Historia de la familia Gijón en Valdepeñas y su sepultura familiar en la antigua Capilla Santo Cristo de la Piedad

Fueron una de las familias más hacendadas de Valdepeñas, que tradicionalmente es conocido su unión con los Caballería, tal y como vemos en la persona de D. José de la Caballería y Gijón.

Comenzamos a tener noticias de ellos procedentes de Villarrubia de los Ojos, a raíz de D. Juan Antonio Gijón que estuvo emparentado con el regidor de Villarrubia y caballero Calatravo, D. José Antonio Pantaleón Sánchez Gijón y que más adelante hablaremos más detalladamente.

Tenemos datos referentes sobre la rama que se fue a vivir a Valdepeñas, formado por D. Cristóbal Gijón y Dña. María Muñoz de la Fuente Calero (esta de la villa de Almagro), quienes contrajeron matrimonio en Valdepeñas el 9 de mayo de 1698. Tuvieron como hijos a D. Juan Antonio Gijón y Muñoz, que se fue a vivir a Valdepeñas de forma definitiva partiendo la rama Gijón y González de la de Villarrubia, siendo Caballero hidalgo Calatravo, y a mediados del siglo XVIII es el ganadero más rico de la misma, poseyendo 206 cabezas de ganado vacuno, y el mayor ganado lanar, además de 600 fanegas de tierra, 7 pares de bestias de labor, 60 yeguas y 8 sirvientes de labor fijos, siendo también gran cosechero de vino, con una de las mejores uvas de 40300 vides de primera calidad según el Catastro de Ensenada de 1752.

Otro hijo fue Dña Manuela Rosa Gijón y Muñoz, que también se hospedó en Valdepeñas, gran propietaria que disponía de 7 bestias de labor, con toros colorados Jijona. Aparte de ello, era también propietaria de un molino de agua denominado "El Palomar", dentro de la Ribera del Jabalón y que producía según el Catastro de 1752, 25 fanegas anuales de trigo, cuyo molino aún existía en el siglo XIX.

Siguiendo con D. Juan Antonio, vemos a través del concejo de la Mesta, la relación de un pleito entre la villa de Torre de Juan Abad con el citado concejo, por una certificación de una disputa entre D. Fernando Vicente de Borja y el Concejo de la Mesta, y otros caballeros ribariegos, sobre la posesión de los pastos de la dehesa de los Hitos, sita en el término de la villa de la Torre de Juan Abad, y propiedad de la Encomienda Mayor de Castilla, que por entonces poseía el Infante D.Felipe.

En 1739 el arrendamiento de la dehesa de los Hitos correspondía a D. Fernando de Borja, caballero de Santiago y hermano de la Mesta, ganadero y residente en Madrid. Pero cuando salió a subasta pública y pregonado para que se enterasen todos los ganaderos, D. Fernando no lo hizo, por lo que no se presentó quedando en posesión de los terrenos Lides y Cantaora a D. Juan Antonio Gijón, que por entonces ostentaba el cargo de alcalde de Valdepeñas, y otros ganaderos que estaban con él tenían sus propios repartos. Al final D. Fernando de Borja interpuso apelación y consiguió rectificar para sí el reparto de terrenos que cayeron a las manos del señor Gijón y de otros ganaderos(1).

Hizo de mecenas en el remate del retablo del Santo Cristo de la Piedad en 1747, bajo el deseo de un devoto ferviente, el cual no se cita nombre, contratando a un maestro dorador, Juan García Menor, vecino de Daimiel. Aquí podemos hacer un apunte ¿Es posible que D. Juan Gijón y el misterioso devoto formaran parte de la antigua cofradía del Santo Cristo de la Piedad creada en torno a 1680? Lo dejamos para futura investigación en los archivos diocesanos.

