Goya Román y Gloria Barba son dos de las 17 personas que actualmente componen la peña La Boina. Una peña, que comenzó a salir como grupo hace unos 27 años, y que a día de hoy sigue animándose a salir disfrazados para ambientar el Carnaval de Valdepeñas. Por este motivo, hemos querido recorrer de la mano de dos de sus componentes la historia tanto de la peña como del Carnaval de Valdepeñas para conocer en qué ha cambiado y cómo ha variado la forma de disfrazarse de la gente.
¿Cuántos años hace que salís como grupo o peña disfrazados en Carnaval?
Gloria Barba: Hace 26 ó 27 años como grupo. Como peña, algo menos.
¿Cómo surgió todo?
Goya Román: Todo surgió un año en el que mi marido y yo nos disfrazamos en Carnaval de viejecillos. Nos vio un amigo por la calle, se animó, por la tarde se disfrazó y se vino con nosotros. Al año siguiente se incorporó otra pareja y así ha ido incorporándose gente hasta que se fundó la peña La Boina, que al ser cada vez un grupo más numeroso, decidimos fundar una peña. Por eso, el hecho de salir como grupo es desde hace 26 ó 27 años y como peña hace 20 años.
¿Cuántas personas formáis la peña?
G.R.: Ahora mismo somos 17 pero hemos llegado a ser 26 ó 28. Salíamos con los hijos que teníamos cada pareja y formábamos un grupo muy numeroso y, al crecer, dejaron de querer venirse.
¿De qué os habéis disfrazado todos estos años?
G.R.: De muchísimas cosas. Recuerdo ahora mismo, por ejemplo, cuando nos disfrazamos de marcianos, que íbamos con un platillo volante, porque siempre llevábamos algún complemento porque llevábamos la música y los aperitivos también. Recuerdo cuando nos disfrazamos de tinajas, que nos costó un trabajo enorme. Hicimos los empotros y cada uno íbamos de tinajas y nosotros íbamos de color tinto y de color blanco, como el vino. También nos disfrazamos de hippies y llevábamos un coche hecho de cartón. O de guiris que llevábamos un autobús y nos metíamos todos dentro.
G.B.: Otro año sacamos un trenecillo, que era el tren de la bruja, donde todos íbamos sentados, disfrazados de niños y luego había una bruja y nos lo pasamos genial. Todo estaba hecho de cartón y hierro. Otro año nos disfrazamos de espermatozoides con un óvulo y también de gordos que, cuando nos agachábamos parecíamos enanos. Otro año nos disfrazamos de colegiales con dos maestros. Últimamente nos hemos disfrazado de buzos, de dálmatas, de esquiadores…
¿O sea que todo lo fabricáis vosotros?
G.R.: Sí, todo. Y tampoco le dedicamos mucho tiempo, como otras peñas que dedican medio año a prepararlo todo. Dedicamos tres fines de semana a hacerlo.
¿Durante estos años os han dado algún premio?
G. R.: Sí, nos han dado muchos. Casi todos los años hemos cogido algo de premios. En el Concurso de Máscaras Callejeras es cuando solíamos salir y casi siempre nos hemos llevado premios. Donde hemos participado menos es en el desfile de carrozas porque no nos gustaba ir organizados en un desfile, sino salir a nuestro aire, de bar en bar. Pero ahí también nos han dado algún premio los años que hemos participado.
¿Cómo ha cambiado la forma de celebrar el Carnaval en Valdepeñas?
G.R.: Estos últimos años es nefasto. Al principio había mucha participación, las peñas que venían en las carrozas se quedaban aquí y había más ambiente. Pero cuando se empezaron a dar los premios más importantes en el desfile de carrozas las peñas que se dedicaban a hacer grandes trabajos para eso se van a Manzanares a participar en el concurso de carrozas que lo hacen los lunes coincidiendo con el día que en Valdepeñas se hace el concurso de máscaras callejeras. Cosa que yo he visto fatal siempre porque si queremos promocionar el Carnaval de Valdepeñas, ese día, que es el día del Carnaval callejero, deberíamos quedarnos aquí. Y eso es lo que se está cargando el Carnaval. Cada año ha ido a menos hasta que prácticamente no hay nada. Nosotros nos disfrazamos porque nos gusta, nos lo pasamos bien pero este año nos ha costado arrancar.
¿Y este año de qué os vais a disfrazar?
G.R.: Este año vamos de caraconos, que está basado en una serie y en una película.
¿Hay alguna forma de revitalizar el Carnaval?
G.R.: Es muy complicado. Yo pienso que con los años se regenerará solo. Pasa igual que cuando antiguamente yo era pequeña, el Carnaval era más callejero y la gente se disfrazaba con cualquier cosa que tenían en casa, y luego empezó a decaer, desapareció y luego volvió a resurgir. La verdad es que el grupo El Trascacho hizo mucho por recuperarlo otra vez. Y ahora regenerarlo es difícil. El Carnaval se va a quedar sólo para el día del desfile.
¿Y la forma de disfrazarse ha cambiado también a lo largo de los años?
G.R.: Sí, yo recuerdo que cuando era pequeña la gente se colocaba una colcha reliada y salían a la calle a hacer bromas porque antes también el Carnaval era decir el ‘¿No me conoces?’ y hacer bromas a la gente conocida. Luego se empezó a hacer algo más vistoso. También es más bonito que la gente haga trajes más elaborados, más coloridos, con maquillajes más profesionales, pero también es más difícil para la mayoría de la gente y a lo mejor eso ha hecho que la gente se lance menos a ponerse un mascarón y salir a la calle.
Vosotros que vendéis artículos y disfraces de Carnaval, ¿veis que ha cambiado la forma de comprar de la gente? ¿Compran menos disfraces?
G.R.: Sí, estos últimos años cada vez ha ido a menos. Antes se compraba más y nosotros traíamos más artículos de Carnaval que se vendían. Este año estamos liquidando los artículos de Carnaval porque prácticamente no se vende. También antes en los colegios daban más libertad a la hora de disfrazarse cada uno de lo que quisiera y las madres, por no coser, se llevaban un disfraz, pero ahora como hacen un disfraz común, todos iguales, ha hecho que la venta de ese tipo de artículos vaya decayendo. Ha decaído progresivamente de una manera brutal porque me acuerdo cuando empezábamos nosotros con el entierro de la Sardina era increíble la participación. Terminaba el desfile y aún estaban saliendo del punto de partida. La gente llevaba su asador portátil, se asaban sardinas, ibas comiendo y bebiendo y te divertías mucho pero luego empezaron las prohibiciones y cada vez ha ido a menos.
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