El auditorio Inés Ibáñez Braña ha servido de escenario un año más para celebrar la poesía y el vino nuevo con la Cata del Vino Nuevo y Anochecer Poético organizado por el grupo artístico y literario El Trascacho, que ha alcanzado su edición número 55. Una cita en torno a la palabra que de nuevo ha contado con aforo completo para disfrutar de la Exaltación al Vino Nuevo y a la Poesía, que ha correspondido al actor valdepeñero Manuel Moya.
"La palabra en mi profesión es muy importante y la poesía tiene mucho que ver; he intentado hablar de que la poesía, el vino, las palabras y el teatro tienen más cosas en común de las que yo mismo pensaba", ha señalado Moya, quien ha reconocido ser "un orgullo que hayan querido contar conmigo". También ha mostrado "expectación y nervios, son 55 años haciendo esto, he estado mirando a la gente que ha pasado por aquí estos años y a mí me pone nervioso pero también me gusta, es una fiesta y que te quieran hacer partícipes de algo así es un orgullo".
Durante el acto también se ha dado la bienvenida al vino nuevo con la Danza del Vino a cargo de Francisco Ramón Moya y Alicia Abarca y los asistentes lo han podido degustar.
Además, se ha entregado los premios del certamen internacional.
María Rosario Bernal, de Puertollano, ha obtenido el símbolo Cencibel, por su poema “Blanco y tinto en tu ausencia”. Es el premio al poema que mejor ensalza al vino de Valdepeñas.
Esteban Torres Sagra, de Aldeahermosa de Montizón, en Jaén, se ha alzado con el símbolo Jaraíz, por su poema titulado “Igual que antes”.
Juan Maldonado Martínez, con seudónimo Alonso de Molina, se ha hecho con el símbolo Chilanco, por su poema “Antífona de adviento”.
El símbolo Pámpanas amarillas ha sido para María Pilar Geraldo Denia, de La Gineta, en Albacete, por el poema de título “Cuando callen los pájaros”.
Y el símbolo Vino Nuevo ha correspondido a Andrés Francisco Rodríguez, de Mérida, por su poema “Destemplanza en el jardín junto al Teatro Romano”.