El Museo Gregorio Prieto reabrirá sus puertas el próximo mes de marzo después de las obras de reforma a las que se ha sometido desde 2019. El cambio de entrada al museo, que se traslada a calle Unión, la iluminación, la pintura y la reordenación de la obra que se expone en sus paredes son algunas de las acciones que se han llevado a cabo a lo largo de estos meses. Con ello se ha cambiado también el concepto del espacio pasando de casa-museo a museo contemporáneo pero guardando las señas de identidad de casa manchega en el patio, por el que se accederá a partir de ahora. Además, su cueva, con tinajas de finales del XVII y principios del XVIII inundadas, también se podrá visitar. Aparte de eso, se ha aprovechado para digitalizar toda la obra de Gregorio Prieto y para crear una nueva web. De todo ello y de la interesante figura del artista valdepeñero hemos hablado con su director, Raúl Luis García.
¿Qué balance puedes hacer de los dos años que llevas al frente del Museo Gregorio Prieto?
Inevitablemente tiene dos caras. La negativa es que la pandemia ha generado un cierre obligatorio en todo el mundo y eso hizo que se retrasaran las obras del museo. El cierre provocó también una caída de ingresos de la fundación, con lo cual, no retomamos las obras hasta mucho tiempo después. No es que llevemos tres años haciendo obras como locos. En 2020 apenas se hicieron obras de reforma, se retomaron en 2021 no con la velocidad que debieran. Los proveedores con los que teníamos contratadas las obras estaban a tope de trabajo y tuvimos que retrasarlas. Y esta parte negativa influye en la positiva porque durante 2020 y 2021 hemos estado metidos de lleno en la revisión del inventario, que se hizo a principios de todos los tiempos con Vicente Nello, pero ha habido cambios. Hemos aprovechado para empezar a reorganizar la biblioteca, toda la fotografía de Gregorio Prieto, que estaba bastante desordenada... El parón nos permitió a las compañeras Manuela y Blanca y a mí meternos de lleno con esta parte mientras los obreros trabajaban en las obras. Es algo para lo que nunca se tiene tiempo, nadie quiere cerrar una institución para hacerlo y se van acumulando las cosas. Esa parte es positiva y nos ha permitido hacer algo que no estaba previsto, que es cambiar la entrada del museo. Se paralizaron las obras, repensamos lo que teníamos que hacer y en la fundación dicen que sí, que en 2021 hubo una mejora, y pensamos en abrir por calle Unión. Se está arreglando el patio, el túnel de entrada y nos falta la cartelería de la fachada, pintar la fachada, pintar el patio y la iluminación del museo.
¿Qué significa para ti como profesional estar al frente de esta institución?
Un placer enorme. Hay algo muy importante al trabajar en un museo así y es que tienes que hacer de todo, lo cual es una carga diaria bastante pesada, pero tienes muchas posibilidades. Tienes la fotografía de Gregorio Prieto, que no es algo que yo controle, tienes las tallas de madera renacentistas y barrocas que eventualmente van a estar guardadas porque han estado expuestas con la iluminación que teníamos antes y las tallas han sufrido bastante perdiendo parte de su policromía. Luego están los fondos de dibujo de Gregorio Prieto compuestos por 3.000 dibujos. Es un desafío que te hace estar todo el día descubriendo cosas. Como experiencia es tremendamente positiva.
¿En qué han consistido las obras y para cuándo está prevista la reapertura del museo?
Nos gustaría abrir en marzo. Aún no lo hemos anunciado, aunque lo ideal sería en marzo. En cuanto a las obras, cuando me incorporo en 2020 se piensa en unas obras bastante básicas, que consisten en limpiar el museo, pintar y reordenar la colección. Hay una idea que me transmitieron desde la fundación y es que el museo parecía una casa-museo y queríamos quitar ese concepto. Pertenece a la Asociación de Casas Museo Españolas y Portuguesas donde hay casas de escritores y autores que vivieron realmente en ellas. Entonces la idea es despojar al museo del concepto de casa, que es quitar todo el mobiliario, y surge la siguiente idea, que es quitar temporalmente de la colección permanente lo que no es obra de Gregorio. Eso afecta a las tallas de madera y a las casi 400 obras de otros autores que estaban expuestas antes en el patio. Hemos decidido guardarlas temporalmente y exponer sólo a Gregorio Prieto. Aprovechamos para sacar obra que no se había expuesto de Gregorio Prieto o de lo que sólo había una muestra pequeña. Es lo que hemos hecho con los dibujos, de los que hemos aprovechado para restaurar alguno, con la fotografía, con los collages o pop-arts, y muchos de los libros que él publicó. Además, la sala de la exposición de dibujo presentaba unas humedades importantes y parte del presupuesto previsto se ha destinado para solucionarlo. También se ha arreglado el tejado, hemos hecho un almacén nuevo en el patio y se han comprado unos peines metálicos donde poder colocar y colgar toda la obra que se va a guardar.
