Según consta en la “Primera piedra” colocada en el edificio del Banco de España de Valdepeñas (y que se conserva en la actualidad en el sótano del edificio) la fecha de inicio de las obras de la sede local de este banco es de 18 de febrero de 1945, por lo que recientemente este edificio ha cumplido ya 80 años y se nos ha hecho mayor.
Sin embargo, el Banco de España de Valdepeñas comenzó su labor años antes, el 14 de septiembre de 1928, cuando se inauguró la primera sede de esta institución bancaria en la actual calle Capitán Fillol. En la actualidad, ese inmueble está ocupado por un hotel. En sus inicios y durante los primeros años del pasado siglo, fue la sede del Círculo Republicano de la localidad, hasta que fue arrendado por el Banco de España para instalarse en Valdepeñas, en un momento en que la agricultura, sobre todo el vino y sus industrias bodegueras habían hecho prosperar, y mucho, a esta ciudad manchega.
En 1935 la entidad bancaria adquiere un solar en la calle Seis de junio, esquina con la calle Torrecillas, con la intención de construir un nuevo edificio que albergase una sede propia del Banco de España. Sin embargo, la Guerra Civil debió truncar estas expectativas y las obras no se realizaron en ese momento. Un Bando fechado el 6 de enero de 1939 por el entonces alcalde de Valdepeñas, Félix Torres Ruiz, alude a una serie de refugios, incluido este solar, que pueden ser utilizados por la población civil ante posibles bombardeos de la aviación franquista.
El edificio se proyecta por el Arquitecto José Yánoz Larrosa, firmándose el plano de la fachada en julio de 1944 -el plano original difiere de la obra final-. Construido en plena posguerra, y teniendo en cuenta las penurias y necesidades de la población civil tras la contienda, resulta llamativo que se acometa una obra de tal magnitud, donde la calidad de los materiales de construcción y los detalles de esta edificación debían contrastar con el entorno posbélico del momento.
Anexo al cuerpo principal del edificio, hacia la zona este del mismo, se diseñaron unos jardines privados que dotaron a estas instalaciones de un espacio amplio, abierto, de plena vegetación. Estos jardines estuvieron activos hasta la construcción del nuevo edificio de la UNED, en los años 90 del pasado siglo, cuando la Diputación decidió ampliar las instalaciones de esta universidad.
El nuevo edificio se construyó ex novo, exento, sin adosar a ninguna otra edificación, quizás como medida de seguridad para evitar posibles robos. Presenta una planta rectangular no muy pronunciada y patio central muy amplio, con cuatro fachadas, dos de ellas exteriores y otras dos interiores, que daban a la zona ajardinada. La edificación se concibió con un sótano -que aloja las cajas fuertes de la entidad bancaria-, la planta baja, sobre la que se superponen en altura dos plantas más y una terraza.
En sus fachadas se utilizó la piedra en zócalos, recercados de los vanos de las ventanas, columnas de la entrada y frontón superior, y el ladrillo rojo en el resto del paramento vertical. El color del ladrillo de sus fachadas parece querer emular el color arcilloso de los campos manchegos de viñas, contrastando con el tono marrón claro / beige de la piedra.
Entrando ya al interior del edificio, se accede a la planta baja a través de una escalera de mármol donde alterna el tono rojizo y el blanco y una puerta acristalada giratoria, hoy inexistente; nos encontramos aquí con la zona de atención al público del banco y otras dependencias. Las dos plantas superiores albergan cuatro viviendas que debieron alojar en su momento a personal del banco.
Llama la atención la seguridad de estas instalaciones, con las cajas fuertes exentas, situadas en el sótano del edificio, y que se conservan en la actualidad prácticamente intactas, como si el tiempo se hubiera detenido en ellas.
En 1978 el Banco de España decidió el cierre de la sucursal de Valdepeñas y el edificio pasó a ser propiedad del Ayuntamiento, siendo ocupadas sus instalaciones, durante un corto periodo de tiempo, por los Juzgados de Valdepeñas.
En 1979 la UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) llega a Valdepeñas y sin tiempo para su abandono, el vetusto edificio acoge ya a los primeros alumnos universitarios que, durante más de cuatro décadas hasta la actualidad, han pasado por sus instalaciones, remodeladas y adaptadas para la docencia. A mediados de los años 90 del pasado siglo, se amplían las infraestructuras construyendo un nuevo edificio, utilizando el solar que ocupaban los jardines anexos.
De sus aulas han salido cientos y cientos de titulados universitarios que, sin duda, han favorecido al desarrollo provincial y a ello ha contribuido con sus instalaciones el antiguo edificio del Banco de España.
En la actualidad, el edificio forma parte del patrimonio cultural y arquitectónico de la Ciudad del Vino. Testigo mudo del devenir histórico de Valdepeñas durante 80 años, está necesitado de unas amplias y muy necesarias reformas. Sin embargo, permanece infrautilizado dado que las plantas superiores no reúnen las condiciones óptimas de ocupación, por lo que el vetusto edificio reclama una urgente intervención para su puesta en uso y que pueda seguir funcionando y prestando el interior de sus espacios, hoy vacíos y en silencio, a la universidad, a la docencia, en definitiva, a la ciudad.