Este hombre Hidalgo tuvo un hijo con su mujer, Mariana (Ortiz) Mota, llamado D. Juan Antonio Gijón y Mota, que sabemos que en el año 1765 se realizó un informe de Autos y hechos en el concejo a instancia de D. Juan Antonio Gijón y Mota, sobre la tasación de los pastos de la dehesas de la villa de Valdepeñas y de los baldíos comunales, cabida de ganados a ellos que entendió en virtud de la Comisión del Consejo al licenciado Tomás Pérez Caballero, abogado de la villa de Villanueva de los Infantes(2).

D. Juan Antonio Gijón y Muñoz lo vemos aparecer también en un documento(3) del año 1767, que nos indica que rechazó una oferta de un puesto municipal reservado solo a los de su clase social, ya que era noble Hidalgo, debido a que sufría de achaques por contar con más de setenta años de edad, mandando que lo deliberen en la reunión del consistorio.

La muerte de D. Juan Antonio Gijón y Muñoz al final se produciría el 19 de septiembre de 1769, dando poder a su mujer de sus pertenencias y herencia y la petición de más de dos mil misas rezadas por su alma, dejando por albaceas a su hijo D.Juan Antonio Gijón, a D. Juan Bailón Morales, conde de Cabezuela y a D. Francisco de Cañas y Silba y Castilla, cuyos herederos fueron, D. Juan Antonio, Dña Elena Josefa y Dña Mariana Teresa Gijón y Mota, hijos del finado. En su entierro estuvieron presentes los Religiosos de la Comunidad Trinitaria y el Cabildo Eclesiástico de San Pedro, siendo sepultado en la capilla Santo Cristo de la Piedad en tumba familiar, junto con una blasonada de caballero hidalgo calatravo(4).

Pocos años más tarde se produce el deceso de su hijo, D. Juan Antonio Gijón y Mota, el 17 de diciembre de 1772, sepultandose junto a su padre, por disposición de su madre, acompañado por los Trinitarios y el Cabildo de San Pedro, mandando por su alma tres mil misas rezadas(5).

Vemos en otro documento del año 1773, el pago de las rentas por el disfrute por parte de Mariana Mota , ya viuda, en el lugar de la dehesa denominado Moratalaz(6). Esta señora moriría el 24 de febrero de 1775, no testando por ser muerte repentina y sepultandose en la misma capilla por deseo de sus hijas, (7).

El 11 de octubre de 1777, se menciona como administrador de bienes de la familia Gijón, D. José de la Caballería y Rosales, esposo de Dña Mariana Gijón y Mota, junto con su hermana Dña Elena Josefa Gijón (8).

Dña Elena Josefa Gijón moriría soltera y sin descendencia el 17 de diciembre de 1790, enterrandose en el camposanto del Santo Cristo de la Misericordia, acudiendo los religiosos Trinitarios y el Cabildo de San Pedro(9). Entre las pertenencias que tenía esta señora podemos ver diversos objetos en la casa morada calle Gijón, estando en ella diversos muebles , camas o un relicario de San Ignacio de Loyola. De los terrenos que poseía, estaban diversas viñas y pedazos de terreno repartidos por los caminos de Daimiel, Cominar, Los Llanos, Argamasilla, Enmedio, Almagro, Dehesa Nueva, Blanquillo, Horneros, de la Torre, Trebolar, Valpeñoso y San Carlos del Valle(10).

LA CASTA JIJONA DEL TORO BRAVO EN LA VILLA DE VALDEPEÑAS Y EL ORIGEN DE LA RAMA FAMILIAR.

Se le llama así a una casta de toros bravos de tez colorada rojiza y según crónicas, difíciles de torear. La familia Gijón tomaría el rumbo de criar ganado vacuno a partir del siglo XVII, por un lado para el consumo de su carne pero por otro para la lidia, tradición que va gestándose comúnmente en una evolución del rejoneo, en la España de ese siglo, como un modelo de entretenimiento.

El origen de esta casta no se sabe con certeza, pero en el estudio que hicieron Candelas y Cecilio y del que seguiremos en parte de este último compás de este artículo (11), podemos retrotraernos hacia principios del siglo XVII en la villa de Villarrubia de los Ojos. En 1645 aparece el primer dato que confirma que la vacada Jijona estaba siendo importante en dicha población, en el que generaba problemas al Duque de Hijar, siendo perteneciente a un descendiente de D. Juan Gijón y Salcedo, provocando dichos toros bravos y difíciles de controlar, problemas con las tierras de la villa de Villarrubia.