Entonces, lo que más se va a notar es la pintura, ya que antes era blanca y ahora es gris matizando a azul, aunque el almacén es el gran desahogo para el museo y el suelo, que no es visible, pero que por debajo ha quedado muy bien. Y con eso también estamos acabando ya la reordenación de la colección permanente. La obra de Gregorio en orden cronológico irá en la parte de arriba, una sala dedicada a Gregorio que se llama 'Espacio biográfico' donde vamos a poner las entrevistas que hemos hecho, fotos personales, una mezcla de todo para conocer a Gregorio. Luego estarán los libros y la parte gráfica, una sala dedicada a la Generación del 27 porque conservamos mucha obra dedicada a Cernuda, a Maruja Mallo, a Carmen Conde,... Y el espacio porticado donde está la bodega y la parte de abajo va a quedar como una segunda sala de exposiciones temporales. La sala principal va a quedar para el certamen de dibujo y para alguna exposición que pueda surgir que no sea del certamen pero que no esté relacionada con Gregorio. Pero esa va a estar dedicada sólo para Gregorio e iremos rotando y nos servirá para mover los fondos. Y ahí también es donde traeremos obras invitadas, que nos servirán para saber en qué instituciones y lugares hay obra de Gregorio Prieto y para ir abriéndonos a cualquier tipo de colaboración. Para la inauguración hemos contado con el Ayuntamiento, por lo que la primera obra invitada va a ser 'Mi madre y yo', que ya la tenemos en el museo.
Y además está el cambio de la entrada por calle Unión...
Sí, se accederá directamente por el patio, donde habrá un banco y estamos buscando la colaboración con una institución para poner también una escultura relacionada con tema artístico y la idea es que ya que el museo ha adquirido el concepto de espacio museístico, mucho más contemporáneo, queremos que la entrada es que sea un guiño al pueblo, a La Mancha, con un patio, con sus macetas, el pozo... También habrá una pequeña tienda para poner a la venta merchandising y muchas de las obras de Gregorio Prieto, como litografías, obra que es en papel y que no podemos tener eternamente guardada porque se deteriora y es una lástima. Allí estará el mostrador donde daremos las audioguías y se indicará el recorrido recomendado.
¿Se va a aprovechar esta nueva etapa para darle más actividad al museo, con más exposiciones o actos de otro tipo?
Sí, la pretensión es movernos lo máximo posible. Mantendremos el Certamen de Dibujo, al que hemos tenido que renunciar en 2021 e intentaremos hacer este año. Retomaremos los conciertos, ya no sólo por las Fiestas de la Vendimia, y queremos empezar a realizar conferencias y talleres relacionados con la obra de Gregorio.
¿Vais a recuperar la cueva y se va a hacer visitable?
Se va a hacer visitable. La dificultad es el peligro que conlleva el acceso porque las escaleras son muy empinadas y no hay margen para poner un ascensor. Hay una parte que está bastante "salvaje" y no sabemos cómo sugerir a las personas que es una visita que se puede hacer pero que tiene sus dificultades. Queremos enseñarla porque nos parece muy interesante porque hay unas tinajas de finales del siglo XVII y principios del XVIII que están medio inundadas.
¿Cómo ha sido el proceso de digitalización de la obra de Gregorio Prieto?
