Homenaje al valdepeñero Enrique Pedrero Muñoz en la Casa de Ávila en Madrid por su trayectoria artística y literaria

Imagen: Julio Mendoza, Esteban López de Lerma y Eduardo Céspedes.

INTRODUCCIÓN

El acto tuvo lugar en el Hogar de Ávila, sito en la calle Caballero de Gracia, 18 de Madrid, el día 18 de mayo de 2023. En la presentación estuvieron presentes, la Presidenta de la Casa Regional, María, Anunciación Guil Redondo, el director, Pablo Reviriego Moreno, actuando como secretaria, María Tena Fernández y bastantes asistentes, en los que destacaban bastantes personas del mundo del arte, la crítica y la cultura, que sería largo de enumerar y familiares, amigos y conocidos del artista.

PRESENTACIÓN

En primer lugar, intervino María Anunciación Guil, dando la bienvenida a Enrique Pedrero y a los asistentes, para después hacer una presentación ejemplar del Hogar de Ávila en Madrid, como centro multicultural donde cada mes hay una exposición de pintura, escultura, literatura, poesía, etc.

En este caso al hablar de Enrique Pedrero, habló largo y tendido, haciendo un repaso de la trayectoria artística y literaria del homenajeado, en el que destacó el esfuerzo sobre humano, titánico y constante para llegar al nivel artístico que ha conseguido a través del tiempo, como pintor, escultor, escritor, doctor, profesor, entre otras atribuciones, muy difícil de llegar y como una persona muy culta. Sin embargo, se ha enfrentado a diversos factores de la vida en una lucha sin cuartel, pasando a vertientes casi inaccesibles para cualquier persona humana. Y añadió, comentando los factores que han intervenido en su expresión visual y representativa, destacando tres aspectos: el artístico con sus dos vertientes la pintura y la escultura, así como la faceta literaria y subrayó: el arte de Enrique Pedrero es un arte poético, sus obras tienen mucho que decir en el factor social y humano, es un arte que atrae, como algo singular cuando se observan sus obras, ya que es un arte que relaja y refleja en definitiva el alma del artista y que no pasa desapercibido.

A continuación, intervino Pablo Reviriego, diciendo que conocía la obra del homenajeado, desde hace tiempo y comentó brevemente su biografía, ya que su historial artístico es muy intenso porque tenía bastantes páginas. También agradeció a Enrique Pedrero, la donación de una obra paisajística al óleo sobre el paraje del Peral de Valdepeñas para el Hogar de Ávila.

INTERVENCIÓN DE ENRIQUE PEDRERO

Por su parte Enrique Pedrero presentó por medio de imágenes y su intervención hablada, su trayectoria desde los primeros años de la década de los cincuenta, es decir desde niño, para comenzar en la pintura de la brocha gorda desde los 12 años, mientras desde esta fecha en los ratos libres, tendrá una huida hacia la brocha fina, por medio de restauraciones de imaginería, pintado de carteles para concursos, también cuadros, ya que la actividad de su ancestro no le llenaba demasiado. También intervino la opinión del maestro del colegio donde cursaba los estudios D. Antonio Caminero, al decirle éste a su padre: ”el chico vale para estudiar”, para que no le quitara del colegio, sin embargo, en esa época realizar el oficio del padre era trascendente. Pero ocurrió varios factores a favor: conoció en primicia el color, las técnicas, los materiales y todo tipo de herramientas, que le servirán en un futuro para desarrollar su actividad sin límites, en el terreno de la creatividad y la experimentación artística.

De esta forma se fue haciendo mayor y fue sobre todo después del servicio militar y su primera emancipación, sin poder dejar del todo el trabajo con su padre, cuando nuestro personaje, fue abriéndose a este campo tan complejo, diverso y bonito como es el arte y la literatura, interviniendo en principio en certámenes de pintura locales, provinciales, nacionales… donde comenzará a recibir premios y galardones. En 1974 después de varios cursos obtiene el título de Pintor Decorador, con sobresaliente y realiza cursos de arte en Madrid entre los años 1973 y 1975, para iniciados en la pintura artística.

Comienza a escribir en varios medios de comunicación desde 1975, así como aprobar las pruebas en la UNED de Valdepeñas en el curso 1979-1980 y comienza el curso Primero de la carrera de Derecho, aunque posteriormente abandonará para volver al campo artístico, tras su ingreso en las Asociación Española de Pintores y Escultores, AEPE en 1985.

