miércoles, 7 de mayo de 2025, 04:45

Montes: "En realidad me han hecho popular porque predico muy directo, muy claro, intentando explicar el Evangelio con ejemplos de la vida cotidiana"

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140125 VA DON EMILIO CURA DEL CRISTO



Emilio J. Montes, natural de Ciudad Real, no tenía claro si iba a dedicarse al sacerdocio, aunque fue monaguillo desde pequeño, hasta que en el seminario fue madurando la decisión a lo largo de los años. Hoy en día, hablar del cura del Cristo es hacerlo del cura de Valdepeñas. Su popularidad alcanza a programas de televisión a nivel nacional, algo a lo que hace oídos sordos porque no tiene redes sociales y hace tiempo le dijo a la gente que no le contaran nada cuando le sacaran. Además, asegura que le han llamado en muchas ocasiones para asistir como tertuliano a diversos programas de Telecinco, Cuatro o La Sexta pero siempre ha declinado la invitación porque, según señala, "mi vida no es esa, mi vida es dedicarme a Dios". Pero más allá de este tema, don Emilio está al frente de la parroquia del Santo Cristo, donde este año tienen previsto reestructurar la antigua Mancha Acoge y están a la espera de que la Junta de Comunidades autorice las obras para la instalación del órgano alemán que ya adquirieron y restauraron. Un permiso al que la Junta se niega y que va a obligar a la parroquia a ir a un contencioso administrativo para solventar este tema. De todo ello hemos hablado con él en esta entrevista.


¿Cómo surgió traer este órgano a Valdepeñas?


No fue idea mía. Jesús Ruiz es valdepeñero y es organista titular de la Basílica de Jesús de Medinaceli. Quería traer un órgano de factura alemana y fue él quien buscó el órgano en páginas de segunda mano, se puso en contacto con el organero para restaurarlo. Lo único que ha hecho la parroquia es fiarse de él y poner el dinero que hacía falta. Pero toda la idea es de Jesús Ruiz y de Marcos Nájera. Ambos intentaron restaurar el órgano de la Asunción pero es un órgano hecho después de la Guerra y las piezas eran muy regulares porque entonces todo era pobre. Y, sin embargo, este órgano, aunque está hecho después de la Guerra Mundial,  en Alemania es un arte la fabricación de estos órganos. está declarado Patrimonio Material de la Humanidad porque incluso es una ingeniería que se estudia en las universidades.


¿Cómo va el proyecto? ¿El órgano todavía no está en uso?


No está en uso porque tenemos problemas con la obra. Hay que hacer una obra para instalarlo y tenemos problemas con la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha porque no quieren darnos el permiso de instalación porque la Iglesia del Santo Cristo nueva, del siglo XX, consideran que es patrimonio y monumento, algo que nosotros no consideramos porque es una iglesia moderna, es una nave. Entonces hemos escrito varias cartas al consejero y no nos han hecho ni caso, han hecho silencio administrativo, y al final tendremos que ir a un contencioso administrativo contra la Junta.


¿Es la única vía?


Si les escribes una carta y no te contestan... Podríamos recalcular todo el proyecto pero nos perjudicaría mucho. Además, tener una iglesia que es moderna y que no tiene ningún valor patrimonial, que se construyó en los años 80, y que es declarada monumento por la Junta, no puedes hacer nada sin su permiso, ni siquiera un clavo. Y en realidad eso no es. Entendemos que la Junta tenga que proteger la iglesia antigua, pero la nueva, no. 


Entonces, de momento no hay fecha para ponerlo en funcionamiento...


No hay fecha. Esto ya está en el Obispado y el Obispado verá cómo puede resolver el tema. En cualquier caso, este año nosotros, gracias a una subvención de la Diputación de Ciudad Real, hemos podido ampliar el órgano. Tenía ciertas deficiencias porque, al fin y al cabo, es de segunda mano. Ya se había restaurado pero por ejemplo la consola, las teclas, no estaba restaurada porque ya no teníamos más dinero. Una trompetería que había que añadirle no la pudimos añadir en su momento porque no había más dinero. Y entonces se ha hecho otra fase de restauración. Ya solamente faltaría la instalación y armonización que lo harían los propios alemanes porque en Alemania los órganos se armonizan, no se afinan. Se hace un estudio acústico del edificio y se van afinando los tubos uno a uno dependiendo de la resonancia del edificio.


¿Qué significaría para Valdepeñas contar con este órgano?


