, tras deliberación del Consejo de Ministros, si procede pasarlo a la firma del Jefe del Estado. Es un proceso que suele durar de 6 y 10 meses. Pero el PP y Vox ya han dicho, antes de iniciarse el proceso, que lo van a recurrir ante los tribunales. ¡Ah! Lo hacen porque ellos sí que “defienden España”.


Por tanto, en cuanto al procedimiento jurídico, ninguna discusión. Solo informar con la verdad por delante. Lo que sí es legítimo es debatir el indulto desde la perspectiva de la intencionalidad política. ¿Ha sido adecuada la forma de anunciarlo? ¿Puede suponer un acercamiento hacia el diálogo? ¿O es mejor el enfrentamiento permanente? ¿Pudiera suponer el hecho de dejar sin argumentos a los independentistas? ¿Hay motivaciones humanitarias o razones estratégicas? ¿Cómo se rompe más España? ¿Favorece la estabilidad y la gobernabilidad? ¿Puede acabar con la lucha entre nacionalismos irresponsables? Ese debe ser el debate, y no el de la gresca y el enfrentamiento continuo, interesado y mal intencionado.



Julio García-Casarrubios Sainz

http://juliocasarrubios.blogspot.com