viernes, 1 de agosto de 2025, 20:53

Velasco: "El mensaje es claro: intentar tener la ilusión máxima y ser los más ambiciosos y, por lo que percibo, hay ilusión en el equipo, han venido con ganas de hacerlo bien"

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El Viña Albali Valdepeñas comienza una nueva etapa llena de ilusión, algo que se percibe entre la Marea Azulona y, también, desde dentro, incluyendo directiva y cuerpo técnico y, cómo no, desde los propios jugadores. Se pone en marcha un proyecto nuevo, todo empieza de cero, y lo vivido la pasada temporada ya es historia. Un proyecto dirigido por un lado por Lolo como director deportivo y, por otro, por Marlon Velasco, entrenador catalán procedente del Kairat Almaty, de Kazajistán. Un "friki apasionado del fútbol sala", tal y como él mismo se define. Con ganas de hacerlo bien desde el principio, con ambición e ilusión pero teniendo los pies en el suelo. Con él hablamos en esta entrevista.


¿Por qué decidiste aceptar la propuesta de Viña Albali Valdepeñas?


Yo llevaba dos años en el extranjero y se me hizo largo y pesado. Se me terminaba el contrato y tenía la intención de poner fin a esa aventura. La verdad es que me apetecía volver a España aunque había estado poco tiempo en Primera División española, sólo un año. La experiencia fue muy buena, conseguimos un gran logro, jugar el playoff con un equipo humilde como Noia pero llevaba cinco años allí y estaba bastante desgastado. Era un club pequeño y humilde, fuimos creciendo en ese tiempo y al final fue un desgaste fruto de la exigencia. Y a pesar de que tenía dos años de contrato, decidí salir de allí y apareció esta opción de irme al Kairat Almaty, que era un trasatlántico comparado con Noia. Al final, estamos hablando de uno de los clubes más importantes a nivel mundial, con dos Copas de Europa en sus vitrinas, y me fui con una exigencia mayúscula y eso es difícil de gestionar en el día a día. Y, sobre todo para mí, el cambio era abismal, pasar de entrenar a un equipo español a uno de Kazajistán en un club donde habían predominado anteriormente entrenadores brasileños y no había ningún jugador de España, con lo cual yo era nuevo para ellos y todo era nuevo para mí. A eso se le añade la aventura de salir de España, solo y a un país complicado, soviético, de la antigua URSS, con una cultura predominante musulmana, con una mentalidad muy soviética y el cambio de horario, la gastronomía y la forma de ser. Fue una etapa exitosa a nivel deportivo y difícil a nivel personal. Al poco de llegar yo tenía claro que aquello tenía fecha de caducidad. Normalmente cuando llego a un club me implico mucho, pienso en quedarme toda la vida, menos ahí. Desde que llegué sabía que como mucho cumpliría mi contrato y si hubiera dependido de mí, a lo mejor hubiera abandonado antes. Pero me quedé esos dos años y en mi segundo año apareció la opción de Valdepeñas. 


