martes, 6 de mayo de 2025, 07:08

Yébenes: "La inmunoterapia está abriendo la luz en la oncología"

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030225 VA ANA ISABEL YEBENES ONCOLOGA



Este martes 4 de febrero se conmemora el Día Mundial del Cáncer. En el año 2023 se diagnosticaron 295.675 casos nuevos de cáncer, según la Asociación Española Contra el Cáncer. Una cifra que va en aumento pero esa circunstancia es debida al incremento de las pruebas de detección precoz del cáncer, por lo que los nuevos diagnósticos se realizan en estadíos cada vez más tempranos, lo que aumenta la esperanza de vida en el paciente de cáncer. Y es que, el panorama ha cambiado mucho en los últimos diez años, según la oncóloga del Hospital de Manzanares, la valdepeñera Ana Isabel Yébenes, gracias a los nuevos tratamientos de inmunoterapia, que están arrojando luz y dando resultados esperanzadores ante casos de tumores que antes eran incurables. Con ella hablamos en esta entrevista.


¿En qué momento quisiste dedicarte a oncología?


Siempre me había gustado hacer una especialidad en la que ayudases al paciente más frágil. Cuando vas pasando por distintas prácticas en la carrera, te das cuenta de que el paciente más frágil es el oncológico. Entonces cuando opté por la especialidad, tenía claro que quería hacer Oncología. No sabía cómo ni dónde porque pedían mucha nota y por aquel entonces no había Oncología en Ciudad Real pero lo tenía claro.


¿Por qué?


Porque el paciente oncológico es especial. Es un paciente que necesita todo de tí, no solamente un tratamiento de quimioterapia sino que hay que tratar al paciente en sí. Tiene toda la Medicina Interna porque puede tener cualquier problema. Pero además de todo eso, tienes que tratar la enfermedad oncológica. Entonces, es el paciente que más abarca y sobre todo la oncología está muy ligada a la investigación. Es un mix entre tratar el tumor y tienes siempre metas y objetivos para salir adelante. Cuando tienes un infarto, el infarto se sana, tienes unas técnicas para curarlo, pero la enfermedad oncológica es una enfermedad crónica, en la que siempre vas a tener más avances, vas a querer más y siempre vas a querer que el paciente se cure. Cuando un paciente metastásico llega a la consulta, tu objetivo es darle el alta a los diez años. No siempre se consigue pero es el objetivo. Y para eso hay que remar mucho, luchar mucho, saber mucho, investigar mucho, leer mucho y estar al día de todas las novedades que hay para ofrecerle siempre al paciente lo mejor.


Durante estos años te han dado muchos reconocimientos pero supongo que el mayor reconocimiento es que seas un ángel de la guarda para tus pacientes...


Es que la oncología es como una familia. Y la mayor satisfacción es que el paciente vaya bien. Yo me pongo nerviosa cuando tengo que leer el resultado de unas pruebas de un paciente, cuando un paciente está en tratamiento y tienes que ver el primer PET-TAC, el primer TAC, el primer resultado de evaluar cómo está yendo ese tratamiento. Y la mejor recompensa es cuando ese tratamiento va bien, cuando le dices al paciente que la enfermedad está remitiendo, que  no hay enfermedad... El mayor reconocimiento es que pasen los años y que el paciente siga ahí con calidad de vida y con enfermedad controlada o sin enfermedad.


¿Cómo es la dura realidad del día a día en una consulta de Oncología? 


El día a día es muy duro porque es muy exigente por el horario que tenemos. Es un horario de mañana en el que tenemos que ver entre 15 y 20 pacientes con quimioterapia, a los que hay que ver cómo están, les haces analíticas, ves si no hay efectos secundarios... Esos son los pacientes que ya están encauzados. Esa dinámica es rápida. Pero después de eso vienen pacientes nuevos, que es el reto del día. Cuando entra un paciente nuevo en la consulta, tenemos que mirarle a los ojos, tenemos que tener ya nuestro plan de tratamiento pero ese plan puede cambiar de un momento a otro cuando ves al paciente. Esos son los momentos de más tensión y de más preocupación sobre todo para el paciente porque llega a Oncología, que sólo con decirlo ya es duro, y llega sabiendo lo que tiene pero sin saber cuáles son las opciones ni cuánto tiempo va a vivir porque al final lo que al paciente le da miedo siempre es la muerte. Asocia la palabra cáncer a muerte. No siempre es así pero inevitablemente es en lo primero que piensan cuando reciben un diagnóstico de un tumor. Y después de eso vemos la parte bonita de la Oncología, que son las revisiones anuales de pacientes, revisiones cada tres meses cuando finalizan el tratamiento... En la mayoría de esos casos los resultados son buenos, sobre todo ahora cuando ya tenemos resultados de los nuevos tratamientos que aparecieron hace diez años y estamos dando el alta a muchos pacientes.


¿Y qué le dices a un paciente que llega a la consulta por primera vez?


