Quiero trasladar mi más sincero agradecimiento al Ayuntamiento de Valdepeñas por este honor que me emociona y me sobrecoge. Lo recibo con humildad, con respeto y con una profunda gratitud. Que todos los grupos políticos hayan respaldado esta distinción por unanimidad dice mucho de la generosidad de esta tierra, y del valor de aquello que nos une por encima de las diferencias.
Valdepeñas ha sido siempre ese hilo invisible que ha unido mis pasos, incluso cuando la vida profesional me llevó lejos. Todo lo que he hecho —y todo lo que sigo soñando— lleva la huella de esta tierra: en la forma de pensar, de trabajar, de tratar a las personas y de afrontar los retos. Aquí aprendí que se puede soñar como Quijote, con ambición, imaginación y esperanza… pero también que hay que saber implantar como Sancho, con los pies en el suelo, esfuerzo diario y sentido común. Valdepeñas me enseñó que los valores auténticos no se olvidan, y que el trabajo hecho con honestidad y corazón deja una huella que trasciende.
Este nombramiento me reafirma en mi compromiso con mi tierra. Seguiré aportando, todo lo que pueda, al desarrollo y al futuro de Valdepeñas, convencido de que aquí hay talento, coraje y alma para construir lo que nos propongamos. Este reconocimiento no es un punto de llegada, sino un nuevo punto de partida.
También quiero aprovechar para felicitar de corazón a quienes han sido distinguidos junto a mí: Martín Miguel Rubio, José Luis Crespo, la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Semana Santa, la Asociación Jóvenes Amigos del Vino, Héctor Huertas, Tomás García Castro, Antonio Lérida Barba y la querida Pastelería Pilar.
Es un verdadero honor compartir este reconocimiento con personas y entidades que representan, cada una a su manera, el alma, la cultura, la tradición y el talento de Valdepeñas. Recibir esta distinción junto a vosotros la hace aún más especial.
Gracias, de corazón, por esta muestra de confianza y afecto. Me la guardo muy dentro, con emoción serena, como se guardan los recuerdos que de verdad importan.
Con todo mi respeto y gratitud, Joaquín González del Pino