El artista asturiano Miguel Galano (Tapia de Casariego, 1956) se ha alzado con la Medalla de Oro de la 77ª Exposición Internacional de Artes Plásticas de Valdepeñas. Ha sido gracias a su obra de pintura 'Invierno en Frederiksberg have', que ha sido elegida entre 303 obras presentadas. Una pieza que representa un precioso parque de Copenhague y con la que el artista trata, igual que con el resto de sus obras, de trasmitir una emoción, de intentar que el espectador sienta un cierto temblor ante ellas. El propio artista nos lo ha asegurado en esta entrevista realizada minutos después de haber recibido la feliz noticia.
¿Cómo se siente tras haber sido elegida su obra como Medalla de Oro de la exposición de entre un total de 303 obras presentadas nada más y nada menos?
Nada más y nada menos... Es un orgullo muy grande y una noticia fantástica. Soy un antiguo participante en el certamen. Creo que participé por primera vez allá por los años 90 y en una ocasión obtuve una Pámpana de Plata que pasó a formar parte de la Fundación Jiménez Cacho. Es un honor porque además los miembros del jurado son de máxima altura, lo que hace si cabe mayor mi satisfacción.
¿Qué significa para Miguel Galano haber ganado esta Medalla de Oro?
Un honor. No sé cómo explicarlo. Me pilló de sorpresa. Tenía una obra de unas características y de un tamaño que me animaron a participar pero un concurso es difícil ganar porque hay muchos ingredientes, depende del jurado, hay tendencias que varían. Yo tengo una cierta experiencia y en el caso de Valdepeñas es dificílisimo porque la competencia es enorme. Más ahora porque el espacio para los concursos de pintura fue menguando ante la aparición de otras maneras de expresarse. Muchos concursos de pintura desaparecieron. Desaparecieron también todas aquellas convocatorias que eran numerosas. Y los tiempos no son muy favorables, de manera que la satisfacción es más enorme si cabe.
¿Qué me puede decir de la obra ganadora, 'Invierno en Frederiksberg have'?
A los pintores nos gusta mucho hablar sobre la pintura y más aún sobre la propia pintura. Mi trabajo está próximo a un espíritu norteño, de cierto rasgo romántico, cercano a la melancolía, siempre en una gama de grises, con un color muy contenido. Soy, por otra parte, un pintor que va pintando siempre por donde va pasando. Me gusta viajar por Europa, de manera que esta pieza representa un precioso parque de Copenhague. Me encuentro muy a gusto, por cuestiones de la luz, en el norte y el centro de Europa y he tenido la suerte de viajar y de pintar en lugares como Budapest, Cracovia, Estocolmo, Copenhague o Praga. Precisamente al hilo de estos viajes preparo una exposición que se titulará 'París-Lisboa' que recoge paisajes de esas dos capitales tan bonitas.
¿Qué intenta transmitir con estos paisajes invernales?
Me cuesta mucho traducir a palabras estas cuestiones. Mi vinculación con el arte es emocional. Entonces, trato de transmitir una emoción, que el espectador sienta un cierto temblor ante la pintura. Lo que nos importa de la pintura escapa del territorio de las palabras y las explicaciones. La pintura no tiene que ver con la idea de comprender. A partir de ahí, cualquier explicación resulta difícil y quizás inapropiada. Uno puede decir, como en este caso, a qué lugar corresponde y otras cuestiones de tipo gramatical y técnico pero el territorio de lo que uno quiere decir es más escurridizo.
El jurado ha dicho que su obra es silenciosa y sutil. ¿Está de acuerdo con esto?
Aunque me cueste mucho verbalizar este tipo de cosas hay gente que lo hace muy bien. Efectivamente, tiene que ver mucho con el silencio y es sutil porque mi pintura sucede en campos muy estrechos de color y de tono, las diferencias son mínimas, es casi como si fuese un soplo. Es todo lo contrario al ruido, a la estridencia, así que estoy completamente de acuerdo con el jurado.
El 90% de las obras presentadas al certamen han sido figurativas, según ha destacado el jurado. ¿Está de acuerdo, como artista, en que ahora la vertiente del arte camina hacia ese estilo?
Sospecho que tiene que ver más con una coincidencia. Yo me muevo en el mundo figurativo pero si de pintura hablamos, de lo que se trata es de transmitir, de conseguir llegar a ese mundo que me cuesta tanto explicar. Sea esto a través de una abstracción o de una figuración o de cualquier otro lugar de la pintura, es lo de menos. Hay veces que hay tendencias dominantes hacia otro lugar pero no le daría importancia. Para mí lo importante es llegar, transmitir, y si es a través de la representación de un muro, de un árbol o de una farola, o es a través de unas relaciones de color geométricas, unas manchas, no importa. Es asunto menor.
Imagino que le veremos por Valdepeñas para recoger la Medalla de Oro...
Sí, claro, allí estaré encantado. No hay un mejor pretexto para visitar la ciudad.
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