Desde esta fecha, sus exposiciones colectivas pasan a niveles internacionales y sus primeras exposiciones individuales en 1986 en Ciudad Real y Valdepeñas a las que le seguirán otras exposiciones en varios puntos de la geografía nacional o las pruebas para el ingreso y comienzo de carrera en la Universidad de Castilla-La Mancha, Facultad de Bellas Artes de Cuenca, comenzando sus estudios en el curso 1987-1988.

Posteriormente, termina la carrera en el curso 1991-1992. Para dedicarse a la docencia y a la pintura y realiza los cursos del doctorado obteniendo el título sobresaliente cum laude en el año 2007.

Publica varios libros y otros que tiene en perspectiva.

Finalmente, entre unas imágenes y otras y su intervención Enrique Pedrero, fue desgranando de una forma breve, pero concisa su historiografía artística.

RUEGO DE PEGUNTAS

Fue interesante el ruego de preguntas, porque había en el patio de butacas, personas del mundo de arte y la cultura, interviniendo diferentes personas. Hay que señalar la intervención del doctor, profesor de Bellas Artes y pintor Daniel de Campos y Campos, destacando el esfuerzo importantísimo de Enrique al abandonar el trabajo para irse a estudiar a Cuenca, entre otras atribuciones.

Entre orden de cosas, Daniel terminó diciendo que con su intervención de él mismo y el gobierno municipal de Valdepeñas en 1982, que tenía el bastón de mando Esteban López Vega, se pidió para esta ciudad la facultad de Bellas Artes, cosa que no fue concedida, aunque este municipio tenía y reunía en ese momento y ahora todavía más, la mejor pinacoteca de arte contemporáneo de la segunda parte del siglo XX y parte del XXI, de Castilla-La Mancha, ya que dicha exposición data de 1940 y los premios y fondos de adquisición, reúnen una gran colección de Arte, aparte de una gran movimiento cultural que se mueve en la ciudad. Posteriormente, se pidió para la Ciudad del Vino, una Escuela de Artes y Oficios, que tampoco fue concedida, dado que Valdepeñas no tenía en ese momento políticos en las altas esferas. Fue concedida para otro lugar de la Mancha.

Destacar también la aportación importante del sociólogo, crítico de arte y actualmente Presidente de la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid, José Fernando Sánchez Ruíz, actual conocedor a fondo de Pedrero, afirmando lo siguiente: yo no voy a preguntar, voy hablar sobre Enrique: “para mí Enrique es un símbolo de la capacidad humana de autoafirmarse y de crecer. Si Enrique no hubiera tenido la personalidad que tiene, de entrega y la personalidad de cuidarse a sí mismo, no hubiera podido llegar ni a la décima parte de lo que ha conseguido, ni la posición que tiene. Él, como un Miguel Hernández de la Pintura y de la Mancha, va creciendo día a día con esfuerzo titánico, absolutamente titánico, porque los que conocemos la Mancha y su mundo rural, al igual que el abulense, sabemos lo que es, pero quien no lo conocen, no es capaz de entender las dificultades que una persona tiene para romper en los años 50 o 60 del siglo pasado, en los años de pubertad de Enrique, aquellos años tan difíciles para todos, romper con aquel papel para el cual había nacido y le tenían preparado. Romper y crecer, hacerse independiente y hacerse un artista, es un ejemplo para muchos jóvenes y no tan jóvenes”.

“Segunda cuestión, Enrique Pedrero nos ha aportado y en mi opinión, dos cosas fundamentales: la primera su trabajo artístico, sobre todo en esta última etapa, me parece creativa, personal, una aportación a la Historia del Arte en la provincia de Ciudad Real y en Castilla-La Mancha. Esos últimos años, esas últimas aportaciones y producciones, ese puntillismo es un sello y una aportación personal, que además está imbuida en una lírica y una poética magnifica y que aporta una serenidad y una necesidad de incorporarte al cuadro, como espectador que más de muchos quisieran tener. Pero, además, Enrique lo hace con mucha facilidad, porque está rememorando su parte más íntima, su infancia, sus experiencias, sus sentimientos primigenios, su mundo lírico, por eso nos habla de ese paseo, del kiosco de los helados, etc.”