Para mí siempre había sido un club atractivo. Hace ocho años estuve en Puertollano y en aquel momento Valdepeñas estaba en Segunda División pero ya era una referencia. De hecho, aquel año subió a Primera División y ha sido un club ejemplar. Ahí está el crecimiento del club. A mí me atraía el proyecto. Dentro de las posibilidades que podía haber, teniendo la dificultad de entrar en España porque al final es la mejor liga del mundo y no es fácil para los entrenadores porque al final somos uno en cada equipo y sólo hay 16 equipos. Así que entendía que la de Valdepeñas era muy buena oportunidad. Y creo que fue una decisión valiente por el momento. Cuando me comprometo verbalmente, estábamos peleando por entrar en la Final Four de la UEFA, es decir, que a lo mejor si me hubiera esperado a conseguirlo, podría haber tenido más mercado. Pero en la vida hay que tomar decisiones y era un club que me atraía. Conozco a sus directivos, siempre he tenido una buena relación con Luis y luego está lo que se ve desde fuera, que es una ciudad que vive para y por el fútbol sala, la gente está entregada al proyecto y es un sitiio exigente porque han vivido grandes momentos, han sido exitosos y la gente, en el momento que saborean el triunfo, aunque no lleguen a alcanzar la gloria, quiere siempre tener éxito. Pero es muy difícil y no está al alcance de todos. Hay equipos que pueden estar año a año en la pelea y jugando fases finales. Es un sitio atractivo, yo soy una persona de fútbol sala, me encanta esto, es mi pasión y me gusta estar en sitios donde se respira también pasión por el fútbol sala. En aquel momento fui valiente, aposté por esto y cuando ya nos comprometimos formalmente, que fue en enero, empecé a pensar en el proyecto, intentando hacer el mejor club posible y el mejor equipo posible de cara al futuro. La plantilla es joven comparado con lo que era porque entendemos que por la posición del mercado de Valdepeñas es difícil hacer un equipo puntero a corto plazo igual que de aquí a tres años Valdepeñas es mucho más atractivo para jugadores y representantes, los resultados de Valdepeñas y de otros equipos hacen que nuestra cuota de mercado sea distinta a la hora de intentar afrontar operaciones. La estrategia ha sido intentar hacer el mejor equipo posible para que dentro de dos o tres años tengamos un equipo puntero adelantándonos a jugadores jóvenes que entendemos que pueden tener un nivel más alto del que están ahora. Y poco a poco, ir creciendo en base a esa estructura de equipo. 


Las últimas dos temporadas han sido difíciles para el Viña Albali Valdepeñas. ¿Qué herramientas traes para cambiar la situación?


Sobre todo, la ilusión y las ganas de hacerlo bien. Los anteriores cuerpos técnicos tenían un gran nivel, estaban capacitados e intentaron hacerlo lo mejor posible y ahí están los resultados. Este año no se han cumplido las expectativas pero hace dos años el equipo jugó playoff. No puede ser una mala temporada donde el equipo juegue playoff y caiga eliminado en cuartos de final contra ElPozo en los penaltis. Al final, un año malo o no muy bueno es natural. Esto forma parte del mundo del deporte. A veces ganas, a veces pierdes. Estás dolido y lo sufres como no puede ser otra forma pero al final todo es pasajero, te armas de valor y vuelves a recobrar la ilusión. Ahora mismo lo que podemos aportar es aire fresco, otras ideas, otra manera de ver y entender este deporte a la que tenían con anterioridad en el equipo y a partir de ahí intentar hacer el trabajo con la máxima implicación, el máximo compromiso, la máxima responsabilidad para intentar crecer. Ahora mismo tenemos que intentar construir ese equipo, conocernos los unos a los otros y desde ahí seguir intentando encontrar la mejor versión del equipo que está muy lejos todavía. Ojalá podamos darles muchas alegrías a la afición. Yo no puedo exigir a los jugadores que marquen golen o ganen partidos, puedo pedirles que lo intenten y eso pasa al final por el querer y, dentro de eso, está la voluntad de querer hacer las cosas bien. Y a partir de ahí, si la afición se identifica con lo que ve del equipo y que es un equipo que pelea, que tiene garra y coraje y que se entrega a todo, se van a sentir orgullosos independientemente de que ganemos o perdamos. Lógicamente van a estar más felices, y nosotros los primeros, si conseguimos ir ganando partidos. Pero al final es la mejor liga del mundo y nosotros tenemos que considerarnos unos privilegiados, ya no sólo yo o los jugadores, sino el club de estar en la élite. La gente piensa que aquí en Valdepeñas tenemos el camión del dinero y que somos capaces de conseguir todo en base al patrocinador. Por lo que yo estoy conociendo, el patrocinador hace una apuesta importante por el fútbol sala y es el pilar que nos permite mantenernos ahí. Pero está dentro del presupuesto que manejan otros clubes de Primera División, tampoco tenemos mucho más que otros. Más allá de eso está bien que se recupere la ilusión y eso pasa por crear un proyecto que sea reconocible y que sea serio y que lo que transmita sea bueno y bonito.


