Hace alrededor de un año que Palmira Peláez lleva ejerciendo como presidenta de la asociación Orisos. Un año que ha sido diferente debido a la pandemia de coronavirus pero en el que Orisos ha llevado a cabo diferentes proyectos. Entre ellos cabe destacar el más importante de todos, el de investigación y catalogación de las cuevas de Valdepeñas, que estará listo para final de año pero en el que todavía queda mucho por hacer y que continuará en el tiempo. Con él están consiguiendo crear la conciencia de que las cuevas son un valor que hay que preservar y con ello se resume también la importancia de los dos pilares de la labor de Orisos, la investigación y la divulgación. De todo ello hablamos con su presidenta.
¿Qué balance puedes hacer de este último año?
Teniendo en cuenta que ha sido un año muy raro por el coronavirus, lo empezamos bien, con un ciclo de conferencias distinto, que incluyó la presentación de un disco y de un libro, la presentación de la revista de Orisos y una conferencia sobre las pinturas de la capilla del Convento in situ, que tuvo mucho éxito. Quedó una conferencia pendiente de Eva María Jesús, que quedó aplazada por la pandemia. Y todo se paralizó aunque nosotros seguimos trabajando porque el tema de la investigación es algo que hacemos todos los miembros de la asociación. Y el otro pilar importante de nuestra asociación, que es la divulgación y la difusión, se quedó parado.
Por otro lado, el Ayuntamiento organizó unas conferencias virtuales y Orisos participó, con lo que activamos un poco la difusión de nuestras investigaciones.
En verano hemos empezado otra vez con pequeñas actividades, teníamos programada otra con el Ayuntamiento, que era una gymkana con niños en el Cerro de las Cabezas, que tuvimos que cancelar también.
Y ahora lo que estamos haciendo es difusión a través de medios como la Cadena Ser o El Eco de Valdepeñas, donde vamos a empezar muy pronto.
¿Cuál es la importancia de la labor que lleva a cabo Orisos?
Son dos pilares muy importantes, no sólo la investigación y sacar del olvido ciertos temas, sino también la difusión. Creemos que es tan importante el investigar como el difundirlo. Por los años que tenemos y el lugar donde trabajamos, estamos cansados de ver trabajos que han sido buenísimos y que han quedado en un cajón y no se difunden. Ese es el fallo de la investigación. Cualquier tema, ya sea de historia o de lo que sea, no se trata sólo de investigarlo sino luego de difundirlo. Eso es lo que nosotros pretendemos, es fundamental la difusión.
¿Tenéis fácil lo de investigar? ¿Hay documentos y material en Valdepeñas?
Sí, hay mucho material. Y nuestra especialista en archivos, que es Verónica Mena, está encantada con todo lo que hay. Fácil, fácil, tampoco es porque es un poco incompatible el horario profesional con el horario de archivos y documentación. Ahora empieza a estar todo digitalizado y eso es un punto a nuestro favor porque lo puedes hacer a cualquier hora, que es como trabajamos los investigadores, y luego se puede hacer también sin ningún coste económico. Si se investiga aquí en Valdepeñas es fácil trasladarte al archivo pero cuando quieres investigar en un archivo de fuera tienes que hacer una serie de desplazamientos, lo que ocasiona ciertos gastos. Por eso siempre hemos dicho que la investigación está muy bien pero es un poco cara.
¿Cómo va el proyecto de las cuevas?
Tenemos a tres compañeros que están inmersos en ese proyecto y están sacando muchas cosas a la luz, muchas cuevas que se creían olvidadas y no lo están. Otras que no se sabía de su existencia y se está comprobando que están ahí. Y lo que se está consiguiendo es una conciencia de que las cuevas son un valor que vale la pena preservar. Hubo unos años, con el boom inmobiliario, en los que lo único que se ha pensado era en tirar las casas con cueva y hacer subterráneos para plazas de garaje, y ahora sin embargo se intenta mantener y preservar como un bien cultural, un bien histórico y un bien social para disfrutar todos.
¿Sobre cuántas cuevas puede haber en Valdepeñas?
Hay autores anteriores que hablaban de 500 aunque ahora mismo no podemos dar aún una cifra porque hay muchas que se han perdido con los años. Pero estamos hablando de un trabajo que va a ser muy importante cuando esté hecho, cuando ese catálogo se pueda disfrutar. E incluso cabe la posibilidad de que muchas de ellas se puedan hacer visitables no con una gran afluencia de gente, pero sí con grupos pequeños. Hay muchos propietarios que están dispuestos a enseñarlas porque las consideran un valor y algo de lo que pueden hacer partícipe a toda la población.
¿Para cuándo estaría ese trabajo listo?
Tiene que estar para finales de año con una especie de memoria que se va a hacer. Pero es un trabajo que va a continuar porque ahora mismo hay catalogado una cuarta parte de la población. Del total de lo que hay tienen relativamente poco. Es verdad que han empezado por una zona de Valdepeñas en la que más cuevas hay y luego a lo mejor hay otras zonas, como el Nuevo Valdepeñas, donde no hay tantas. Pero todavía les queda muchas zonas de Valdepeñas por revisar e investigar.
¿Qué curiosidades os estáis encontrando en este estudio de las cuevas?
Hay anécdotas todos los días, desde la cueva a la que tienen que bajar a gatas porque ha desaparecido la escalera o porque está en unas condiciones difíciles. Luego hay alguna cueva que la tiene la familia propietaria como si fuera un museo etnográfico. Además, hay una compañera que le tiene un terror espantoso a las telarañas y tiene que pasar antes un compañero para quitarlas. O luego hay cuevas con dos niveles, que son cosas para verlas in situ. Es algo espectacular. Todos los días cuentan alguna anécdota de las cuevas. Y sobre todo, tienen una sensación de que están haciendo algo que va a pervivir y que están concienciando de que son un bien que merece la pena que hay que proteger.
¿Tenéis más proyectos?
Son proyectos más pequeños. Tenemos un proyecto que vamos a presentar el próximo mes en un congreso. Es un proyecto sobre un documental del NO-DO que es muy popular ya que todos los años cuando llegan las Fiestas del Vino se difunde por las redes. Se hizo en el año 1958 sobre la fiesta de la vendimia. Y luego tenemos otro proyecto sobre un blog en el que contamos retazos y curiosidades de nuestra historia.