jueves, 25 de abril de 2024, 05:58

Francisco Serrano: "Que me nombren Hijo Adoptivo de Valdepeñas es un orgullo"

|

IMG 20220805 115412



Lleva 31 años vinculado a AFAD, asociación a la que llegó por casualidad, por una grave enfermedad que le obligó a jubilarse con sólo 34 años. Por eso asegura que se sirvió de AFAD y luego AFAD se sirvió de él para llegar hasta donde está ahora después de haber alcanzado todos los logros que ha conseguido a lo largo de los años, siempre trabajando por y para las personas con discapacidad que hace 30 años no tenían apenas recursos que les atendieran. Todos esos logros han llevado al Ayuntamiento de Valdepeñas nombrar Hijo Adoptivo a Francisco Serrano, presidente de AFAD hasta hace un año y actual presidente de Plena Inclusión Castilla-La Mancha.


¿Qué significa para ti recibir este reconocimiento?


Es algo que no me esperaba para nada. Me encontré al alcalde en una comida y me dijo que me habían echado en falta el 3 de diciembre en el acto del día internacional de las personas con discapacidad porque quería hacer público allí que me querían hacer Hijo Adoptivo. Me quedé sorprendido porque no me esperaba nada. Así que para mí supone un orgullo y una gratitud inmensa que en Valdepeñas donde no he nacido pero que he pasado más de media vida aquí, mis hijos son de aquí, he desarrollado mi carrera profesional aquí, es un orgullo y gratitud a las autoridades municipales que han tenido a bien dármelo. No sé si lo merezco o no pero lo recibo con sumo gusto y humildad.


AFAD está ligada irremediablemente a tu persona. ¿Cómo recuerdas sus inicios y cómo llegaste a la asociación?


Llegué a AFAD de casualidad. No tenía nada que ver con la discapacidad. Profesionalmente era apoderado de un banco. Pero me sorprendió una grave enfermedad que me hizo llegar a la jubilación con 34 años después de estar en cama más de un año. Y después de recibir ayuda psicológica empecé a levantar cabeza. Un amigo, José Martínez Cañaveras, me comentó que había una asociación, AFAD, que estaba empezando y que igual podía echarles una mano. Y allí llegué a ayudar como pudiera como una salida a mi situación personal. 


Entonces la asociación era muy pequeña. Nos habían cedido unos locales en la barriada de Consolación donde se ofrecía atención temprana sólo con dos profesionales, Conchi y Dora. También íbamos a los colegios a ofrecer apoyos psicológicos y terapéuticos y Educación decidió que en los colegios los alumnos estaban bien atendidos y no hacía falta que nadie acudiera de fuera a apoyar lo que hacían. En aquel momento dimos una vuelta de tuerca a la asociación y un grupo de cinco padres que ya estaban en la asociación, que nació en 1984, cuyos hijos ya habían salido de educación especial y no tenían dónde ir. 


En aquel momento nos cedieron un ala del colegio San Nicasio y empezamos a trabajar con una profesora de psicología terapéutica con cinco chicos y después contratamos a una cuidadora. Entonces empezamos a visitar pueblos de alrededor para ver si había chicos en las mismas situaciones que los nuestros, con más de 22 años que no tuvieran dónde ir y que pudieran venir aquí. Fuimos a Torrenueva, Castellar, El Viso, Santa Cruz, y la gente empezó a creerse lo que estábamos haciendo, empezó a venir gente y cada año crecíamos más. Firmamos el primer convenio con el consejero de Bienestar Social, Santiago Moreno. Y fuimos creciendo. Con una subvención hicimos un invernadero con el que hicimos un taller de jardinería. Había un gimnasio que convertimos en comedor. Hasta que llegó un momento que allí no podíamos crecer más y ya estaba muy deteriorado. Al mes de salir de allí se cayó el techo entero.


Nosotros teníamos un proyecto arquitectónico que hizo Gloria Ciudad y José Benito. Fui a hablar con el alcalde a exponerle la situación y a decirle que necesitábamos un terreno. Al final nos ofrecieron el actual terreno donde estamos ahora. Y el alcalde nos dijo que iba a asumir el ayuntamiento la construcción. Y respetaron todo nuestro proyecto. Y en 2009 lo inauguramos. Luego hemos ido creciendo y creando talleres.


Tenemos también el Centro de Atención Temprana en San Marcos. Después hicimos un aula para mayores de 45 años, un aula de día para gravemente afectados, el centro ocupacional ha seguido aumentando plazas y programas, tenemos un centro especial de empleo que da trabajo a personas del centro, una vivienda tutelada que dentro de poco nos vamos a trasladar. Y también contamos con un club deportivo, un club de ocio, un programa de padres,...


Hay que destacar el crecimiento que hemos tenido estos años, que ha sido de cero al infinito.


Entonces el balance es muy positivo...


El balance es muy positivo como asociación. Hemos crecido muchísimo. Nos hemos hecho un hueco a nivel regional. Y estamos atendiendo casi a 200 familias entre atención temprana y mayores. Un balance impensable hace 25 años. Hemos llegado con trabajo y haciendo las cosas bien. AFAD es una asociación saneada económicamente, con programas que desarrollamos, así que todo es positivo. Llegué a AFAD de casualidad, me serví de AFAD para salir de mi situación personal y luego AFAD se ha servido de mí para llegar adonde está ahora.


¿Cómo ha cambiado en estos 30 años la visión de la sociedad hacia las personas con discapacidad y el papel que ellos desempeñan en la sociedad?


Muchísimo. Ha dado un vuelco radical en los últimos 15 ó 20 años. Hace 30 años todo lo que teníamos era por beneficencia. No había ninguna ley que obligara a la administración a atender a las personas con discapacidad intelectual como se merecen. Hace 20 años hubo un cambio radical. Aparte de que es positivo el crecimiento que hemos tenido, también ha habido una evolución por parte de la sociedad y de las administraciones públicas hacia nuestro colectivo. Ahora tienen unos derechos que se tienen que cumplir y a nivel de presencia en la sociedad están en los puestos donde puede estar cualquier otra persona, algo que hace 30 años era impensable. Este verano he leído que ha habido un campamento que ha rechazado a personas con discapacidad. Es decir, siempre hay algo que es susceptible de mejorar pero lo que se ha conseguido es impensable. Cuando empezamos lo único que queríamos es que se nos conociera. Pero ahora ya se nos conoce y lo que queremos es estar ahí, con todo el mundo. Una de las últimas cosas que hemos hecho a nivel deportivo es pertenecer a Viña Albali, somos filial. Con eso digo todo. Estamos en todos sitios. Pero es más, debemos estar en todos sitios. Estamos integrados en la sociedad y eso es un logro y cada vez más.


Hace veinte día firmé un convenio como presidente de Plena Inclusión a través del que han accedido a la administración pública personas con discapacidad intelectual. Antes por ley había un porcentaje que se tenía que reservar para eso pero no había una legislación que diera opción a que pudieran optar a un proceso de selección justo. A través de Plena Inclusión se consiguió que se cambiara la ley, se han adaptado las materias, los textos, todo, para que ellos también puedan optar. Y han entrado para ser funcionarios 62 personas con discapacidad. Eso va a dar lugar a que en todas las convocatorias de la administración ese cupo se cumpla para que puedan aprobar una oposición.


¿A quién le dedicarás el reconocimiento?


A mi familia, que es la que ha estado detrás de mí, la que me ha soportado en los momentos malos. Mi mujer y mis hijos han sido mi soporte siempre. Así que esto va para ellos. Y para todo el mundo que piense que me lo merezco.