Jesús Ruiz, que es quien más entiende de este tema, dice que podría ser algo interesante puesto que en las localidades cercanas, como Torre de Juan Abad, Terrinches, Villahermosa, hay órganos íberos construidos en el siglo XVIII o XIX, pensados sólo para la liturgia. En esos órganos es muy difícil tocar las canciones de Bach, las grandes canciones de órgano. El único donde sí se podría permitir ese tipo de conciertos sería el de la Catedral de Ciudad Real, el de la Asunción de Valdepeñas o de Manzanares pero habría que hacer una inversión de restauración. Entonces, el que tú puedas tener un sonido de calidad alemana y de esa factura a un precio asequible y que sea el único de la provincia, atraería a turismo relacionado con este tipo de órganos y de conciertos. Valdepeñas tiene mucho que ofrecer, restauración, vinos, patrimonio, con la excusa de venir a un concierto.


¿Tienen algún otro proyecto para los próximos meses por parte de la parroquia?


Vamos a hacer una reestructuración de la antigua Mancha Acoge. Estamos haciendo ahora el proyecto de estudio. La parroquia sigue ejerciendo la labor de esta ONG, tenemos tres matrimonios acogidos ahora mismo. No solamente destinamos la mayor parte de los bienes al patrimonio y a conservar obras porque al final las personas son primero. Además, tenemos la Obra Social, que atiende a casi 50 familias, aparte de la gente que atendemos en Cáritas. Y ahora queremos hacer una reestructuración de lo que era Mancha Acoge, que ahora es todo lo que ocupa la capilla de Fátima, para seguir atendiendo a las familias, para dedicarnos al tema de apostolado, convivencias.... 


Además, la tienda de segunda mano que la parroquia tiene en la calle Bernardo de Balbuena se va a trasladar al barrio del Cristo porque hemos adquirido un local nuevo para montar la tienda y el ropero, que a la gente de fuera le viene muy bien.


A nivel personal, ¿en qué momento se dio cuenta de que quería dedicarse al sacerdocio?


Yo vengo de una familia cristiana y mis padres me educaron para querer a Jesús y a la Virgen. Desde pequeño era monaguillo. Tenía 7 años cuando empecé de monaguillo en Castellar de Santiago y las cosas de Dios no me desagradaban. Aprendí desde muy pequeño a rezar el Rosario a la Virgen porque me gustaba. Y luego realmente no tenía una gran intención de ser cura. Estudié aquí en los Trinitarios de interno porque a mi padre le trasladaban contínuamente en el trabajo y decidieron hacerme interno para no perder el curso. Y cuando salí de los Trinitarios, un sacerdote de Moral de Calatrava me invitó a ir al seminario. Y luego fue una decisión que se fue madurando con los años. Cuando a algún muchacho le digo que por qué no se va al seminario, me dice que no quiere ser cura y entonces le digo que no le van a obligar a comprarse la sotana el primer año. Hasta el último año no tienes que decidir si quieres quedarte o no pero en realidad te ayuda a madurar para tomar la decisión. Entonces, aunque siempre tenía el deseo de servir a Dios, decidir hacerme sacerdote fue en torno a los 18 ó 20 años.


¿De dónde es?


Yo nací en Ciudad Real pero mi familia es de un pueblo de la sierra de Jaén.


¿Y cómo acaba en Valdepeñas?


Por el nombramiento de un obispo. Ya había estado siete años en Carrizosa y Alhambra y el obispo don Antonio vio que tenía que venir a Valdepeñas, donde llevo quince años.


¿Y cómo es el balance de estos años aquí?


En todos los sitios donde vas hay dificultades y mucho más ahora en la sociedad donde Dios es, a veces, una alternativa un poco extraña. Se han hecho muchas cosas en la parroquia, se siguen haciendo, hay mucha gente implicada... Luego ya, lo que la gente pueda opinar o no de mí es lo de menos porque yo no soy un político, no tengo que presentarme cada cuatro años para que me voten, sino que estoy aquí porque me ha puesto Dios y puedo ser cura en Valdepeñas o en el Japón. Soy sacerdote de Jesús y me da igual estar en un sitio que en otro. Gente que quiere oírte hay en todos los sitios, gente que no quiere oírte, gente que quiere seguir a Jesús, gente que no quiere seguir a Jesús.... Entonces, la verdad es que muy bien porque tengo ese carácter de decir vamos a tirar para adelante con lo que hay y ya está.


