jueves, 8 de mayo de 2025, 09:00

Hegemonía del lenguaje

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Es probable que el lenguaje haya surgido para NNVLBC6CVFGNPEA23XQYOYHLME

Foto: www.psicologia-online.com



Vivimos en una sociedad donde “existe la libertad de expresión”, sin embargo, quisiera reflexionar sobre la hegemonía del lenguaje que se procura doctrinar en el habla de la ciudadanía, con el propósito de controlar nuestra mentalidad en torno a cómo hemos de posicionarnos respecto a los tantos paradigmas ecúmenes que trascienden en el panorama político y diplomático actual, suprimiendo, así, la supuesta libertad de expresión que ostentamos. 


Primeramente, permítanme hacer una breve reflexión sobre el lenguaje. El lenguaje es la raíz del pensamiento. El lenguaje, de hecho, configura nuestro pensamiento, de ahí la importancia de entenderlo, respetarlo, interpretarlo adecuadamente y no vulnerarlo. Nuestros políticos son expertos en la manipulación a través del lenguaje. Ya lo dijo Antonio de Nebrija, en 1492, en la primera Gramática de la lengua castellana: “siempre la lengua fue compañera del Imperio”, esto es, si se quiere dominar, se ha de persuadir a través de la lengua. 


Ahora bien, la libertad de expresión, tal y como se concibe por el significado que, actualmente, resulta un tanto obsoleto, se encuentra “permitida”, sin embargo, los principios de cómo persuadir para limitar el lenguaje han cambiado mucho, dada la desenfrenada evolución, no siempre aliada del progreso, que se está llevando a cabo; ya no se prohíbe una terminología específica (antiguo método de condicionar nuestro registro lingüístico), en nuestros tiempos, se dice que esos conceptos, los cuales pretenden que caigan en desuso, resultan ofensivos o “políticamente incorrectos”, apología que se halla en auge. 


No obstante, la hegemonía del lenguaje no se exalta únicamente en la limitación de nuestro repertorio filológico, sino que, también, hay muchos más aspectos en los que se muestra un severo estancamiento cultural, como es el caso de la educación: según las últimas estadísticas realizadas por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) sobre la evolución de los sistemas educativos de los 38 países que la componen, el nivel educativo de los estudiantes en la Unión Europea ha bajado en comparación con el último barómetro y España no se ha redimido de ello. 


Toda esta situación de descenso en cuanto al nivel didáctico de los estudiantes, a escala internacional, es reflejo del sometimiento que se intenta realizar en nuestra manera de pensar, apaciguando nuestra capacidad de reflexión, en un mundo que hace primar el adocenamiento antes que el perfeccionamiento del sistema. 


Por ello, me gustaría reivindicar la importancia del lenguaje y de su correcto entendimiento, pues impide el avance de un peligroso oscurantismo, ocasionado por la hegemonía del lenguaje que quienes poseen el poder pretenden llevar a cabo, mediante la dominación de los medios de comunicación, por no hablar de las narrativas disfrazadas de las que nuestros líderes hacen uso en sus intrincados discursos, bajo intereses políticos con los que pretenden dominar a la ciudadanía, pues ellos mismos creen en nuestra incapacidad como ciudadanos para desarrollar por cuenta propia el pensamiento crítico y racional.