Aparece asimismo un tal D. Francisco Gijón, cuyo nacimiento tuvo lugar hacia 1602, y de esta es la que va a devenir la rama que se asentará en Valdepeñas. Contrajo matrimonio con Isabel González, quienes tuvieron a D. Pedro Gijón González, que a su vez lo hizo con Dña. María Ortega Moya a mediados del siglo XVII. Este hombre fue denunciado por vender toros bravos en 1650 a un vecino de Tembleque, sin haberlo declarado para evitar el impuesto de las Alcabalas.

La descendencia continúa con Pedro Gijón González Ortega que se casaría con Juana Sánchez Gijón, ésta perteneciente a otro tronco familiar Sanchez-Gijón de Villarrubia.

Tuvieron como hijo legítimo a D. Cristóbal Gijón González, que se bautizó en la iglesia de Santa María de la Asunción de Villarrubia el 4 de agosto de 1669(12). Se casó en Valdepeñas con María Muñoz de la Fuente y Calero, antes citado. Este hombre del que parte el linaje hidalgo Gijón en Valdepeñas muere joven en Villarrubia, el 24 de julio de 1700, dejando dos hijos, D. Juan Antonio y Dña. Manuela Rosa Gijón y Muñoz (13).

De la casta Jijona de la ganadería familiar junto con Villarrubia, que en total de la familia en 1736 contaba con 369 cabezas que en 1743 la incrementó a 546, en 1752 posee en la Vega del Jabalón particularmente D. Juan Antonio Gijón, 206 cabezas de ganado vacuno, lo que nos indica la importancia del toro bravo en la corte española del siglo XVIII.

Por entonces un familiar del mismo valdepeñero, D. José Antonio Pantaleón Sánchez Gijón, tendría una ganadería que formaría parte del rejoneo taurino de España, mencionandose como propietario de venta de toros bravos con gran potencial comercial. D. José Antonio Pantaleón lo vemos en un documento que para probar su linaje hidalgo y entrar como Caballero Calatravo, demuestra ser hijo D. José Sánchez Gijón y de Dña. Josefa Torres, siendo biznieto a su vez de D. Pedro Gijón y de Dña. María Ortega, al igual que lo era D. Juan Gijón y Muñoz por la rama Valdepeñera(14).

La hija de D. Juan Antonio Gijón, Dña. Elena Josefa Gijón, estuvo en la fiesta taurina sexta del 1 de julio del año 1776, que con divisa azul, sacó cuatro toros de su ganadería para ser toreados en la plaza de la Puerta de Alcalá, en Madrid, siendo la primera vez que lo hizo allí(15).

El final de esta ganadería Jijona en Valdepeñas, como se sabe por otros trabajos, tras la muerte de Dña. Elena Josefa Gijón, en 1790, se extingue dicha res y diez años más tarde lo haría por parte de la familia de Villarrubia. Con el devenir del tiempo, hubo prohibiciones en el siglo XIX de poder realizar corridas taurinas, lo que obligaría a ciertas familias que vivían de ello vender sus ganados vacunos diseñados para la lidia.

Esos toros bravos de Colorado encendido como cita Brotóns, y cuyo hierro estaba formado por una flor de lis rindiendo homenaje a la Orden de Calatrava, y en el que varios integrantes de dicha familia se conoce que fueron Caballeros Calatravos, que en la rama valdepeñera se demuestra su relación a ella y su enterramiento en la capilla del Santo Cristo de la Piedad, lugar en el que por excelencia descansaban los restos de caballeros de diverso linaje hidalgo de Valdepeñas, y que los Gijón serian uno de ellos.

Conclusión.