En Valdepeñas hay muchas parroquias, muchos curas, pero cuando se habla del cura del Cristo digamos que es el cura de Valdepeñas. ¿A qué se debe esa popularidad?


En realidad me han hecho popular pero creo que es por la forma que tengo de predicar porque predico muy directo, muy claro, intentando explicar el Evangelio con ejemplos de la vida cotidiana o de la vida diaria que se tiene en la familia, con los matrimonios..., y eso es lo que resulta chocante en los medios y por eso me sacan. Creo que principalmente es por eso porque todos los sacerdotes trabajamos igual y hacemos lo mismo. Lo único que pasa es que lo que diferencia más es en el tema de la predicación, que soy más directo y pongo ejemplos de la vida cotidiana.


Porque el hecho de que le saquen tanto en programas de televisión a nivel nacional, en La Sexta, Cuatro, haciendo debates en torno a polémicas, ¿cómo se lo toma?


Yo no tengo redes sociales, así que no me entero de nada. Lo único que tengo es WhatsApp y Telegram pero al no tener Instagram, Facebook ni X, las críticas me dan un poco igual. A veces la gente me cuenta pero hace mucho tiempo le dije a la gente que no me contaran nada porque para mí es más cómodo. Sí que en este tiempo he tenido que declinar varias veces invitaciones para ir de tertuliano a televisión, a programas de Cuatro, de Telecinco, de La Sexta, y en realidad nunca he querido ir porque mi vida no es esa. Mi vida es dedicarme a Dios. Como nosotros retransmitimos la misa todos los domingos por YouTube porque hay gente de la parroquia que viven fuera de España y que quieren seguir vinculados a la parroquia, en ese sentido yo predico y ya está. No le doy más vueltas. Porque si estuviera pendiente de van a decir esto o aquello, al final no vives. Sí que es cierto que la gente me dice que yo sé lo que van a sacar porque muchas veces yo mismo digo lo que van a sacar. Si hablo y soy fiel al magisterio de la Iglesia, no lo van a sacar, pero en cuanto me salgo y pongo cualquier ejemplo, sé que lo van a sacar.


¿Lo provoca o le sale natural?


No. Si me grabaran las homilías de diario, saldría todos los días  porque todos los días pongo alguna anécdota o ejemplo. No lo provoco. De hecho, trabajo en Madrid junto con sacerdotes y eso me permite conocer a obispos. Y a un obispo también muy mediático le dije que estaba un poco cansado y que no sabía si escribir a La Sexta diciendo que no me sacaran más y tal. Este obispo me dijo que no lo hiciera porque cuando me sacan no me critican, no critican a la iglesia, sino la forma que tengo que de decir las cosas. Y en La Sexta, si sale un cura es para mal, así que el hecho de que salga un cura y no lo critiquen y solamente se rían un poco de la forma tan directa que tengo de decir las cosas, es una forma de estar ahí. Y por eso  no les he escrito para que no me saquen más. Luego también te encuentras todo tipo de cosas. A veces te molesta que entres en un restaurante y la gente se ponga a cuchichear diciendo que soy el cura de la tele. Pero luego también tiene cosas buenas. Donde voy a Madrid a trabajar en un sitio donde ayudamos a curas, uno de los curas, que es muy gracioso, de Palencia, me pidió que me hiciera una foto con él porque su madre era mi fan número uno. Entonces, le mandé un audio a su madre. Imagino que la gente que vive de esto le tiene que pasar igual. Y más ahora, donde todo el mundo opina de todo y todo el mundo te conoce de toda la vida.... Me hacía mucha gracia durante todo el jaleo del principio, que le ponían el micrófono aquí en la puerta a la gente para preguntar lo que opinaban de mí, salían señoras que decían que no les caía bien pero eran gente que no me habían visto nada más que una vez o en algún entierro. Por eso al final pasas un poco de esto.


La labor de los sacerdotes, además de predicar las misas, es muy invisible, estando junto a los enfermos, en el hospital, causas sociales...


Sí, una vez le preguntaron al alcalde, Jesús Martín, qué opinaba sobre mí y del dinero, dijo que a lo mejor me tendrían que preguntar cómo me había jugado la vida en el hospital durante la Covid o cómo había enterrado a la mayor gente del pueblo por la Covid porque los sacerdotes eran mayores y no podían ir o yo dije que no fueran porque eran mayores.... En realidad es que la vida de un sacerdote no se ve. Por ejemplo, un matrimonio que está pasando dificultades, viene a hablar conmigo para que les ayude a que se reconcilien y eso no sale en los medios. No sale en los medios si hablas con un chaval que lo está pasando mal porque ha cortado con la novia. Y nosotros normalmente no se lo contamos a nadie. Y tampoco se cuentan casos de familias que están en situaciones difíciles porque han llegado a desencuentros por temas de herencias o que los hermanos no se hablan... Tú no vas contando esas cosas a la gente porque tenemos un secreto profesional y no podemos contar el bien que hacemos a la gente. Se ve la parte pública, en la que predicas. 


