domingo, 15 de junio de 2025, 08:41

Los enterramientos funerarios en Valdepeñas a través de la historia

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Aquí en la redacción del Eco de Valdepeñas os acerco un tema no para todos los gustos, lo entiendo, pero forma parte de una de las facetas de nuestra historia local y que poco se ha tocado. Antes de nada para los interesados en el mismo si queréis más información os dejo el enlace de mi blog, culturaval.blogspot.com.es., donde trato de este tema con más referencias y de forma pormenorizada.


Pues bien, comenzando en el tema en cuestión podemos retrotraernos a época íbera, donde en el Cerro de las Cabezas se encontró una pira funeraria en el que en la citada cultura a sus difuntos lo cremaban debido a sus creencias. Se libraba de este ritual los bebés, que lo sepultaban debajo de la vivienda familiar o los asesinos o enemigos fuera del poblado, que como prueba fehaciente de este último tenemos el hallazgo en 2011 de dos esqueletos decapitados. Asimismo se descubrió recientemente un plato de sigillata Itálica con una incripcion de época romana y que sirvió para tapar las tumbas de incineración, lo que demuestra que quizás en época posterior ibérica estuviera todavía ocupado el recinto del poblado del cerro, aunque dicha urbe no fue modificada en esta época a tenor de ser ibérico puro.



Sobre otros hallazgos de enterramientos anterior a la existencia de Valdepeñas podemos encontrarla en el Puente de San Miguel, donde acidentalmente se localizó 115 tumbas con colocación de restos humanos en posición fetal y mirando a la Meca o salida del sol, por lo que denota perteneciente a época musulmana. En el lugar de la antigua ermita de San Nicasio, se descubrió en 1784 una lápida fragmentada e incompleta, que Masdeu en su momento, completó la inscripción que contenía por simple deducion y que se habla de una sacerdotisa del templo de Diana, llamada Norbana Matxiense, perteneciente del lugar de Matxia, lo que provocó que algunos historiadores conjeturaran de que en época romana Valdepeñas fue Matxia, y que hoy se nos hace difícil sostener, pues es viable por falto de cimientos antiguos en la zona, que dicha lápida procediera de otro lugar y que fuera traído para la construcción de la citada ermita de San Nicasio. Parece ser que es originario del lugar de la antigua Alameda, más al este del anterior, donde nace el arroyo de la Veguilla y en el que se descubrió otra lápida funeraria por unos jornaleros a últimos del siglo XIX, siendo expuesta al público Valdepeñero sin que nadie, por desgracia, copiara lo que contenía. Al final fue troceado y repartido por los jornaleros que la encontraron, para servir de afilador de navajas. En otros territorios del término de Valdepeñas como en Aberturas y en otros enclaves donde hubo poblados antiquísimos se encuentren quizás enterramientos pasados, que en su respectivo momento se irán descubriendo.



Entrando de lleno en el periodo de la historia de Valdepeñas, a través de la documentación existente en el Archivo Histórico Nacional, podemos observar como en 1491 en la Orden de Visitas de Calatrava, aparece una referencia a sepulturas alrededor de la iglesia de la entonces Santa Maria ( actual Asunción), en que los visitadores piden que se haga un muro de cerramiento de media altura para evitar que pisen los animales encima, aparte de que en el interior del templo se enladrille las sepulturas. Del primero se hizo caso omiso mientras que del segundo si se arregló, pero años después en 1519, vuelven a pedir que se arregle el enladrillado de sepulturas. El templo en su historia entre la nave principal y la de San Lorenzo llegó a contener un total de 359 sepulturas, además de tres nichos, uno debajo del altar San Lorenzo para presbíteros creado en 1602 con 15 nichos, el de debajo del coro para cabildo eclesiástico creado en 1610 con cerca de 20 y el del Marqués en el coro bajo donde se enterraban hidalgos creado en 1723 llegando a la cifra de 40 sepulturas. Por otra parte también se construyó la capilla Santo Cristo de la Piedad creada en 1590 donde se enterraron hidalgos relacionados con la Orden de Calatrava teniendo 49 sepulturas.



De otros lugares de enterramiento eran el interior de las ermitas donde se enterraban los miembros de las diferentes cofradías y la del convento trinitario, primero en San Nicasio y después la actual en el antiguo San Sebastián, donde reposaban los cuerpos de los frailes.



