Después de 20 meses de pandemia, los días de Adviento llegan con nuestros anhelos de esperanza y nos acercan a una nueva Navidad que llega a una sociedad herida, mucho más pobre, frágil y vulnerable. Son ya 11 millones de personas las que se encuentran en una situación de exclusión social en España, lo que va dejando una profunda huella de desesperanza y de incertidumbre con graves consecuencias para las condiciones de vida y los niveles de integración social de las personas y las familias.
El desempleo y la precarización del mercado laboral reduce las posibilidades de acceder a un trabajo decente, estable y sostenible para garantizar el consumo, el acceso y mantenimiento a una vivienda y los suministros, situación que ya afecta al 24% de hogares en España. Otros bienes de primera necesidad también se ven comprometidos por esta carencia (alimentación, salud, vestido o transporte) mientras que en este tiempo de Navidad las cifras de consumo se disparan en una sociedad digitalizada que excluye a quienes no disponen de conexión suficiente o de un dispositivo conectado a la red y de habilidades para manejarse en estas nuevas autopistas, lo que supone una pérdida de oportunidades para acceder al empleo, la educación, las ayudas públicas o las propias relaciones sociales.
Pero, a pesar de todo esto, la Navidad llega como lo que es. El tiempo favorable en el que Dios se hace presente en medio de nuestra historia para igualarse a nosotros como lo que somos, hombres y mujeres, humanidad y barro, fragilidad y posibilidad.
La propuesta concreta que hacemos para toda nuestra diócesis, es la de ofrecer ayudas económicas, para que las personas y familias que acompañamos, puedan tener la libertad de hacer su compra como la realizamos cualquiera de nosotros. Que puedan tener la capacidad de elegir, dónde quieren comprar y qué quieren comprar, según criterios de proximidad, de abaratamiento, de salud, etc., y sin ser señalado ni estigmatizado por su situación.
¡GRACIAS A TI PUEDEN ELEGIR!
Con esta forma de hacer llegar las ayudas y sin dejar el trabajo educativo, el acompañamiento y el seguimiento familiar, estamos promoviendo la autonomía y corresponsabilidad de las personas, respetando su capacidad de elección, haciéndoles más responsables en el hábito de administrar el presupuesto familiar y priorizar sus gastos, todo ello a la vez que incentivamos la economía local de barrios y pueblos.
En definitiva, una oportunidad para que las personas en situación de exclusión o vulnerabilidad social, se incorporen a la normalidad de la vida.
ESTA NAVIDAD CADA PORTAL IMPORTA
En este portal no hay ni mula ni buey, pero hay familias que no llegan a fin de mes. Hoy, como hace más de 2000 años, Dios sigue naciendo en el corazón de cada persona y espera ser acogido en el pesebre de nuestras pobrezas y anhelos, en el portal de nuestras casas y de nuestros sueños. Esta Navidad Dios vuelve a hacerse niño para mostrarnos que al igual que un recién nacido, solo podemos sobrevivir vinculados y conectados unos a otros.
En esta Navidad no queremos dejarnos absorber por las prisas, los encuentros, las compras y los festejos. Queremos celebrar y agradecer, queremos anunciar buenas noticias, esas que nos ensanchan el corazón, nos llenan la cara de sonrisa y nos hablan de la bondad que vive alojada en cada persona.
Te invitamos a formar parte de nuestra historia común, de esta Navidad del 2021, en la que podemos construir una sociedad con sabor a fraternidad, en la que aprendamos a mirar a los demás como personas, dignas de los mismos derechos humanos y de la misma capacidad de amar y de ser amadas.
Recordad y mirad a vuestro alrededor porque “Cada portal importa” y porque muy cerca de nosotros puede haber gente sufriendo en silencio. Hagamos entre todos que en estas fechas tan entrañables nos sintamos hermanos. Por ello hacemos un llamamiento a la interpelación personal: ¿Qué puertas tengo que abrir para dejar entrar el amor y la esperanza a mi vida? ¿Quiénes están llamando hoy a mi puerta, a las puertas de los portales que frecuento, y qué me quieren decir? ¿Con quiénes estoy dispuesto a sentarme a cenar, a escuchar, a acompañar?
Además, también hacemos un llamamiento a la solidaridad. La campaña de Navidad es, junto al Día de Caridad una de las dos ocasiones del año en las que Cáritas lanza a toda la sociedad una invitación expresa a la colaboración económica para sostener el trabajo de lucha contra la pobreza. La colaboración privada es uno de los pilares que permiten a Cáritas desarrollar su misión y ofrecer oportunidades de vida digna a millones de personas en situación de gran vulnerabilidad dentro y fuera de nuestro país.