Algo de lo que nos ha servido el parón ha sido también para hacer esto. En el confinamiento nos volcamos en las redes sociales y vimos que crecieron muy rápido, así que decidimos que lo teníamos que hacer porque es una ventana al mundo que nos ayuda a difundir la obra de Gregorio Prieto y ayuda a Valdepeñas. Miramos presupuestos, hablamos con el ayuntamiento para el tema de la financiación, nos dijeron que una subvención para la difusión de la obra de Gregorio Prieto les parecía muy apropiado. Hay implicado un tercio del presupuesto del proyecto final, 15.000 euros nos hemos gastado en esta primera fase que han sido 400 fotografías y la página web. Empezamos en ello en junio del año pasado, la fotógrafa se instaló en la sala de exposiciones del certamen de dibujo, va haciendo las fotografías de toda la obra de Gregorio y hasta diciembre hizo toda la postproducción. Así que el trabajo en sí ha durado ocho meses.
Además, la web ha incorporado venta on line...
Sí, para vender merchandising. En la pandemia a través de las redes sociales nos llegaron muchas peticiones de lugares como Estados Unidos o Finlandia. Así que ahora hemos aprovechado para eso. También en la web hemos hecho la parte biográfica de Gregorio Prieto, con textos muy resumidos y todo muy visual, y la parte del inventario que aún no se puede ver por parte del visitante, pero hemos subido ya 260 obras con su ficha técnica y la fotografía de gran calidad, y hemos incorporado el archivo. E incorporaremos una sección de noticias.
¿Cuál es la importancia de todas estas acciones para difundir la obra de Gregorio Prieto?
Es muy importante porque está conectado con las redes sociales. Cuelgas algo en Instagram y esa ventana hace que alguien nos busque y entre en la página web. Tener una web atractiva, bonita, ágil, hace que alguien que entre y se pueda crear esa sinergia. Nos fijamos mucho en el Museo Van Gogh, o el Museo del Prado, o la Fundación Juan March, y gran parte de nuestra influencia viene del Museo Van Gogh, que es un museo pequeñito, moderno, visual, y pensamos que seguro que le hubiera gustado a Gregorio. Por eso creo que la web es un escaparate en el sentido más positivo del término porque también pensamos que cuando alguien está planeando un viaje y de repente ver algo así atractivo, le puede hacer pensar en visitarnos.
¿Valdepeñas es consciente de lo que hay aquí?
No sabría qué decir porque desde que estoy como director no he visto el museo abierto, con lo cual, mi relación con los valdepeñeros es bastante limitada. Supongo que en Valdepeñas habrá una mayoría de personas que no conoce la institución porque es algo que nos pasa a todos. Como está ahí, ya iré, o fui una vez que me llevaron mis padres y ya iré, pero no vuelves porque pasas todos los días por aquí. Tengo esa sensación a raíz de lo que me cuentan las compañeras. Creo que eso también pasará con el resto de museos que hay en Valdepeñas. Son grandes desconocidos porque pasan todos los días por aquí pero al final no los visitan. Esperamos que con la reapertura la gente más mayor vuelva al menos una vez más a visitarlo y la gente más joven venga por primera vez a visitar todo esto que es muy interesante. No es un museo al uso, es un museo monográfico, pero muy particular. Hoy en día todo el mundo es fotógrafo gracias a Instagram y a Tik tok y van a ver que las fotografías de Gregorio Prieto están a punto de cumplir cien años, poniéndose sillas en la cabeza y "haciendo el tonto" hace cien años. Antes de los selfies actuales alguien lo hacía y creo que se puede aprender también de la fotografía de Gregorio en ese sentido. El recorrido que hemos querido crear de su obra es seguir algo que es igual de interesante que su obra artística, que es su vida. Pensar que alguien que nace en Valdepeñas a finales del siglo XIX, veinticinco años después está haciendo una exposición en Groenlandia. Piensas que cómo fue posible pero lo fue.
¿Sería un buen instagramer Gregorio Prieto hoy en día?
Sería un gran instagramer. Sería muy divertido porque en las entrevistas que hay para televisión se le ve en su hábitat natural. Él decía que era tímido y que no le gustaba pero se le ve siempre muy contento de hablar o de imaginar o recrear los recuerdos. Era alguien con mucha creatividad al tiempo que le tenía mucho aprecio a sus recuerdos. Igual que con más de 70 años se pone a hacer collages y pop arts, Instagram le hubiera parecido una herramienta estupenda.
¿Quieres añadir algo más?
Sí, venid todos al museo por favor.