La valdepeñera Raquel Rubio celebra su noveno aniversario al frente del centro de psicología que lleva su nombre. Por tal motivo, hemos hablado con ella en esta entrevista en la que hace balance de estos nueve años y analiza cómo ha cambiado el concepto de ir al psicólogo o el perfil de sus pacientes. Además, no quiere perder la oportunidad de dar las gracias por la confianza que han depositado en ella durante todo este tiempo hasta convertir este centro en un referente en la localidad y en la comarca.
¿Cómo surgió montar tu propio centro de psicología?
Surgió porque siempre había tenido en mente hacer algún proyecto que fuera mío. Me gustaba la idea del negocio pero no sabía qué hacer. Y llegó un momento en el que decidí hacer lo que se me daba bien. Es verdad que llevaba tiempo formándome en mi carrera e hice un Máster en Psicología Clínica durante varios años y decidí montar el centro hace ya nueve años.
¿Cómo ha ido cambiando en estos nueve años el centro y los servicios que ofreces?
Ha ido cambiando sobre todo la concepción que se tiene del psicólogo. Antes se veía más como un tabú y como algo que no se quería compartir ni con familiares ni amigos. Y ahora es muy curioso cómo casi todo el mundo quiere compartirlo con los demás. Existe una mayor concienciación del cuidado de la salud mental.
Otras cosas que han cambiado es que antes realizaba más talleres grupales pero conforme ha ido aumentando mi volumen de trabajo he tenido que descartar eso para poder dedicarme a la clínica.
¿Qué balance puedes hacer de todo este tiempo?
Es un balance súper bueno. De hecho, me siento súper querida, con muy buen reconocimiento, la gente siempre me lo agradece, recibo muchos mensajes de agradecimiento, así que muy bien. Lo volvería a hacer, indudablemente.
¿Has preparado algo especial para celebrar este noveno aniversario?
Este año, no. Sí que es verdad que en el cuarto aniversario de la clínica preparé una fiesta donde invité a la gente que venía a la consulta y tengo pensamiento de volver a hacerlo, si las condiciones lo permiten, para el décimo aniversario.
¿Y el perfil de la gente que ha venido en estos años por aquí ha cambiado?
Sí. Es verdad que había y sigue habiendo mucha gente de mediana edad, 30, 40 y 50 años, pero ahora se han incorporado mucho los jóvenes. Vienen muchos, concienciados de querer cambiar determinadas cosas, desde 15 ó 17 hasta los 20 ó 25, con mucha más concienciación de querer hacer un cambio en su vida desde ya. Algo que me parece súper interesante porque crearemos una sociedad mucho más concienciada de muchas cuestiones que no se habían tenido en cuenta y que les funcionará mucho mejor la vida a largo plazo si hacen la terapia tan temprano.
En este último año de la pandemia, ¿han venido muchos casos relacionados con ella?
Sí. De hecho, ha habido un aumento del volumen de trabajo. Yo me he sentido y me sigo sintiendo un poco desbordada porque no doy para tanto. Pero sí es verdad que ha habido mucho jaleo con el tema del Covid. Ha habido una evolución realmente. Al principio la gente venía con mucho miedo, luego con un proceso de ansiedad generalizada o con variantes de la ansiedad como hipocondrías, muy preocupados por su salud, independientemente de que fuera por Covid o no. También venían muchos casos obsesivo-compulsivos, depresiones.... Luego ha ido variando hasta final de año, donde empecé a ver más estado depresivos, gente muy cansada, agobiada con tantas restricciones, de no poder hacer otras cosas y de no poder hacer la vida normal. Y a principios de año se empezó a ver un poco de luz con la vacunación. Además, con el tema de las vacunas ha venido mucha gente con miedo. Pero es verdad que ahora estamos en un punto en el que la gente viene porque quiere trabajar cosas personales de su vida que lleva arrastrando y que el Covid ha hecho que se hayan dado cuenta y que no pueden seguir así porque tiene que haber un cambio ya que somos efímeros y porque todo el mundo hemos sentido el miedo a la muerte. Y es como quiero cambiar mi vida, quiero cambiar algunas cuestiones que he venido arrastrando, pero ya no tanto por miedo al Covid.
Imagino que tendrás algunas anécdotas en estos nueve años...
Sí, he tenido bastantes anécdotas, unas mejores y otras peores. Tuve una anécdota de un hombre que vino y me dijo que no creía en los psicólogos y que no me iba a pagar la sesión. Lo invité a irse y ya está. Y luego he tenido otras anécdotas muy chulas por ejemplo relacionadas con el tema del Covid. Puse un cristal en mi mesa, tengo una distancia mayor con los pacientes y me decían al principio que querían estar más cerca de mí. De hecho, a día de hoy hay alguien que me pregunta si no me puede dar un abrazo de verdad. Es normal porque en mi trabajo hay un trato muy humano. Lo intento hacer así, humanizar mucho e intentar entender a la gente que viene. Así que es verdad que al final necesitamos el contacto porque somos humanos. Y una cosa que me gusta mucho de trabajo es que igual que ellos aprenden de mí, yo también aprendo de ellos, siempre me enseñan cosas.
¿De qué manera puedes dar las gracias a toda la gente que te ha apoyado en estos años?
Dar las gracias sobre todo por la confianza que han depositado en mí. Gracias porque al final el que viene por aquí es muy valiente y al menos se plantea hacer cambios en su vida para poder llevar una vida mejor. Así que les doy las gracias porque al cabo de los años me han seguido recomendando y han generado esa buena imagen de mí porque sé y siento a día de hoy que la tengo.
¿Tienes algún proyecto nuevo de cara al futuro?
Sí que tengo un proyecto que me gustaría desarrollar dentro de un año o un par de años pero que todavía no quiero desvelar.
¿Y un mensaje final de aniversario de resumen de estos años y de proyección para el futuro?
Sobre todo dar las gracias por la confianza y que, independientemente de los problemas que tengamos cada uno, hay que intentar ver que la psicología es una ciencia que funciona, muy lentamente pero funciona. Y es verdad que intentaré dar siempre lo mejor de mí, no sólo como profesional, sino como la persona humana que intento siempre transmitir a las personas que vienen por aquí.