miércoles, 30 de abril de 2025, 18:48

Cuidadores y cuidadoras de personas dependientes

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080322 va victoria



Son personas, que se dedican a atender, asistir, vigilar a personas que no pueden o necesitan ayuda en las actividades de la vida diaria.


Últimamente, esta profesión ha crecido debido a la edad de nuestros mayores, que siendo octogenarios o nonagenarias en algunos casos, necesitan de una persona que les ayude en su día a día.


Esta ayuda puede ser muy variada, dependiendo del grado de dependencia. Increíblemente hay personas con noventa o más años, que son capaces de valerse por sí mismas. Han llevado una vida más saludable que nuestra generación (ya veremos si llegamos a esas edades). Y, salvo algunas cosas, como ir a la compra, dificultad para andar, están en perfecto estado para hacer otras cosas cada día.


Tampoco les vamos a pedir que hagan la cama, cocinen, limpie la casa, etc. Porque bastante han trabajado en su vida. Les toca su tiempo de descanso, de ocio, o lo que les apetezca.


No obstante, hay determinadas actividades, por ejemplo, la ducha, cambiar sus pañales, les provoca, como decirlo, que invaden su intimidad. Y es así. Recuerdan cuando eran independientes y ahora, les tienen que limpiar cuando se manchan y les provoca gran tristeza. Al final, lo aceptan, no les queda otra y casi terminan aceptándolo de buen grado. Porque la relación con sus cuidadores se va enriqueciendo.


Esta profesión, no es del todo agradable. Pero forma parte de los cuidados que requieren. También hay otras actividades que hacen con ellos. Sobre, hablar sobre sus vidas, contar sus historias, porque para ellos y ellas, que a veces se sienten solos lo necesitan como el beber. Jugar a juegos de mesa, pasear, sobre todo. Tomar el sol….


En las residencias de mayores, les atienden en todo lo necesario, aunque son frías en algunos momentos del día. Ya que hay muchas personas para ser atendidas y pocos o pocas profesionales para atenderles.


La mayoría de nuestros abuelillos prefieren quedarse en sus casas. Yo también lo veo así. Mi padre estuvo en casa en todo momento y mi madre vive con mi hermana.


Mayoritariamente, este trabajo lo realizan las hijas, las nueras, que, incluso dejan sus trabajos para poder atenderles. Total, que su vida cambia radicalmente y el tiempo que les tienen que dedicar es muy amplio y apenas tienen descanso. A veces, con suerte los cuidados de mayores lo comparten entre hermanos, hermanas o cuñadas. Pero no siempre es así. El gasto emocional, la dedicación de tanto tiempo al día, desgasta mucho a los cuidadores, que son principalmente, las que lo hacen. Y, no hablemos, si esa persona mayor tiene demencia senil. Porque su cuidado requiere mucha paciencia.


Hay personas mayores que llegan a tener alucinaciones, delirios, cosas que se inventan, y para sus cuidadores, que no son profesionales sanitarios les desbordan. Por eso es tan importante que haya psicólogos, que den pautas, para saber cómo deben actuar frente estas situaciones. Pero son pocos los cursillos que se forman, en el ámbito de servicios sociales para darles una orientación. Así que, el desgaste emocional es mucho mayor, y, sobre todo, la inquietud y ansiedad de como van a comportarse cuando despierten por la mañana y a lo largo del día. Incluso tienen miedo, no duermen con tranquilidad, siempre preocupados por ¿Cómo va a pasar ese día? Por si acaso se pone violento o violenta.


Yo admiro y reconozco por eso mi elogio a esas personas responsables de cuidar a sus familiares.


Por otro lado, están los cuidadores y cuidadoras que sus mayores viven en sus domicilios, pagando, entre su pensión y ayuda de sus hijos, de los no españoles, la gran mayoría de gente proveniente de sudamérica encargados de este trabajo.

Para los hombres mayores, su cuidador es un hombre y para las mujeres es una mujer.


Se les ve con mucha frecuencia paseando por la calle o en su silla de ruedas.


Estos trabajos lo realizan, así, porque la familia y el propio mayor tienen suficiente economía para pagar a dos o tres personas para que les atiendan a lo largo del día. Pero, a veces, trabajan más horas de lo estipulado, aunque el trabajo no requiera tanto esfuerzo físico, aunque sí mental, y eso no está pagado lo suficiente.


En el siglo XX, los mayores eran atendidos por sus hijos. Mi madre, por ejemplo, era la persona que se iba a encargar de sus padres. Pero se casó. Así que sus cuidados eran divididos entre las hijas. Los hijos, sin embargo, por el tema de sus esposas, no lo aceptaban de buen agrado.


Y, en el siglo XXI, se reparten sus cuidados entre las hijas, una semana cada una, porque no pueden pagar a un cuidador.

Y, los políticos, han hecho algo bueno. La ley de dependencia. Después de la evaluación sobre las necesidades que requiere mayor atención, adjudican a una persona que los levante, les lave y los lave y acueste por la noche. Pero una hora al día no es tiempo suficiente para que ellos estén bien atendidos. Y tampoco es tiempo suficiente para que su cuidador pueda tener horas libres a lo largo del día para hacer su propia vida. Que tanto la necesitan y reclaman. Por eso, se requiere, personas que se dedicasen a pasearlos, charlar con ellos, tomar el sol. Pero no hay dinero para eso. O te lo pagas de tu bolsillo o nada. Por eso, la ley de dependencia, actualmente está acotada por limitaciones que no cubren sus necesidades diarias. Y, por eso, existen tantas personas mayores viviendo solas en sus casas con una mínima atención.


Y, en el confinamiento, lo pasaron peor que nadie. Por eso hubo tanta depresión, decaimiento, de los mayores sin poder relacionarse con nadie, salvo para lo estrictamente necesarios. Y, por eso, el mayor desgaste físico y psicológico se lo llevaron los hijos e hijas que estaban a su cuidado. Meses sin poder salir de casa y meses sin poder tener ayuda para tiempos de descanso del cuidador.


Y no quiero extenderme mucho más. Ya que hay personas dependientes que no son mayores, de la tercera edad. Que implica una responsabilidad tremenda, con jóvenes que necesitan todos los cuidados y pocas las ayudas para darles mayor atención.


Por esto, se necesita una ley de dependencia con mayor atención a personas dependientes, de cualquier edad, para que sus cuidadores puedan tener un descanso y planificar una vida más independiente.,


En definitiva. Mi mayor respeto, admiración y solidaridad con los y las cuidadores y cuidadoras, responsables de la atención de los mayores.


Reclamo que puedan tener una planificación de vida, lo suficientemente enriquecedora para seguir con su proyecto de vida y reclamo a las autoridades mayores ayudas para que esto sea posible.