martes, 6 de mayo de 2025, 07:03

Arrimar el ascua a su sardina

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Bajo la columna de ”El sopón“, intentaré después de bastantes años permaneciendo sin escribir en los medios locales, si estos me lo permiten, opinar de algunas cosas que el día a día nos trae a esta heroica Ciudad de Valdepeñas y sus gentes.


Como sabrá más de uno, el sopón era aquella sopa grande que en los almuerzos de amigas y amigos en torno a la sartén de turno con gachas, pisto, encebollaos etc., que se echaba en la sartén, para que los reunidos se tomasen un descanso de seguir comiendo.


Era por tanto, el momento de parada y fonda para beber de la bota de vino, e interrumpir a los que con más ansia comían, y nunca se hartaban, y a los que estaban en viva, animada e incluso acalorada tertulia de algún tema actual.


No hace tantos años, pero si alguna que otra generación atrás, cuando se trabajaba de sol a sol, lamentablemente, los labriegos echaban una gran hoguera en mitad del campo para hacerse cada uno de ellos de forma individual su comida. Como quiera que casi de forma individual o familiar tenían que acudir a la hoguera central para coger unas pocas brasas y así para calentar o asar su pobre avituallamiento que para ese día tenían, por cierto algunos nada, que cuanto más tarde llegaban a donde se encontraba la hoguera, esta se iba mermando quedando las peores brasas, por lo que las ascuas para los últimos apenas si servían para sus menesteres culinarios, de ahí la frase “ arrimar el ascua a su sardina”.


Arrimar el ascua a la sardina de cada uno, en su interés del individuo político de forma particular ya no se hace en las hogueras del campo, ahora es realizado por este arte escénico que cada día tienes más intérpretes :“ el arte de engañar “ según palabras de Maquiavelo.


Hemos tenido dos elecciones en pocos meses, no se si decir mejor hemos “sufrido”, y tengo la sensación de que la política en el ámbito de la razón moral, no de una razón simplista técnico-calculadora, va socavando poco a poco la razón moral de lo que verdaderamente sirve a la justicia y que no debe ser oscurantismos que disminuyen la capacidad de la razón.El espíritu partidista que acompaña al tener el poder (elascua en su sardina), producirá continuamente mitos de diferentes formas, que aunque son presentados como la verdadera senda de la realidad moral política por el bien común, es sin embargo una falta de realidad, son máscaras y encubrimientos del propio poder.


Nos tendrían que explicar que ascua y a que sardina van a ir a parar, con la abstención dé Vox en el Pleno de Valdepeñas para las liberalizaciones y salarios de los liberados para los próximos cuatro años. El secreto de las decisiones no solo es por qué, sino para qué.


Aún quedan muchas sardinas y muchas ascuas pendientes a nivel nacional, regional …… ¡ Tin echa el sopón!