viernes, 19 de abril de 2024, 10:31

Un alcalde, una mentira y la cortesía parlamentaria

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Sabemos que la vida política se manifiesta desagradablemente en este país cuando se apoya en la pelea vulgar, en opiniones (y formas de expresarlas) que se esgrimen con agresividad y voluntad de descalificar a quien, con mayor o menor acierto, trata de exponerlas y defenderlas.


Y esta bronca de bajo vuelo y mucho ruido viene campando desde el Congreso y el Senado, con ruedas de prensa, declaraciones altisonantes, retransmisiones en directo o reportajes en diferido, para que el espectáculo se difunda,  de sesiones de instituciones representativas donde nos inoculan  estrategias belicosas con coberturas mediáticas que incluyen la violencia política, las mentiras e interpretaciones exageradas hasta el alarmismo y el insulto personal. Y no se libran de esta funesta moda ni los Plenos Municipales de una ciudad como Valdepeñas que ya tendría bastante trabajo en  afrontar los arreglos y mejoras necesarios para que sus habitantes la vivan como ciudadanos y no como espectadores de un rifirrafe tan espectacular como lamentable.


No es la primera vez que criticamos el particular estilo que nuestro Alcalde practica al presidir un Pleno Municipal. Básicamente se trata de descalificar al contrario poniendo en duda su solidez intelectual, sus conocimientos y hasta su representatividad, aunque se admita que electoralmente ha ganado su puesto de concejal.


Esto ha ocurrido, una vez más, en el Pleno Municipal del mes de diciembre y a propósito de un tema que nadie tomaría como posible desencadenante de un rifirrafe: la tasa por recogida de excrementos de animales y el Centro Municipal Canino. Empezó el incidente  con la intervención de un concejal de la oposición que no veía claro que en el tema de la recogida de excrementos se aplicara una tasa además de existir una multa para los infractores de la Ordenanza. Primera intervención del Alcalde para atacar a éste su supuesto desconocimiento en las normativas del pueblo que él representa como concejal, para continuación, realizar una afirmación del todo inexacta: El Centro Municipal Canino es gratis.


Es entonces cuando toma la palabra el concejal de Izquierda Unida que, esgrimiendo el documento donde se establecen las tasas por los distintos servicios prestados por el Centro Municipal Canino, deja patente uno, que éste no es gratis y dos, el desconocimiento del propio Alcalde-Presidente.   


Entonces el Alcalde que cinco minutos antes había tratado al anterior concejal interviniente como poco dotado para ejercer sus responsabilidades, reclama al segundo concejal interviniente que trate al Presidente del Pleno con “cortesía parlamentaria” y que prescinda de frases agresivas y/o insultantes. Y se le traslucía una cara como de cansancio de tener que ser el Líder Sabelotodo, reserva de los exquisitos modales.


Fin de la anécdota. Pero sería conveniente que reflexionáramos como sociedad sobre si vamos a seguir “normalizando” esta manera de entender el “intercambio” de ideas y el desarrollo del juego democrático.


No lo tomemos a la ligera. Si nos falla la capacidad democrática de instaurar un debate sólido en vez de una riña, oportunista en su aprovechamiento para el espectáculo político como un circo romano, con la consecuencia de tenernos distraídos con “paparruchas”, no estaremos capacitados para hacer frente a un futuro que se nos presenta con terribles retos.


Y las calles, con los excrementos sin recoger.