(*1)La existencia de enterramientos en el interior de los templos dio su fin a raíz de una Real Cédula de Carlos III, donde se reflejaba la necesidad de construcción de camposantos por motivos de salubridad. En Valdepeñas por este motivo se inician los trámites para la construcción del nuevo camposanto en el lugar de la ermita del Santo Cristo de la Misericordia inaugurándose la misma el 23 de septiembre de 1787 enterrándose el primer cadáver perteneciente a Lorenzo Sánchez Cacho. Con la creación de este camposanto en un principio hubo un disenso entre el cabildo eclesiástico y el cura párroco de la villa, que mientras el primero quería el entierro de presbíteros en la iglesia, el párroco se oponía duramente, terminando todo en un juicio en el que se dio tajantemente finalizada el antiguo privilegio de entierro en iglesia.



Más adelante con el aumento masivo de muertes por el cólera morbo asiático en el verano de 1855, al estar repleto el cementerio del Santo Cristo, se acordó realizar otro cementerio mas al oeste en el calar del periquito siendo enterrado el primer cadáver perteneciente a una niña en nombre de Maria Toledo. Aún así en el camposanto del Cristo se seguirían enterrando sobretodo en la zona del corralillo a indeseables generalmente y otra zona cercana en el que hasta en 1885 en el que en la intervención arqueológica realizada se descubrió sepulturas y restos, donde se enterraban personas de la élite local de entonces.



Todo esto a ojos de la salubridad no era conveniente que se siguieran sepultando en el calar del periquito ante la creación del barrio del Cristo, en que se aceleró la llegada de vecindad en la zona por el factor fabril como consecuencia de la llegada del ferrocarril. Por ello se creó otro cementerio más lejano en el antiguo camino de Almagro llamado de San Pedro siendo inaugurado el 24 de agosto de 1873 con el primer cadáver de José Felipe García. Con el aumento del laicismo se creó un segundo cementerio no católico en el camino de las Tejeras que fue conocido popularmente como el "cementerio viejo" siendo inaugurado el 12 de abril de 1875.La élite local consiguió crear cementerios acordes con las demandas de la época, pero al no existir Reglamento para controlar la exhumaciones o inhumaciones hizo que pronto se saturaran.



(*2) A principios del siglo XX se estudió la posibilidad de realizar un cementerio adecuado al Reglamento General de Salubridad, eligiendose para ello un terreno relativamente lejano y donde los aires no son dominantes, por lo que el consistorio estimó oportuno elegir el enclave inmediato al camino de San Carlos del Valle, por lo que se le encarga el proyecto de obra al arquitecto José Marcia Cuenca en 1902. Se creó un Reglamento del cementerio local para un mejor control de los enterramientos en 1903. Por motivos disconformes de la citada obra por parte del ayuntamiento se dilató éste en el tiempo, dándose por terminado en 1906. El 1 de mayo de ese año fue bendecido e inaugurado el 9 con el primer cadáver enterrada de una niña, siendo Andrea Jiménez Yebenes, en el que el ayuntamiento le concedió sepultura perpetua. Es el actual cementerio dedicado a Ntra Sra de Consolación y desde entonces se van enterrando tanto gente católica como a la que no, en que en estos ultimos se les prepara un terreno adyacente al recinto. En su historia se puede observar una evolución de los espacios ocupados de los diferentes patios y ampliaciones que ha sufrido desde los años 60 del siglo pasado. Además en él se han construido monumentos, como el Panteón de los Mártires de la guerra civil española, construido entre 1942-1945, la de particulares como la de la familia Ruiz Bailón y Megia, los de Carvajal Cano, Maroto Crespo, Ntra Sra del Carmen ( perteneciente a los Rojo), Jesús de la Pasión ( Crespo Barrios), Pacios Navío y los de Peñalver Serramalera.



Y como no, a través del periódico El Eco de Valdepeñas podemos observar diferentes artículos informativos que sobre el cementerio se hizo. A parte de lo recogido por Sara Laderas en este periódico digital a fecha sobre el escandaloso proceder del sepulturero de beber de una calavera en 1886, también en el Eco se recoge a modo de ejemplo (para no dilatar mucho este artículo), sobre la modificación del artículo 50 del Reglamento por el señor Tarancón en la separación entre Panteones(*3), de la construcción de sepulturas temporales de la calle número 4, (*4), o la proposición del señor De la Torre en la construcción de sepulturas en los patios 3 y 1 del cementerio entre otros (*5).





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