miércoles, 24 de abril de 2024, 12:25

La postura ante la vida

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¿A quién no le gusta vivir bien la vida?



¿Pero de qué manera lo hacemos y cómo nos sentimos cuando desarrollamos las tareas cotidianas?



¿Estamos en sintonía con lo que nos ilusiona y motiva, o hacemos lo que nos ha tocado en el trabajo y la vida en general?



Nuestra postura ante la vida a veces está más relacionada con la resignación que con la motivación, y esto deja la fuerza que cada persona tiene en manos de los demás. Es decir, no decidimos cómo queremos vivir. Diréis que esto es difícil, que a cada uno le toca unas circunstancias que tiene que apechugar y punto.


Pues mi opinión, es que no, que cada uno tendrá su realidad, pero ésta siempre es negociable, sobre todo con uno mismo.


La oportunidad de ir cambiando hacia una realidad que sea la adecuada para cada persona no es un privilegio sólo de pudientes adinerados o mentalmente evolucionados, es algo que cada uno tenemos y podemos hacer, solamente que nuestras propias autolimitaciones y miedos son los que nos impiden realizarlo y mantienen cerradas puertas de lo desconocido.


Pero claro, lo que no conocemos nos da miedo, porque nos han enseñado a tener y vivir en un estado de confort.


San Juan de la Cruz lo expresaba así:


“Para venir adonde no sabes, debes ir por donde no sabes. La razón es clara: si siempre vas por donde sabes, llegarás adonde ya sabes”



Empieza este año tomando decisiones que resuenen contigo a nivel personal, más que a nivel material. Haz algo al día que te ilusione y motive el alma.



Muchas de las cosas que nos hacen felices están al alcance de la mano y son gratis: dar un paseo, estar con la familia, charlar con un amigo…, y quizás parar un poco a reflexionar.



El alineamiento postural físico está muy relacionado con esto, pues la falta de motivación e ilusión hace que nuestros hombros se caigan hacia delante, mientras que las ganas de hacer, sentir, vivir, estar, feliz, mantiene los hombros hacia arriba y hacia atrás, manteniendo la columna vertebral erguida, fuerte y manteniendo su curvatura natural.



Empieza cada día por hacer varias respiraciones conscientes y al inhalar alarga los hombros hacia arriba y llévalos hacia atrás, al exhalar, relájalos y eleve el corazón hacia el pecho, que puedas conectarte con una actitud fuerte y que esté en consonancia con las ganas de vivir y hacer algo que te haga feliz.


Luis F. Caminero.

Director de nosoloyoga.com

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