¿Qué mensaje le daría a sus feligreses? ¿Y a los ciudadanos de Valdepeñas?


A mis feligreses les diría que quieran a Jesús, que si estamos aquí es para querer a Jesús, a la Virgen y a la Iglesia, que es la familia que Jesús hizo, que no es perfecta porque ninguna familia lo es, porque en el momento que está formada por personas, esas personas no son perfectas, pero nos queremos a base de tener manías porque somos una familia. Eso es lo que hasta ahora ha hecho que la parroquia en estos quince años haya cambiado mucho. El que lo que nos une es el amor a Jesús, el amor a la Virgen y el querer trabajar juntos en una parroquia.


Y a los ciudadanos les diría que amen a Jesús, que es el único que puede darles sentido a sus vidas. Porque el comprar muchas cosas, el disfrutar mucho, está bien, pero al final te vacía por dentro porque llega un momento donde qué más quiero tener o que más quiero ver.... Vengo de ver a una persona de 90 años y de lo único que me hablaba era de sus nietos y bisnietos. Y es una persona que ha viajado mucho y todo eso ya le da igual. Sólo me hablaba de sus hijos, de sus nietos, porque al final es lo que queda, el amor que tú has puesto en la vida es lo que vale. Así que a la gente les digo que intenten poner amor en sus vidas, que seguro que lo ponen, pero que cuanta más gente, mejor.  Y que lo hagan por amor a Jesús si son creyentes. Y si no son creyentes, que descubran por qué lo hacemos los creyentes y, al menos, que nos respeten, que lo hacemos por amor a Jesús y por amor a la familia de Jesús, que es la iglesia.


Y a los políticos, ¿les diría algo?


Yo tengo muy buena relación con ellos porque una de las enseñanzas de la Iglesia es que debemos respetar a nuestros gobernantes. Porque yo distingo entre gobernantes y políticos. Gobernante es el que toma decisiones y por eso yo respeto mucho a Jesús Martín y a los concejales porque toman decisiones. Y los políticos son gente que quieren estar en ese lugar de toma de decisiones. Yo en la política no me meto mucho y la gente lo ve cuando yo predico. Sobre todo, a los que gobiernan sí que les diría que tomaran decisiones buscando el bien de todos, el bien común, no sólo buscando el salir dentro de cuatro años. A veces eso no es fácil, tienen que saber aceptar críticas, que se las harán, pero sobre todo que la mayor crítica sea la que ellos se hagan a sí mismos, de que podían haber hecho algo mejor o podían haber ayudado mejor a cierta persona o colectivo. Esa es la mejor crítica que pueden hacerse, la que nos enseña la Iglesia del examen de conciencia de por las noches. Y esforzarse cada día por hacerlo mejor.


Y si le llamaran para ir en las listas de algún partido, ¿iría? ¿O le han llamado ya alguna vez?


No, nunca. Además, lo tenemos prohibido. De hecho, algún sacerdote que se presentó para ser concejal en Málaga fue suspendido. El Papa Benedicto XVI dice en su libro 'Jesús de Nazareth' que cuando la espada y el altar, el poder político y el religioso, se han unido, siempre ha salido perdiendo Dios porque al final los gobernantes siempre te buscan para que legitimes las decisiones que ellos toman. Pero nosotros estamos aquí para servir a Jesús y ningún gobernante, por muy bien que lo haga, agotará todas las enseñanzas de Jesús. En ese sentido, nosotros debemos apoyarles. Siempre que Jesús Martín me ha pedido algún tipo de apoyo, o al revés, le he apoyado. Pero igual que cuando estaba en Alhambra o en Carrizosa, es decir, tengo muy buenos amigos que han sido alcaldes, o senadores, o diputados, e incluso tengo algún amigo que ha sido secretario de Estado o consejero en alguna comunidad. Yo les puedo aconsejar o darles la visión cristiana que yo tengo pero nunca tomaré decisiones en nombre de ellos porque no es mi cometido, no es mi función.