jueves, 18 de abril de 2024, 10:52

‘No hay negros en el Tíbet’: “Para ser racista no es necesario ser mala persona”

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Asaari Bibang y Lamine Thior, voces del pódcast ‘No hay negros en el Tíbet’, protagonizaron la última cita de la Escuela de Ciudadanía. Un interesante coloquio con el presidente de la asociación, Juanjo Díaz-Portales, en el que analizaron el racismo social e institucional, la criminalización de las personas negras, la hipersexualización de sus cuerpos y su representación en los medios de comunicación y la ficción.


Con la ausencia de su compañero Frank T, que por motivos de salud no pudo asistir a la cita, Assari Bibang y Lamine Thior se subían el pasado viernes al escenario de la Casa de Cultura para hablar de racismo en la Escuela de Ciudadanía. Son las voces del pódcast No hay negros en el Tíbet, un formato que abre camino hacia la deconstrucción a través del testimonio de personas negras y su visión de la realidad social “desde la negritud”.


El objetivo de este proyecto: crear conciencia y desmontar aquellos prejuicios que, en palabras de los protagonistas, “no son patrimonio único de las personas blancas”, ya que las personas negras también han asimilado estas ideas a través de la propia cultura. Así, Asaari Bibang afirmaba que “como personas negras acabamos interiorizando las ideas y los clichés que nos han metido en la cabeza desde que somos niños y escuchamos frases como: «me ponen negra» «lo veo todo negro» y «todo lo negro es malo» (…) ‘No hay negros en el Tíbet’ no es un espacio para el reproche, sino para el aprendizaje mutuo”.


Por su parte, Lamine Thior destacaba la importancia de este programa en un momento en el que nos cuesta corregirnos: “el gran punto, sobre todo en esta época, es que no sé si la gente dejó de rectificar y por eso la gente dejó de perdonar o la gente dejó de perdonar y por eso la gente dejó de rectificar”.


A lo largo de una nutrida charla con el periodista y presidente de la Escuela de Ciudadanía, Juanjo Díaz-Portales, se plantearon diferentes cuestiones como el racismo imperante en nuestra sociedad y por qué hablar de personas racistas no requiere necesariamente referirnos a malas personas. “España es un país racista y estoy segura que muchas personas en el público están pensando «yo no»”, afirmó Bibang. “Y les doy la respuesta: es porque son buenas personas, pero es que para ser racista no es necesario ser mala persona. Para ser racista hay que tener interiorizadas ideas que nos meten continuamente a través de los medios, de nuestras propias relaciones personales... de los organismos públicos”.


El papel de los medios de comunicación


Lamine Thior establecía una distinción entre “el racismo que proviene del odio y el que tiene que ver con la ignorancia”. Para el cómico, el que vemos a través de los medios de comunicación “es el más radical y violento, por lo que, todo lo que no sea eso, no lo consideramos racismo”. Es por ello que, apuntaba, la autocrítica es fundamental para asumir que, como personas, “no somos excelentes”


En este sentido, añadía Asaari Bibang, los medios de comunicación juegan un papel fundamental a la hora de representar determinadas realidades: “Cuando hablan de una enorme familia gitana la llaman clan, cuando es un enorme grupo de ingleses lo llaman turismo, cuando es un grupo de personas negras la llaman ola o tsumani, cuando es un grupo de latinos dicen banda, si son magrebíes le dicen célula”, ejemplificaba la cómica. De esta manera, concluía, “se ha llegado a un punto importante de deshumanización. Si hemos llegado a un punto en el que para sensibilizarnos y empatizar con las personas negras necesitamos ver sus cadáveres negros en la arena, entonces creo que ya no hay nada que hacer con esta sociedad. Porque si tu punto de partida para la empatía es la muerte, no se si hay esperanza”.


El racismo institucional y la criminalización de las personas negras


Citando a Azahara Palomeque, que escribía recientemente sobre la paliza mortal que policías negros dieron a Tyre Nichols, un joven negro en Memphis (Estados Unidos), el moderador ponía sobre la mesa el concepto de racismo institucional. En una tribuna en El País, la mencionada autora afirma que “el problema no es el de una lucha encarnizada entre personas de distintas tonalidades de piel, sino un complejo sistema de creencias perfectamente integradas en el andamiaje cultural, institucional y cognitivo de las sociedades”.


Un racismo, en definitiva, estructural que, tal y como señalaban los protagonistas del coloquio, lleva, según Asaari Bibang, “a la criminalización de los cuerpos de las personas negras”.


Con todo ello, desde 2014 no paran de subir los datos de delitos de odio por racismo o xenofobia. Para Asaari Bibang, estas cifras responden al contexto de crisis que vivimos en la actualidad ya que, “cuando la situación es complicada, lo que nos han dicho que tenemos que hacer es señalar al prójimo y volcar sobre él nuestra ira”.


Uno de los espacios en los que el odio se hace más latente es el mundo del deporte y, especialmente, en el fútbol. Entre los casos más recientes se encuentra el de Vinicius, el jugador brasileño del Real Madrid, que constantemente se ve sometido a insultos racistas de toda índole. Para Lamine Thior, las ofensas que sufre este futbolista no tienen otra motivación más que el racismo. La cuestión, apunta el ponente, es que en este tipo de situaciones “nadie toma medidas ni asume su parte de responsabilidad”, porque entendemos que el problema lo tienen siempre los demás, “el concepto de sociedad genera una sensación de ‘otredad’, de que son ellos”.


La representación de las personas negras


Otro de los puntos de esta nueva sesión de la Escuela de Ciudadanía estuvo dedicado a la representación distorsionada de las personas negras en los medios de comunicación y en la ficción. “El simple hecho de que tenga ciertos conocimientos de estética o maneje el idioma hace que la gente se sorprenda”, afirma Asaari Bibang, “porque están acostumbrados a vernos subiendo y bajando de pateras”. A esto se suma la constante hipersexualización de las personas negras: “Hay una ley social que dice que está feo hablar del cuerpo de los demás, pero de las personas negras se habla de su nariz del tamaño de sus labios, de sus penes, de sus culos…”.


Una cuestión que se agrava en el caso de los cuerpos de las mujeres negras: “Siempre lo hemos visto en la televisión o comprado o vendido, o como esclavas o como prostitutas”. Es por ello que Bibang aboga por un feminismo interseccional, “que tenga en cuenta a las mujeres negras”.


Racismo y salud mental


Por último, esta clase magistral sirvió también para hablar de salud mental. Asaari Bibang, en su libro ‘Y a pesar de todo, aquí estoy’, dedica un capítulo a la depresión que sufrió hace unos años a causa del racismo. En relación a este tema, Lamine Thior afirmó que “las personas negras no tienen derecho a la salud mental, por la negación de su individualidad. Todo lo que hacemos corresponde a un grupo y así es como se nos percibe”.


Tras esta intensa e instructiva charla, llegó el turno de preguntas del público, en el que Bibang y Thior hablaron de microrracismos, como una forma “no pequeña, sino invisible” de racismo que cuesta mucho identificar y erradicar.

Se cerraba así la última sesión de la Escuela de Ciudadanía, que contó con una gran asistencia en el patio de butacas de la Casa de Cultura. La Escuela de Ciudadanía, que cuenta con el apoyo del Ayuntamiento de Manzanares, Diputación de Ciudad Real, Fundación Unicaja y Cadena Ser, tendrá su próxima cita el 24 de marzo con Ana Bernal Triviño y Javier Gallego ‘Crudo’.