jueves, 28 de marzo de 2024, 15:24

Homenaje en Navarrés

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No hay nadie como los americanos para construir mitos. Ellos, con sus reseñas en los informativos de todo el mundo publican efemérides, aniversarios y obituarios de sus personajes célebres. Y así, todos los años y en fechas determinadas, actores y actrices, cantantes y famosos son recordados en todo el mundo gracias a una difusión interesada que, además, les genera buenos dividendos.

En la vieja Europa quizás sea Francia el país que, por su chovinismo, se comporta del mismo modo en el reconocimiento a sus hombres ilustres.

Aquí, como siempre, llegamos tarde y mal. De vez en cuando recordamos a determinados personajes por su valía y buen hacer, pero la norma común para la gran mayoría es la desidia y el olvido.

Les contaré el por qué de este comienzo: Uno que tiene sus gustos particulares, sus pequeños retos y sus propias obsesiones; se alegra de poder compartir con algunos semejantes estas supuestas rarezas. En cuestión de música, la mía consiste en la admiración por un cantautor que nos dejó hace ya once años; me refiero a Joan Baptista Humet, ahora un desconocido para la gran mayoría.

Los últimos días de noviembre o primeros de diciembre se viene celebrando en Navarrés (Valencia) su pueblo natal un homenaje desde su fallecimiento en 2008. Este año el evento ha consistido en celebrar el IX Festival de Canciones de Autor. Después, al día siguiente, se realizó un emotivo homenaje en el cementerio donde reposan sus restos y, para finalizar la jornada, se celebró un tributo de los cantautores que admiran la obra de Joan; y lo hicieron cantando diferentes temas de su variada discografía; omito sus nombre porque temo dejarme alguno ya que fueron más de una docena de participantes.

No fueron generosos en asistencia a los actos de homenaje a Humet sus paisanos navarresinos. El tiempo relaja las emociones y, las nuevas modas musicales, arrasan con la memoria reciente; ellos no saben que los grandes siempre vuelven a los orígenes. Como Joan, que a pesar de haber vivido poco tiempo en Navarrés, las vivencias en su pueblo fueron imprescindibles para componer muchas de sus grandes canciones.

En esta ocasión y venciendo mi pereza a conducir, mi santa me animó a superar esta asignatura pendiente, visitar su tumba era algo que rondaba mucho tiempo en mi mente y, esta fecha, era ideal.

Allí nos encontramos con la hospitalidad, la generosidad y el cariño de Paco y Rubén Martínez Climent que son el alma de la asociación Amigos de Humet, desde que falleció su pariente hacen un esfuerzo enorme para que su memoria no quede en el olvido.

Como dice en una letra de sus canciones: "Entre la ermita y el pinar" pasamos unas jornadas rodeados de músicos, muchos de ellos, sin ser muy famosos ni mediáticos, son grandes artistas que consiguieron emocionarnos. Particularmente cuando en la madrugada y, pertrechados de sus inseparables guitarras, nos deleitaron con sus composiciones. En esos momentos me sentí integrado, acogido, me sentí miembro de una tribu solidaria bajo una misma idea, la admiración por Joan Baptista Humet.

Eventos como este te reconcilian con el semejante, además conoces a nuevos amigos y les pones cara a otros que ya lo eran por las redes sociales.

A veces reparamos de las nuevas tecnologías por el abuso de la confidencialidad, pero bien utilizadas son una herramienta más para unir a la gente, y también para compartir aficiones y sumar afectos.

Qué decir del íntimo homenaje en el cementerio, allí nos emocionamos por el momento y por la belleza de las melodías que se cantaron. Un poco tristes si, pero también felices, porque como dice una de sus canciones "Hay que vivir" y el vive en nuestra memoria, además cada año es mayor el número de asistentes a este homenaje venidos de diferentes lugares de nuestra geografía.

Ya lo decía Victor Claudín en la conferencia que abrió el evento, la historia musical de los cantautores debe poner en valor la obra de Humet, debemos rebatir el silencio que existe sobre su excelente discografía. Él nunca estuvo encasillado, fue un intérprete diverso y comprometido siempre con la vida y sus circunstancias, además cuidaba tanto sus letras y era tan rico en musicalidad, que algunos llegaron a integrarlo en el grupo de cantantes melódicos.

Ahora vuelvo otra vez a la rutina diaria, pero después de haber disfrutado de un acontecimiento tan emotivo, no me resigno a este olvido y a esta desgana. Por eso he querido compartirlo escribiendo este texto para los posibles lectores que, por edad, aún recuerden su composición más mediática y comercial, que no la mejor, me refiero a esa Clara, distinta Clara, extraña entre su gente...

Joan Baptista Humet nunca debe ser un extraño para los nuevos cantautores, como no lo es para mis amigos de Navarrés y su asociación; Juan con sus canciones y su recuerdo sigue entre nosotros.


Fdo: Rafael Toledo Díaz