A través de este trabajo y siguiendo la línea de investigación que en su momento hicieron varios trabajos previos de los enterramientos en la capilla Santo Cristo de la Piedad(16), podemos ver que de diverso linaje hidalgo valdepeñero, en el actual estudio, los Gijón se enterraron en ella, demostrando también su pertenencia a la Orden de Calatrava.

Esta capilla se sabe su relación con la citada Orden pues diversas familias de alta alcurnia se sepultaban en ella, como las familias documentadas de los Estrada, Los Muñoz y/o su compuesto con la de la Fuente, De la Torre, Castellanos, pudiendose ampliar en futuros trabajos de investigación a través de una búsqueda realizada sistemáticamente en el archivo parroquial de la Asunción de Valdepeñas con familias de Los Molina y parentesco con Recuero, Caravantes, y personajes con apellidos como Cabreros, Patón, Martín Caro Cejudo, Perea o los De la Cruz.

Notas.

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(1). Archivo Histórico Nacional, (AHN). Consejo de la Mesta, legajo 206 expediente 16.

(2). (AHN). Consejo de Castilla, legajo 27174, expediente 4.

(3). Archivo Municipal Valdepeñas, (AMV). Fondo Vasco, caja 5, Real Provisión de Carlos III, año de 1767.

(4). Archivo Parroquial Valdepeñas, (APV). Libro de Colecturía y misas de difuntos, n°4 1757-1769, folio 293 y n°5 1765-1779, folio 90.

(5). (APV). Libro de Colecturía y misas de difuntos, n°5 1765-1779, folio 169v.

(6). (AMV). Fondo Vasco, caja 5, pagos de rentas de la viuda de D. Juan Gijón y Muñoz.

(7).(APV). Libro de Colecturía y misas de difuntos, n°5 1765-1779, folio 215.

(8). (AMV). Fondo Vasco, caja 5 Régimen e imposiciones de Censos. Existe otro documento en el mismo archivo dónde se cita que D. José de la Caballería y Rosales es hijosdalgo notorio de diferentes ramas de familias ascendientes suyas, ver Informe de la Familia y Genealogía de los Caballería, Fondo Vasco caja 14 carpetilla 47.

(9). (APV). Libro de Colecturía y misas de difuntos n°7 folios 91 y 91v.

(10). (AMV). Fondo Vasco, caja 4, Bienes de Doña Elena Josefa Gijón año 1790.

(11). Linaje de los primeros criadores de toros Jijones, Candelas Naranjo y González y Cecilio Naranjo y González, Fuenlabrada 2010, pág 6-9.

(12). Archivo parroquial Villarrubia de los Ojos, (APVO). Libro de Bautismo n°5 1660-1670, folio 135.

(13). (APVO). Libro de difuntos n° 3 1684-1727, folio 101.

(14). (AHN). O.M Religiosos Calatrava, expediente 2369.

(15). Apuntes Históricos de Valdepeñas, Antonio Brotóns Sánchez, año 1998, pág.173.

(16). Baste mencionar los trabajos realizados en; Epigrafía Heráldica en la Iglesia Ntra Sra de la Asunción de Valdepeñas, Cuadernos de Estudios Manchegos n°34, año 2009 Francisco José Cerceda Cañizares y Delia García Mateo; Linajes y Blasones de la provincia de C. Real, Carlos Parrilla Alcaide y Miguel Parrilla Nieto, 2008; y Influencia y Poder de la Orden de Calatrava en la Villa de Valdepeñas en el siglo XVII, en revista Órdenes Militares 2014 Verónica Mena Álvarez.

Fotografías.

1) Antigua casa de los Caballería Gijón en la calle Pintor Mendoza, hoy día inexistente, lugar donde estuvo hospedado el rey Fernando VII el miércoles Santo del año 1823.

(2) Situación de la entrada Sur de la capilla del Santo Cristo de la Piedad, iglesia Asunción Valdepeñas a principios siglo XX.

3) Página de la defunción de D. Juan Gijón y Muñoz, caballero Calatravo.

4) Página de la defunción de Dña. Mariana Mota, mujer de D. Juan Gijón.