sábado, 20 de abril de 2024, 04:48

Hartos de mediocridad

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Foto acompau00f1amiento. Art opiniu00f3n



En su discurso institucional de las fiestas del vino, nuestro alcalde nos explicó que lo que ya no aguanta es la mediocridad, y como nos diría cualquier profesor de Ciencias, la mediocridad es una magnitud cualitativa y subjetiva, es decir, que su valor depende de la persona que la quiera medir.


Así que, ¿qué consideramos que es mediocre?


Es mediocre utilizar la mayor parte de un discurso en una entrega de premios para hablar de lo bien que lo hacemos y echar la culpa de lo que funciona mal a los demás,


es mediocre utilizar este mismo discurso para atacar a los portavoces de la oposición cuando ellos no tienen posibilidad de defenderse,


es mediocre quejarse de las críticas que se le hacen sin dar opción a réplica,  


es mediocre culpar a "Patrimonio" si no nos deja hacer lo que queramos con los edificios históricos,


es mediocre argumentar que un aula de estudio es necesaria porque el padre ve el fútbol mientras la madre ve la telenovela en la cocina,


es mediocre culpar a los sindicatos si los trabajadores no se adaptan al horario que se quiere imponer a un servicio,


es mediocre presumir del aumento de policía local a la vez que nos quejamos del vandalismo o de que nos hayan rayado el coche,


y sobre todo es más que mediocre aprovechar una audiencia cautiva para darles ese soporífero e innecesario discurso durante casi 40 minutos.


Lo único que salvó a su discurso de ser pésimo fue la mención inicial a Doña Inés y los últimos siete minutos que dedicó a hablar de los premiados, seguramente la única parte necesaria de los más de 47 minutos que estuvo hablando.


(Y por supuesto que este artículo es mediocre, si fuera bueno nos dedicaríamos a escribir)