jueves, 25 de abril de 2024, 08:22

Artículo de opinión

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Uno por desgracia no elige tener ningún tipo de enfermedad (y menos una rara). Yo nací sana pero con 13 años mi vida cambió por completo ya que los dolores constantes en la cabeza provocaron mi odisea con los médicos. Me detectaron un tumor en la cabeza en Valdepeñas el cuál no supieron abordar en su momento y me mandaron a un especialista a Albacete, que sin pruebas ningunas y con muy poco tacto me dijo a mí y a mi madre que me iba a quedar, después de la operación, vegetal. Lo que hizo que para mi familia fuera el peor día de nuestra vida, y tomamos la decisión de ir a la Clínica Universitaria ese mismo día (claro está con el dinero como aliado para salvar mi vida, algo muy injusto). Al estar más de 9 años siendo vista por ginecólogos en vez de endocrinos, en la operación de Pamplona me tuvieron que quitar la hipófisis por completo, lo que desencadenó una medicación de por vida, pero todo valía ya que yo estaba como siempre. Fui la tercera operada por la nariz sin entaponar lo que hizo que yo gracias a Dios no tuviera ninguna marca visible.


Pero mi gran suplicio comienza cuando empiezo a ponerme mala y los médicos empezaron a verme como un número de la seguridad social, y no interesarse por mí.


Todo iba más o menos normal hasta el 1 de septiembre, que por el estrés de los estudios, la medicación me jugó una mala pasada y el lunes 7 de septiembre fui a urgencias a las 12:00 del mediodía con mucho dolor de cabeza, hinchada y con una semana sin apenas dormir, lo que me llevó a ver las limitaciones de los médicos y su poco interés por mi situación.


Gracias a la vida había una médica amiga mía que se interesó por mi situación y lo que ella no sabía me preguntaba. Gracias a su intervención pudieron descubrir que mis dolores eran por tener el sodio muy bajo, lo que me hizo pasar 4 días en el hospital, donde tanto médicos como ATS fueron buenos.


Todo iba bien, hasta que mi endocrina quiso que cambiara el medicamento que me había dado problemas, por unas pastillas, (que nunca me fueron bien), pero al no tener tiempo no se dio cuenta de que eran de otro tipo de pastillas que no se pueden partir, lo que me llevó que no me hicieran efecto ese mismo jueves que me dieron el alta, a ponerme malísima ya que el medicamento es para el control de orina, una secuela de la operación fue una diabetes insípida (lo que provocó estar toda la noche en el baño y que tomara más de litro y medio de agua, lo que me causó que mi cuerpo se deshidratara (falta total de saliva) y mucho dolor en los riñones, (no podía ir al baño).


Gracias a que tomé la decisión de tomarme mi medicación antigua, el cuerpo se estabilizó pero estaba con muchísimo dolor, lo que me llevó el viernes por la noche a ir a urgencias, explicándole mi situación al médico de dentro de urgencias y del dolor que llevaba comenzó a caérseme las lágrimas, el médico que no se interesó para nada en mi situación, a más de 3 metros de distancia mí, tomó la decisión de que yo no tenía síntomas ningunos y me llevó la corriente como si no tuviera otra cosa que ir a perder el tiempo a urgencias.


Más de 3 horas para nada, la sangre estaba perfecta claro, no llevaba ni 24 horas fuera del hospital, la orina tardó un poco más porque no podía. Es muy duro estar mala tumbada en una camilla nerviosa del dolor y que se rían de ti en el silencio de urgencias.


Después de más de 3 horas sin que me miraran como debieran los enfermeros y un médico se metieron en su cuarto de descanso, más de 15 minutos, dejando olvidados a los enfermos. Cuando uno trabaja tiene que respetar eso y más en un hospital están tratando con personas, no con cosas.


Un hombre se cansó, se arrancó la vía y se marchó, no tardó ni un minuto en salir un enfermero cuando le pedí que me bajara la camilla para ir al baño y le dije que un enfermo se había escapado. Se le cambió la cara y corriendo se puso a limpiarlo y salió una enfermera corriendo a tomarme la tensión, le llevé al médico muy poca orina y lo único que me dijo fue que era normal ¡claro cómo no!, pero que había un 70% de algo raro, sin ir a analizarlo.  Le pidió un cultivo para la médica de cabecera (otros 10 días de espera) y me dijo palabras textuales siendo médico, eso va a ser infección de orina (cuando hace más de 20 años que no he tenido ni tenía ningún síntoma de eso). Interés nulo y nada profesional el del médico. En 5 minutos estaba en la calle malísima pero huyendo de allí.


Llevo 16 años con esta enfermedad, que es parte ya de mí, y a pesar de las limitaciones puedo hacer mi vida normal, pero lo que me parece triste es que tú luches por vivir cada día y un médico (si se llama médico) te pueda matar por falta de interés. No es justo. Hay más personas que me entenderán porque están viviendo una situación parecida, sólo pido un trato justo, que se interesen por mi salud y la de los demás en mi misma situación. Comprendo que cada vez están saliendo más enfermedades pero para eso está la formación permanente de un médico, sumado al interés por sus pacientes. Y teniendo la seguridad social me parece muy fuerte que se tenga que pagar porque no hay médicos competentes, sin interés por el enfermo y falta de empatía.