¿Cómo es Marlon Velasco como entrenador?


Soy un friki, un apasionado del fútbol sala. Llevo muchísimos años en esto y tuve la fortuna de hacer de mi pasión mi profesión. La verdad es que invertí mucho para poder estar donde estoy y me siento muy orgulloso de toda mi trayectoria, del camino que he recorrido. Pero no dejo de ser una persona humilde y cercana y también muy exigente. Al final, seré mejor o peor pero tengo capacidad de trabajo y a día de hoy tengo muchas ganas de seguir creciendo y mejorando y, a la vez, de transmitir esa manera de ser y hacer a la gente que me rodea. A partir de ahí, con mis conocimientos que me han ido dando el paso de los años y las experiencias que he ido viviendo, y con la ilusión que puedo tener por intentar hacer un buen trabajo en Valdepeñas. 


Has declarado que la intención es dar un paso más para buscar la profesionalización del club. ¿Con esto quieres decir que el club no estaba profesionalizado?


No y quiero matizarlo porque al final lleva a malos entendidos. Ya dije que en ningún caso quería desmerecer el trabajo que habían hecho los anteriores cuerpos técnicos. Con lo de profesionalización me refiero a dedicación prioritaria y exclusiva. Cuando el club me llama me dicen que es lo que quieren cambiar y yo les dije que lo que ahora veían malo, en un momento dado era algo muy bueno. Hay que mirar las cosas con perspectiva. Pero me dicen que quieren cambiar la forma de trabajar dentro de la estructura del primer equipo. No engaño a nadie cuando reconocemos que cuerpos técnicos anteriores perfectamente cualificados, y ahí están sus resultados, no tenían dedicación exclusiva. Podía ser prioritaria pero no exclusiva. Entonces cuando me llaman, me piden eso. Y entiendo que con la situación que vive el club el siguiente paso es conseguir un cuerpo técnico profesional, que viva en Valdepeñas y que se dedique 24/7 al club. Ahora estamos intentando encontrar esas herramientas para construir ese cuerpo técnico que nos permita tener a todos dedicación exclusiva por el club.


¿Cuáles son los primeros mensajes que has trasladado a los jugadores?


Tampoco hemos hablado mucho. Es una primera semana de adaptación, de volver a recuperar sensaciones, de conocernos... Poco a poco iremos lanzando los mensajes pero con calma. Hemos empezado de forma muy prematura, también precisamente para ir rompiendo el hielo, y ya iremos subiendo la exigencia en base a trabajo y mensajes que nos lleven a elevar el nivel competitivo que es lo que queremos hacer, intentar competir al máximo nivel posible. El mensaje es claro, intentar tener la ilusión máxima y ser los más ambiciosos. Por lo que percibo creo que hay ilusión dentro del equipo, la gente ha venido con muchas ganas, con mucho hambre y con ganas de hacerlo bien.  Porque al final creo que los que están fastidiados son los jugadores. No lo sufrí en primera persona pero en cierto modo sí porque tenía un compromiso con Valdepeñas y hubo momentos en los que la categoría corría peligro. Pero imagino que los que han estado ahí abajo en la pista, en el palco y los aficionados han sufrido mucho. Ahora es el momento donde el contador está a cero para todos y a partir de ahí hay que volver a recobrar la ilusión y lo que percibo es que tienen ese ánimo de revancha, de querer resarcirse de una temporada difícil, hacerlo bien y volver a recuperar esa comunión con la gente. El apoyo siempre ha estado ahí pero hay que recuperar ese buen feeling entre los aficionados y el equipo porque al final jugar aquí esta temporada hasta les ha podido pesar por la presión de jugar en casa y casi que preferías jugar de visitante porque te liberaba de presión. Entonces hay que recuperar lo que era Valdepeñas, una pista muy difícil, el Infierno de La Mancha, que para los equipos contrarios jugar en Valdepeñas era muy complicado y era un punto a favor para el Viña Albali. La afición nos tiene que empujar y nos tiene que acompañar porque los vamos a necesitar. La temporada va a ser larga y dura y esto es un proyecto que empieza de cero. Necesitamos que tengan paciencia y que nos ayuden.


