Bernabé Gilabert vuelve a la Galería Marita Segovia, con sus últimas creaciones.
No obstante, hay obras de 2019 de la serie “Palés”, y algunas de “Zócalos” del 2012 y 2017. En un ejercicio revisionista y al ver el conjunto, estas obras siguen vigentes e integradas con la de los últimos años. Siendo una constante su búsqueda de las formas y el color, en estas últimas en los habitáculos ya vividos.
La serie “Collage” de formato mediano 55 x 46 es un trabajo disciplinar, ya que son reproducciones fieles de pequeños apuntes, hechos casi mecánicamente, en una especie de diario. Creando una explosión de fragmentos casuales.
Las obras Des-habitados, son las últimas creaciones, basadas en las huellas de color que dejan nuestros hogares una vez derruidos. Estos espacios reales sirven como excusa para elevar por medio de la reflexión y el proceso creativo, el placer de contemplar algo tan simple como la unión de diferentes planos del color, a parte de la carga emotiva. Estos planos de color se expanden dinamizando el estatismo monocromo.
No olvidamos por pequeñas en cuanto a tamaño, pero no en calidad, los delicados “Masking”, apuntes efectuados con los fragmentos de cinta utilizadas en procesos anteriores, en un ejercicio conceptual, de dar protagonismo a lo residual, elevándolo a protagonista.
Según comentó Oscar Alonso Molina en un magnifico texto en el catalogo de una anterior exposisción “ Gilabert parece consciente de cuánto debe su obra a toda la herencia tardomoderna, donde los logros del constructivismo y el suprematismo se articularon de manera radical en el arte minimal”.
El color flota en toda la sala, atrévete a vivirlo.