Un grupo de jóvenes "se colaron" en la madrugada del sábado al domingo en una vivienda del barrio de Fátima de Valdepeñas. Lo hicieron por el tejado, provocando su derrumbe. Se trata de una vivienda en alquiler aunque ahora se encuentra deshabitada. Así lo ha denunciado la familia propietaria del inmueble, que se ha puesto en contacto con este medio de comunicación, tras tener conocimiento de los hechos y poner la correspondiente denuncia ante la policía.
Según la familia, "este miércoles nos llamó una vecina para avisarnos de que el tejado se había hundido, así que fui a la casa y me di cuenta de que las puertas estaban todas abiertas, cuando siempre las dejamos cerradas, la del patio estaba abierta, y la de la calle estaba entreabierta porque salieron por ella y no la cerraron bien". Además, había muchas servilletas tiradas en el suelo de la vivienda, así como vómitos en el baño. También estaba abierta la caja de los contadores de la luz y el agua, ya que, seguramente los "supuestos okupas" hurgarían para ver si había luz en la casa.
Se da la circunstancia de que la mayoría de casas que hay aledañas a esta vivienda también están deshabitadas, por lo que los jóvenes entrarían por alguna de estas viviendas y a través del tejado se colaron en el inmueble, provocando, con su peso, el hundimiento del mismo.
Además, la familia tiene constancia de que fueron un grupo de jóvenes, cuatro o cinco chicos y chicas, porque un vecino los vio salir el domingo en torno a las doce del mediodía por la puerta principal de la vivienda y se montaron en un coche que había aparcado en la puerta, un Citröen C5 de color gris.
"El vecino dijo que los vio salir tan tranquilos, con una cosa redonda grande, y se subieron en el coche, pero él pensó que serían familiares nuestros que habían venido a visitar la casa y por eso no dijo nada, porque le pareció normal", señala la familia.
Esa "cosa redonda grande" que se llevaron los jóvenes es un soporte de un brasero antiguo. Una de las pocas cosas que había en la casa, ya que está sin muebles y completamente vacía. Lo único que hay es un baúl con ropa que, según la familia, también lo abrieron y estuvieron registrando lo que había. "Pero por lo demás no se llevaron nada más porque no hay nada en la casa", apuntan.
Tampoco había restos de vasos, ni botellas, sólamente servilletas tiradas en el suelo, por lo que los "supuestos okupas" se afanaron en limpiar lo que hubiera, a excepción de los vómitos.
Además, desde la familia nos cuentan que tienen constancia, por parte de más vecinos y de la policía, que ha habido más casos similares en el barrio. "Esa misma noche entraron en una vivienda, que también está deshabitada, en la calle Norte, le pegaron una patada a la puerta, según nos han dicho, y entraron; parece ser, según nos ha dicho la policía, que como está prohibido hacer botellón, ahora se están poniendo de moda estas prácticas", añaden.
El allanamiento de morada es un delito consistente en la entrada o permanencia en morada ajena en contra de la voluntad del morador. Está regulado en el artículo 202 del Código Penal y tiene por objeto proteger el derecho a la inviolabilidad del domicilio.
Hay que recordar que el artículo 18 de la Constitución determina la inviolabilidad del domicilio. Por tanto, nadie puede entrar en la morada de otra persona o en el domicilio de una persona jurídica sin su consentimiento o la preceptiva orden judicial.