lunes, 7 de julio de 2025, 20:13

Doctrina Chavista

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EUROPA PRESS


Aun siendo claros los resultados de las últimas elecciones venezolanas convocadas el pasado 28 de julio, el dictador Nicolás Maduro continúa sin reconocer la definitiva derrota que recibió su “partido”, el Partido Socialista Unido de Venezuela, frente a Edmundo González, el candidato de la alianza de oposición política establecida a partir de los principales grupos que pretenden poner fin al régimen chavista.


Si bien es cierto que las instituciones cuyas encuestas son tergiversadas por el tirano, como el Consejo Nacional Electoral (CNE), que lo posiciona como el ganador, se niegan a sacar a la luz la decisión denotada a raíz de los sufragios ciudadanos en una amplia mayoría, los opositores han logrado alrededor del 70% de los votos y prueba de ello es refutada por los reproches de la comunidad internacional, destacando el implacable comunicado que ha emitido el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, reconociendo la victoria propiciada a Maduro a través de la siguiente declaración: “Dadas las abrumadoras pruebas, es claro para los Estados Unidos, y sobre todo para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia ganó la mayoría de votos en las elecciones presidenciales de Venezuela el 28 de julio”. No cabe duda de que, en contra de comportarse con dignidad frente a la diplomacia internacional, el absolutista ha respondido sin tapujos ante lo que parece ser una muestra del despotismo que constituye: “Sale Estados Unidos a decir que Venezuela tiene otro presidente. Estados Unidos debe sacar sus narices de Venezuela, porque el pueblo soberano es el que manda en Venezuela, el que pone, el que elige, el que dice, el que decide”.


La manipulación en manos del Gobierno socialista de Maduro no ha impedido que la globalización haga conocedores a ciudadanos de otras naciones la vigente situación de crispación social en el país, así como la utilización de la violencia policial para reprimir las reivindicaciones populares en contra de la permanencia del poder en manos del opresor sistema chavista. Incluso el presidente español ha manifestado en una comparecencia la necesidad de transparencia en los comicios: “Seguimos con preocupación los acontecimientos que se están viviendo en Venezuela. Es necesario recordar lo que hemos venido diciendo desde que se celebraron las elecciones y es imperativa esa transparencia en el recuento electoral. Para poder reconocer los resultados hay que poder verificar las actas de todas las mesas”. Aunque no por ello olvidemos la pura estrategia política presente en sus palabras y el oportunismo del que Pedro Sánchez haría utilización en un contexto donde España no se hallase integrada en la Unión Europea.



El arraigamiento al poder que ciertos líderes llevan a cabo ciega la capacidad de conducir adecuadamente al pueblo sin que intereses económicos que beneficien a la élite se interpongan en el camino de la justicia y trasforma países con potencial capital para prosperar en meras muestras del fin conseguido a través de la doctrina presente en las falacias disfrazadas de oportunidades que son capaces de posicionar sufragios en favor de aquello que se aferrará al trono real de manera imprevisible y, consecuentemente, discrepará con respecto a la continuidad de la libertad civil.