San Lorenzo fue desde el siglo XIV Patrón de Valdepeñas, motivado por la epidemia de la peste negra que surgió en esta fecha, en la que los valdepeñeros se encomendaron al Santo y se salvaron muchas vidas y a la vez se consiguió frenar de raíz esta plaga. Desde entonces y hasta principios del siglo XVIII fue el santo Patrón de la ciudad, hasta que se impuso el relevo de este título en el de la Virgen de Consolación de Aberturas, debido a la devoción que el pueblo tenía en ella.
BREVE HISTORIA DE SAN LORENZO, EN LA IGLESIA DE LA ASUNCIÓN DE VALDEPEÑAS
En la nave menor de la iglesia de la Asunción llamada de San Lorenzo, en la parte este de la iglesia en consonancia con el altar mayor, se encontraba el retablo dedicado al Santo Patrón de Valdepeñas, el segundo en importancia artística y eclesiástica. Durante su historia tuvo dos retablos el primero en estilo barroco, con dos cuerpos y columnas salomónicas a los lados, tenía cuatro lienzos al óleo, con varias imágenes de la vida del santo mártir: dando limosnas, ante el tirano Valeriano I, azotado y quemado. El altar se coronaba con una ornamentación con diversos motivos policromados con pan de oro. El retablo sufrió restauración en la fecha aproximada de 1747, pero no se sabe mucho de ello. En 1790 se colocó otro retablo de estilo neoclásico. Estaba compuesto por tres cuerpos, con varios temas de la vida de varios santos y los lienzos sobre la vida de San Lorenzo. Dicho retablo fue destruido durante nuestra contienda.
Se sabe que y se puede ver aún en una hornacina en la parte de arriba de la Puerta de Umbría de la Iglesia de la Asunción, la imagen de San Lorenzo en piedra hace poco colocada, así como la vidriera de San Lorenzo junto a la parrilla, que le llevó a la muerte en la parte norte de la Iglesia de la Asunción y la nave con su nombre, columnas en ella con capitel en forma de parrilla.
BREVE HISTORIA SOBRE SAN LORENZO
Durante la persecución de los cristianos bajo el mandato del Emperador Valeriano I en el 258 de nuestra era, muchos sacerdotes y obispos fueron condenados a muerte. El Papa Sixto II fue una de las primeras víctimas, fue crucificado el 6 de agosto. Tras la muerte del Papa, el prefecto de Roma ordenó a Lorenzo que entregara las riquezas de la Iglesia.
Lorenzo pidió tres días para poder recolectarlas, pero distribuyó la mayor cantidad posible de propiedades a los pobres. Al tercer día, compareció ante el prefecto, y le presentó a los pobres, a los discapacitados, los ciegos y a los mendicideros, y le dijo que ésos eran los verdaderos tesoros de la Iglesia.
San Lorenzo fue quemado vivo en una parrilla, cerca del campo de Verano en Roma, el 10 de agosto de se mismo año. La leyenda afirma que en medio del martirio, dijo en latín traducido al español: “Asado está, parece, gíralo y cómelo’). Su santo se celebra el 10 de agosto, día en el cual recibió su martirio.
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