jueves, 28 de marzo de 2024, 09:22

Aitana Sánchez-Gijón y Marta Poveda llegan al Festival de Almagro con Malvivir

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Ignacio García, director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, ha presentado esta mañana en rueda de prensa el espectáculo Malvivir, junto a los intérpretes Aitana Sánchez-Gijón, Marta Poveda y Bruno Tambascio, el dramaturgo Álvaro Tato y el director Yayo Cáceres. La pieza podrá verse el 15 y 16 de julio en Antigua Universidad Renacentista (AUREA).


"Queremos ser más igualitarios, más feministas, más americanistas y queremos que el canon también lo sea. La visión de la picaresca desde el universo femenino también existía en el Siglo de Oro. Los corrales de comedias eran espacios de mezcla, de libertad, de hibridación. Lugares donde las clases sociales interactuaban de manera impensable fuera de ellos. Así que sentimos que los creadores e intérpretes de Malvivir son parte de esta familia espiritual, en la que soñamos con un Siglo de Oro en el que cada vez entre más gente", ha apuntado el director del Festival de Almagro. 

Por su parte, el dramaturgo Álvaro Tato ha resaltado que "la obra descubre al público la literatura de las hijas de la Celestina, de esas brujas, esas pícaras que pasan por todos los oficios. Es un viaje a la cara oscura del Siglo de Oro". El director Yayo Cáceres ha apuntado que "a veces para ser modernos hay que mirar atrás", en cuanto a la escenografía, ha explicado que "es muy sencilla, muy aséptica, con gran capacidad de transformación". 

Malvivir cuenta en primera persona la vida secreta de la pícara Elena de Paz, mujer libre, rebelde, ladrona y fugitiva que desafía todas las convenciones de su época y paga el precio de su libertad. El espectáculo es un viaje a la cara oscura del Siglo de Oro, un recorrido por las distintas clases sociales, escenarios y personajes de una época turbulenta y fascinante. 

Malvivir es también la historia del amor desgarrado y salvaje entre Elena y Montúfar, dos pícaros miserables en una España de esplendor y hambruna, de fe y brujería, de ilusión y muerte. Ay Teatro presenta una visión tragicómica del siglo XVII, una reflexión sobre la libertad y la supervivencia y un rescate de la literatura picaresca femenina del Barroco. 

Aitana Sánchez-Gijón y Marta Poveda asumen el desafío de interpretar todos los personajes ante la presencia continua de un rabelínque toca y canta en directo para acompañar la acción y crear los diversos espacios y atmósferas. Un espacio escénico esencial y simbólico, como si se tratara de la representación de un ñaque, ese tipo de agrupaciones de carácter popular que abordaban obras en pareja.

Las claves del presente montaje se inspiran en ese concepto teatral: síntesis de elementos, aprovechamiento máximo de las posibilidades del juego escénico y una exquisita labor de vestuario, iluminación, música y ritmo. Los espectadores verán desfilar a lo largo de una hora y media a más de una docena de personajes que giran en torno a Elena de Paz: el pícaro Montúfar, la bruja morisca Zara, el buhonero gascón Pierre, la dama viuda Teodora, el hidalgo perulero Don Álvaro… 

Aitana Sánchez-Gijón ha subrayado la figura de Elena de Paz, "una superviviente que se cae y se levanta una y otra vez. Una mujer que nunca se da por vencida, ni siquiera ante la muerte. Malvivir consigue el equilibrio entre una comedia muy popular y cotas poéticas apabullantes". Su compañera sobre las tablas, Marta Poveda, ha destacado que "la pieza aborda no solo la desigualdad de género, sino también la desigualdad de clases que sigue aterradoramente presente en nuestros días". 

Se recorre así, gracias a la transformación física, vocal e imaginativa, toda la España de la época: sus ciudades, caminos, ventas, ríos, aldeas… Con vaivenes entre risa y llanto,  con la tragicomedia a flor de piel y las canciones originales (con letras quevedescas) resonando a lo largo de toda la pieza, a modo de aquel teatro itinerante y festivoque tanto se prodigó en la época al margen de las compañías oficiales de corrales de comedias. El músico Bruno Tambascio ha asegurado que "la musicalidad recorre todo el trabajo", poniendo en valor las composiciones musicales de Yayo Cáceres. 

Un regreso, pues, a las esencias, a las claves carnavalescas del fenómeno teatral barroco y pre barroco, para zambullirnos de pleno en el lado oscuro de la España áurea: el hambre y la miseria de las desposeídas y marginales que rompen todos los códigos éticos y morales en pos de la supervivencia y la libertad.