Siempre depende de la enfermedad que sea. Cuando llega un paciente con un cáncer de mama, le tienes que explicar qué tipo de tumor tiene porque no todos los tumores son iguales y qué opción de tratamiento es para él o para ella. Que no es lo mismo que si el paciente llega con un cáncer de vejiga, donde tanto el tratamiento como la cirugía son más complicados. En la mayoría de los casos hay que extirpar la vejiga y eso supone que van a tener que orinar por dos bolsas y lo que ello repercute en su calidad de vida. Y lo peor de todo es cuando llega un paciente con un tumor metastásico porque cuando le dicen que tiene metástasis en el hígado o en el pulmón, el paciente lo asocia con un pronóstico muy malo. Pero no siempre es así. Ahora con los nuevos fármacos de inmunoterapia estamos viendo a pacientes metastásicos que siguen vivos a los ocho años. Hay que explicarles que aún hay muchas cosas por hacer aunque sea metastásico y que el pronóstico no se sabe hasta que no se vea cómo responde al tratamiento. Eso lleva mucho tiempo y muchas preguntas. Yo siempre les dibujo en un papel su enfermedad y les explico el por qué del tratamiento. Y luego siempre les dejo que hagan preguntas. Y sobre todo, que apunten porque ese día están bloqueados y que al día siguiente que vengan a la consulta, me las pregunten. Y que no se comparen con otros enfermos porque cada paciente es individual y cada organismo reacciona de manera distinta al tratamiento. 


¿Cuáles son los tipos de cáncer que más se dan en esta zona?


El mayor porcentaje de tumores que vemos son de mama y pulmón. El de mama supera con creces al resto. Pero es verdad que son los más agradecidos porque la mayoría, en un porcentaje de más del 90%, se curan. Son los que más se dan y los que más se curan. Los que más satisfacciones nos dan. Ahora han cambiado mucho las cosas. Vemos que hay casos de tumores de pulmón que con el tratamiento de inmunoterapia están vivos muchos años después, algo que antes era impensable. Y lo que antes era un logro de supervivencia superar los 13 meses de vida en un caso de tumor metastásico, ahora estamos viendo pacientes vivos a los ocho años. En cuestión  de diez años ha cambiado todo el paradigma de cáncer de pulmón. El miedo que nos daba siempre de tratar el pulmón es que ahora nos gusta porque los ves, los tratas y ves la respuesta a los seis meses y el que resiste seis meses, sabe que va a vivir muchos años.


¿Por qué hay cada vez más casos de cáncer?


El número de tumores aumenta pero también aumenta el número de tumores localizados. Se diagnostican más porque tenemos más métodos de detección precoz. Conocidos son los programas de detección precoz de cáncer de mama, que por eso se diagnostican muchos y también se curan muchos. Pero ahora también estamos testando precozmente con la sangre oculta en heces los tumores de colon, con lo cual, diagnosticamos tumores de colon en estadíos muy precoces y, por tanto, curables. Por ejemplo, se están haciendo gastroscopias en determinadas patologías donde vemos que hay una predisposición a los tumores gástricos. Entonces todo esto hace que haya más tumores porque se diagnostican más y porque nos adelantamos a que lleguen metastásicos.


¿Cómo está ahora mismo el mundo de la investigación? ¿Hay esperanza con los nuevos tratamientos en el futuro del cáncer?


La inmunoterapia es la que nos está abriendo la luz en la Oncología. Tumores como el cáncer de ovario, que temíamos porque fallecía un porcentaje muy alto de pacientes con cáncer de ovario metastásico, ahora estamos diagnosticando dianas terapéuticas que, si tiene el paciente un tipo de mutación, ponemos tratamientos específicos para ese tipo de mutación. Y estamos viendo que esos tumores metastásicos se están curando. Estamos viendo curación en cáncer de ovario metastásico, también en cáncer de pulmón. Y en el cáncer de mama, el triple negativo metastásico, que era el más agresivo, con la inmunoterapia estamos viendo ya curación en ocho, nueve y diez años. Y más que a tumores localizados, estamos tratando ya a células tumorales. Es decir, en el futuro, independientemente de la localización del tumor, lo que trataremos será la célula, la diana molecular de la célula, que va a tener un tratamiento específico para tratar esa célula tumoral. Son avances que estamos viendo y que veremos más con el tiempo. En los tumores de cabeza y cuello metastásico, que también eran muy agresivos, la inmunoterapia está haciendo que haya un porcentaje muy alto de este tipo de tumores que son curables.


¿Qué mensaje lanzarías con motivo del Día Mundial del Cáncer?


El mensaje principal es que vayamos a la consulta pronto en cuanto nos notemos cualquier síntoma. Que seamos partícipes de todos los programas de detección precoz, que son los que diagnostican pronto y hacen que se curen esos tumores de manera precoz sin tener que llegar a tumores metastásicos. Y que seamos conscientes todos de tener un hábito de vida saludable porque lo que se ha demostrado es que una alimentación saludable con una dieta con fibra, verdura, pescado, hacer ejercicio físico de fuerza y resistencia además del aeróbico es lo que tenemos nosotros mismos en nuestra mano para hacer en el día a día. Tenemos que autoexplorarnos la mama, tenemos que consultar ante cualquier sangrado anómalo... Nosotros somos los primeros que debemos ponernos en alerta y no tener miedo a realizarnos esas pruebas de detección precoz porque pueden salvarnos la vida en muchos casos.