lunes, 12 de mayo de 2025, 13:11

La Bodega de Luis Palacios (1870)

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La ilustración es parte del despacho de don Luis Palacios Sanchis, el mayor bodeguero de la región, que fundó sus bodegas en Valdepeñas, en 1870, junto a su hermano Siro y que enviaban diariamente a Madrid 2.500 pellejos de vino cuya capacidad era de 7-8 arrobas el pellejo-la arroba de líquido son 16 litros-, en el famoso: "Tren del vino", que con destino a la: "Villa y Corte", salía todos los días de la estación de ferrocarril de la: "Ciudad del Vino" arrastrando 25 vagones repletos del néctar báquico.


EXPORTACIÓN


Además, fue el primero en abrir mercado a la exportación, dado que comercializaba sus caldos y bebidas espirituosas: Anís, Coñac, vermut... en: Argentina, Uruguay, Méjico, Chile, Puerto Rico, Filipinas, Rusia, entre otros países en los que tanto sus vinos finos como sus licores eran muy apreciados.


Asimismo, fue Alcalde de Valdepeñas en dos épocas muy diferentes: 1910 y 1934. Era conocido popularmente por ser el propietario de: "La Bodega Monstruo" y fue el vinatero más reputado entre el último tercio del siglo XIX y el primero del XX, hasta el extremo de que en Valdepeñas se decía: "En Valdepeñas comía o no comía quien D. Luis Palacios quería".


LA GUERRA INCIVIL...


Este importante empresario no llegaron a fusilarlo como ocurrió con la mayoría de los bodegueros, terratenientes y ricos agricultores de Valdepeñas- tras el golpe de estado que dio Franco, que fue el causante de la guerra incivil española y de todas las barbaridades que hicieron rojos y azules...-, dado que, cuando se corrió el rumor de que iban a darle: "El Paseo" a don Luis, él mismo se quito de en medio...


LA MEMORIA DEL VINO


El citado despacho se puede ver en en el Centro Cultural: "La Confianza", de Valdepeñas-sito en la c/. Real-, en la espléndida exposición: "La Memoria del Vino", que se podrá contemplar hasta el 12 de enero; muestra que ha sido comisariada por mi paisano y buen amigo Francisco José Cerceda Cañizares (Doctor en Historia del Arte y profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha, en Ciudad Real).


EL LIBRO DE LOS VINOS


Y no olvide el atento lector de comprar el libro: "Los vinos de Valdepeñas a través de sus bodegas", cuyo autor es mi pariente el periodista especializado en vinos, José Luis Martínez Díaz, donde podrán leer mucho más ampliado e ilustrado con preciosas fotos, postales, documentos, etiquetas, publicidad... de la época el texto sobre este prestigioso bodeguero valdepeñero, que, en el citado tomo tiene un capítulo aparte dedicado a él, junto a otras grandes familias vinateras: "Los Tellos", Domingo Ruiz de León, Eusebio Vasco, Caravantes, Nieva, Cornejo, Tarancón, Pinarejo, la saga de los Galán...


PRÓLOGO.


Por cierto, que el artífice del prólogo del nombrado volumen es de un tal Joaquin Brotons Peñasco, que es el mismo que ha redactado este artículo con la pasión y amor que siente por Valdepeñas-su ciudad natal- y su milenaria cultura del vino, dado que, como dice el refranero: "De casta le viene al galgo", ya que, por la parte paterna es: Nieto, hijo, sobrino y primo de bodegueros, cuya razón social era: "Bodegas de Matías Brotons y Hermanos", fundadas a finales del siglo XIX y que cerraron sus puertas en 1992, tras cuatro generaciones trabajando en ellas y elaborando vinos de calidad, que contaron entre sus clientes a personalidades como el ilustre médico y escritor don Gregorio Marañón, que fue parroquiano toda su vida de los "Vinos Brotons", continuando tras su muerte, su viuda doña Dolores Moya, entre otros clientes también cabe citar a el escritor Pío Baroja; los pinores: Sorolla, Zuloaga y Vázquez Díaz; el escultor Juan Cristóbal; el torero Juan Belmonte, y el abogado, juez, cronista oficial de Madrid y escritor Antonio Díaz Cañabate, que, en su libro: "Historia de una Taberna" (Espasa-Calpe, 1947), elogia los vinos de Brotons, que, en aquellos años hacia Francisco Brotons Gonzálvez -mi padre-.


Y por la parte materna: Nieto de un agricultor de viñas-Julián Peñasco Pozo-, que con las uvas de sus majuelos hacía un excelente vino, que, después, vendía a los exportadores, dado que, él no se dedicaba al comercio de vinos, ya que, además de sus viñas y olivares también se dedicaba a la compra-venta de aceite puro de oliva, que traía de Jaén y distribuía a las casas y en las antiguas tiendas de comestibles de Valdepeñas, junto a su hijo Doroteo Peñasco Sánchez, un comerciante nato, que, años después, se fue de vendedor con la conocida firma: "Carmelo Madrid, S.A", que eran fabricantes de aceite y elaboradores de vinos, empresa muy importante que también está incluida en el volumen: "Los vinos de Valdepeñas a través de sus bodegas", una joya de libro que todo valdepeñero/a que se precie de serlo debe leer y tener en su biblioteca.


www.joaquinbrotons.com