jueves, 19 de junio de 2025, 07:50

Cañaveras: "En Valdepeñas se imprimieron en 1940 los 18 puntos de la mujer, según la Falange, para dejar muy claro las normas que debían cumplir"

|

1000179651



La librería Amigos de Lorca acogerá este viernes 24 de enero a las 20:00 horas la primera presentación de la nueva novela de Fermi Cañaveras, natural de Torrenueva, que después del éxito de 'El barracón de las mujeres', llega con una nueva historia que surge por la necesidad de seguir contando historias de mujeres olvidadas. En 'El baile de las que sobran', de editorial Espasa, Cañaveras pone sobre la mesa lo que fue la reeducación y las consecuencias para la mujer después de la Guerra Civil. Con ella hablamos en esta entrevista.


Después de la buena acogida que ha tenido 'El barracón de las mujeres' llega 'El baile de las que sobran'. ¿Cómo surgió esta novela?


Surge por la necesidad de seguir contando historias de mujeres olvidadas. Poner encima de la mesa lo que fue la reeducación y las consecuencias para la mujer después de la Guerra Civil.  La denuncia de las cárceles de mujeres y sus consecuencias como convivir con penas de 30 años y destierro a perpetuidad. En nuestra zona fue muy común desterrar a mujeres, las cuales no pudieron regresar a sus localidades. Perdiendo todo, dejando a sus hijos sin saber que pasaría con ellos.  Creo que gracias a la literatura estas historias pueden llegar a mucha más gente.



¿Quiénes son las que sobraban y a quién le sobraban?


Las que sobran son todas las mujeres molestas, no solo en un bando, en cualquiera de los dos.  Son las mujeres que siempre están, por mucho tiempo que pase, que están dispuestas a sujetarte cuando vomitas dolores para no terminar por los suelos, mujeres con las que contar cuando la brisa se convierte en huracán y todo se inunda de lágrimas y lamentos, mujeres dispuestas a todo cuando sale cruz en la moneda que lanzan al aire, mujeres que deshacen nudos para continuar. Para mí esas son las que sobran. Y por desgracia sobraban para el grupo de hombres privilegiados como me gusta llamarlos. Para hombres que debido a su posición ejercen un poder destructivo contra ellas por no conseguir lo que quieren.


¿Por qué la Guerra Civil y por qué has querido hablar del papel que tenían las mujeres en aquellos últimos años de la Guerra Civil? Y de nuevo las mujeres protagonistas de tus novelas...


Porque creo que es importante conocer nuestra historia y la de nuestras mujeres. Te pongo como ejemplo a mi pueblo, Torrenueva que después de terminar la guerra cinco mujeres fueron denunciadas, juzgadas y encerradas en la cárcel de Valdepeñas, más tarde las subieron a un tren y las enviaron a Tarragona a cumplir su pena a 800 kilómetros de su hogar sin relación alguna con sus familias. Fueron arrancadas de su tierra sin poder volver a echar raíces de nuevo, ya que la pena estaba ligada a un destierro. O hablar de lo que sufrieron en el Patronato de reeducación, mucha gente no conoce qué fue esta institución. Aquí era dónde llevaban a las mujeres que no cumplían con los objetivos impuestos por el régimen: las imbéciles, las descarriadas, las de baja moral, así era como las designaban. Las separaban en completas e incompletas si eran vírgenes o no. Muchos padres podían perder la patria potestad y terminabas siendo hija del Estado. Lo más curioso del patronato es que estuvo vigente hasta 1985.


¿Cómo era la vida de las mujeres en aquellos años de la Guerra Civil y la represión franquista?


Durante la guerra la vida de las mujeres era muy complicada, muchas decidieron pelear por sus ideales y se dedicaron al espionaje en ambos bandos. Las mujeres falangistas lo hicieron desde asociaciones como el Auxilio azul para después formar parte de la quinta columna e infiltrarse y así conseguir información para desarticular al enemigo. Las mujeres de izquierdas lo hicieron en el frente y también en la retaguardia al igual que las quintacolumnistas infiltradas trabajando para los servicios secretos de la CNT. La represión fue muy dura para las mujeres del bando perdedor, ya te he comentado lo que sucedió con muchas de esas mujeres. Otras terminaron rapadas, señaladas o fusiladas. Durante la II República la mujer adquirió una cantidad de derechos inimaginables para aquella época: educación, el divorcio, el voto..., y que por desgracia cuando terminó la guerra se perdieron, comenzó el retroceso y la reeducación. En Valdepeñas se imprimieron en 1940 los 18 puntos de la mujer, según la Falange para dejar muy claro las normas que debían cumplir.


¿Y cómo ha influido en la posición actual que tiene la mujer el papel que la sociedad le otorgó a la mujer en aquella época?


Hoy en día a las mujeres nos sigue costando mucho más conquistar derechos. Muchos hombres siguen ejerciendo su poder desde el privilegio y lo más preocupante es que muchas mujeres muy jovencitas lo normalizan y creo que es peligroso. Por eso es importante crear redes de apoyo entre nosotras y sobre todo conocer nuestra historia y todo lo que somos capaces de conseguir.


De nuevo la editorial Espasa apuesta por ti para dar a conocer tus historias. ¿Qué significa para ti?


Editar con Espasa para mí es un sueño hecho realidad que cualquiera puede conseguir, yo soy el ejemplo de que las editoriales grandes también creen en gente que no es conocida y apuestan por ello. La gente que forma parte de Espasa es increíble y siempre están para cualquier cosa. Es un honor formar parte de la familia porque te hacen sentir como en casa y te lo ponen todo muy fácil. 


¿Por qué tenemos que leer esta novela?


Porque es un canto a la sororidad, al apoyo incondicional de las mujeres por otras mujeres y porque es necesario conocer para comprender lo complicado que es este baile llamado vida.


1000179647

Documento que se imprimió en 1940 en Valdepeñas y que refleja los 18 puntos de la mujer, que según la Falange, toda mujer debía cumplir.