viernes, 27 de junio de 2025, 06:03

El último botero de Valdepeñas muestra en la Plaza de España el proceso de fabricación de una bota de vino, un oficio que tiene los días contados

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La Plaza de España ha acogido este sábado un taller en vivo de fabricación de botas de vino que ha corrido a cargo de Manuel Fresneda, de Botería Fresneda, de Valdepeñas, dentro de las actividades del Día Europeo del Enoturismo. Un oficio que "tiene los días contados", según ha apuntado, ya que en la provincia de Ciudad Real sólo quedan dos, en Castilla-La Mancha quedan tres y en España, media docena.


A su laborioso proceso de fabricación, que es totalmente manual y artesanal, hay que sumarle la escasa demanda con la que cuenta y también la dificultad de encontrar los materiales necesarios para su fabricación, como es el caso de la piel de cabra y la resina de pino.


Así, Fresneda confiesa que hasta su botería se acerca poca gente a comprar una bota de vino, sino que las suele distribuir entre pueblos pequeños de distintos puntos de España y en alguna feria a la que asiste. "La demanda gente de más de 40 años porque hoy los jóvenes son más de botellón", aunque las botas de vino todavía se utilizan en corridas de toros, romerías, fiestas, almuerzos o en la vendimia.


En cuanto a tamaños, Fresneda fabrica desde la más pequeña, que es de medio litro, hasta lo que le encarguen, como pueden ser de 150 litros.


De esta forma, el objetivo de esta taller ha sido mostrar "que la bota sigue viva y de enseñar a la gente que aún quedamos gente que hacemos estos trabajos". Un trabajo laborioso ya que en elaborar una bota de vino se tarda veinte días, como ha apuntado Fresneda, el último botero de Valdepeñas.