Hay cosas que no cambian, ni tienen por qué hacerlo. Por eso, la inauguración de la Feria y Fiestas de Santiago y Santa Ana mantiene su formato sin perder un ápice de su dimensión. Este miércoles, 24 de julio, cuando la torrecilla del reloj hacía sonar las 9 de la tarde, la Banda de San Sebastián comenzó el tradicional pasacalle. Detrás, los gigantes (Don Quijote y Dulcinea) y los cabezudos, que este año desfilaban acompañados por la peña de carnaval 8+1. A continuación, la Banda Municipal, y detrás, la comitiva de autoridades.
Son apenas unos minutos de recorrido, pero con una mochila de significado enorme. La inauguración de la feria es La Solana misma. Las calles, repletas. Los niños, con los ojos de par en par. Y muchas sonrisas en los labios de la gente. Porque sí, la feria es alegría.
A la entrada al parque, aunque con las luces del arco central prendidas antes de tiempo, la alcaldesa cortó la cinta. A su izquierda estaba la pregonera, Ramona Serrano, y a su derecha el presidente de la Diputación, Miguel Ángel Valverde. Sonaron las palmas y el séquito de autoridades e invitados se adentró en el ‘real’ de la feria. Quedaba otro momento genuino, exclusivo de La Solana: la izada de la bandera amarilla y azul. La regidora hizo los honores a los acordes del himno local.
La feria del patrón Santiago y de la abuelica Santa Ana estaba oficialmente inaugurada. Aún quedaba el paseo de rigor, haciendo eses entre paseos, puestos y chiringuitos. En el parque La Moheda, nueva ubicación, todo estaba ya preparado para escuchar el pregón…