¿Cómo valoras la plantilla que estáis conformando? Creo que queda por llegar algún jugador...


A día de hoy es incompleta. Nos falta un portero, la posición del ala zurdo es escasa, no tenemos los tres jugadores por posición que tendría que haber para que nos dé ese equilibrio y ese abanico de opciones y que nos sostengan en el momento en que haya contratiempos que sean difíciles de controlar. Es una posición difícil donde hay escasez en el mercado y no hemos encontrado ese jugador que nos haga cubrir todas las plazas y a lo mejor no esperarnos un poquito más por si aparece algo y el club esperar a enero porque hay mercados como el brasileño que se abren en enero. Si ahora completamos todas las fichas, luego va a ser difícil poder reforzarnos en el mercado de invierno. Creo que es una buena plantilla, una plantilla joven, que tiene que ser correosa por naturaleza porque creo que tenemos un equipo para ello y una edad buena para ello y no exenta de calidad y, sobre todo, con mucha hambre. Hay jugadores que vienen de ligas extranjeras y que nunca han jugado en España y nos va a pesar al principio porque hay una parte de inexperiencia y hasta que no se adapten a la liga y a todo, es difícil, más los jugadores que vienen de Segunda División, que también tienen que adaptarse a un nuevo contexto. Pero ahí están los Boyis, los Alberto, los Eloy, José Mario, o Juanan, que viene de Córdoba, que ya tienen más bagaje en Primera División y tienen que ayudar a que los que tienen menos experiencia, vayan cogiendo esa experiencia y van a ser importantes sobre todo en los primeros partidos.


¿Vamos a volver a ver al Viña Albali entre los ocho primeros de la tabla?


Lo que puedo decir es que por ganas no será. Debemos ser exigentes y ambiciosos pero es difícil. No vamos negar una evidencia. Que lo vamos a intentar, está claro. Pero igual que nosotros, hay 15 equipos más. La pasada temporada fue súper igualada en la pelea por evitar el descenso, por meterse en Copa, e incluso en las primeras posiciones y cuando iba a terminar la liga, yo no tenía claro ningún pronóstico. Y hace cuatro o cinco años, eso no pasaba, había mucha más distancia entre los de arriba y los de abajo y era más fácil predecir qué equipos iban a estar en la parte media o qué equipos iban a pelear por cada posición. Es importante el inicio. Al final todo lo que consigamos al principio es terreno que tenemos andado y son puntos que ya no te van a quitar. Entonces, el ir consiguiendo puntos en esas primeras jornadas, es importante para ir creciendo en confianza de los jugadores y ganándonos el respeto de la categoría que al final es también es importante. Si somos capaces de empezar bien y tener una buena dinámica de resultados y consiguiendo puntos, por qué no lo vamos a intentar conseguir. Pero yo a día de hoy, y el club también ha sido claro en los mensajes, tengo claro que partimos de cero, hay que tener los pies en el suelo, hay que tener calma, nadie ha lanzado las campanas al vuelo. Creo que es un proyecto mucho más humilde que los anteriores y el objetivo es construir un equipo porque a día de hoy no tenemos un equipo, estamos en ello. Los jugadores están poniendo mucho de su parte para hacer un vestuario sano y unido y, a partir de ahí, intentar conseguir que haya buenas sinergias dentro del grupo y que mis ideas se asimilen lo más rápido posible y seamos un equipo muy competitivo y muy difícil de ganar desde el primer día.