Qué decir o escribir. No es fácil en estos momentos cuando ya se ha dicho casi todo lo tocante a las reivindicaciones agrarias y ganaderas de los últimos meses y sus justas demandas. Como no puede ser de otra forma, nuestras letras de hoy serán tendenciosas y tomarán partido sin dudar. Independientemente de que a unos les agraden más que a otros. Nuestra vocación siempre fue incuestionable, las raíces la ganadería y la silvicultura, que tanto da.
Las diez principales reivindicaciones de los agricultores y ganaderos expuestas en estos días son como siguen:
1º-Falta de precios justos. 2. Subida de los costes de producción. 3. Recortes en las ayudas. 4. Barreras comerciales. 5. Empoderamiento de los agricultores y ganaderos. 6. Reto climático. 7. Control de la fauna salvaje. 8. Reglamentación en ciclos cortos de producción, productos de proximidad y etiquetado en origen. 9. Freno a la especulación con los productos agrarios. 10. Reivindicación del papel vertebrador de la agricultura y ganadería frente al despoblamiento y los problemas ambientales y territoriales.
Diez medidas que desgranadas en su totalidad, suponen un reto de responsabilidad para cualquier Gobierno que se precie y que quiera mantener los pueblos, conservar la vida en ellos, gestionar el entorno con eficiencia y sostenibilidad evitando su abandono y desertización.
Como se podía lograr esto? Es una realidad que Europa esta fatigada de financiar como segundo capítulo más importante de sus gastos, el destinado a la Política Agraria Común,- PAC. Todos los productos agrícolas aquí financiados pueden y se encuentran a precios más baratos en los mercados libres y foráneos, no porque allí sean mejores agricultores, sino porque sus costos de producción están a la mitad dado el ritmo de sus economías.
También es una realidad que, el mal llamado Tercer Mundo, solo dispone en gran parte de producción agrícola como herramienta/mercadería. Continuando dicha nomenclatura, el Primer Mundo tiene el deber de comprar sus productos a fin de que esos Países se desarrollen. A cambio y, como todo es mercado, también Occidente les dotará de modernidad y bienes de equipo para su desarrollo logrando con ello un Orbe más equilibrado y justo. Esto serían las buenas intenciones además de una realidad no menos tangible.
Pero, qué hacemos con los agricultores de todo Occidente. Es sostenible el gasto empleado para producir lo que ahí afuera.- está demostrado.- se adquiere por menos. Puede la Soberanía Alimentaria de un País o Continente depender exclusivamente de terceros para su alimentación o debe seguir subsidiando como lo ha hecho hasta ahora a sus agricultores y ganaderos incapaces de competir con esas otras donde los inputs de producción no llegan a la mitad? Demasiadas interrogantes para responderlas en un par de folios.
Que se haya comprobado, hasta ahora, el Gobierno solo ha vislumbrado el esbozo de una ley que prohíba la compra de productos agrarios por debajo de los costos de producción y, determinadas facilidades fiscales para jóvenes. Sin embargo, algo parece que se mueve entre bastidores para dar forma a lo que hasta ahora se ha venido en llamar agricultor y ganadero- “Genuino”-. Suena bien la música, veremos en breve si la letra acompaña estos hilvanes de lo que en adelante puede ser la nueva redistribución de la recortada PAC que se nos viene. Mantener el número de agricultores y ganaderos sí, pero primando a los que se comprometan.
Qué debería hacerse? Consideramos qué una revisión en profundidad del dinero de la PAC es necesario. No conviene olvidar que son impuestos de todos los ciudadanos europeos y sus países que, cada vez pagan de peor grado cuando son escasamente la mitad de estos países los beneficiados por tener más tejido agrario en sus sociedades. Seguir apostando por producir cantidad debe ser el objetivo? Creemos seriamente que no. Estamos comprobando donde nos llevan las superproducciones: Esquilmación de los suelos, agotamiento de los recursos, contaminación, etc. Apostar por una Ley de Cadena Alimentaria sana debe ser el reto. Cuando se barajan unos recortes de la PAC de un 20 % en los próximos años o quizá más, es imprescindible una nueva redistribución de la misma no en base a la producción como se hiciera antaño sino primando la creación de puestos de trabajo cuya fijación del individuo en los pueblos garantice la sostenibilidad de los mismos así como la explotación de sus recursos en armonía con el medio ambiente. Ello contribuiría a sostener la sangría de esa España vaciada que cada día más es un clamor.
En la actualidad, comer para subsistir no parece importarle a una sociedad tecnológica como la de hoy, ello también; porque las despensas están llenas. Nos preguntamos, si la humanidad pudiera padecer una escasez atemporal de alimentos para así tomar verdadera conciencia de la importancia de los mismos. El ciudadano debe no solo apoyar sino proteger a sus agricultores y ganaderos, estos son el puntal más elemental de una sociedad y su seguridad alimentaria. La aportación y la creación de riqueza en los pueblos no se tienen en cuenta ni se valora el mundo rural cuando son estos los que dan verdadera vida a los mismos. La rentabilidad de los verdaderos profesionales no debe estar en cuestión, sí, sus prácticas con el medio que nos sostiene a todos: la Tierra. La supervivencia del mundo rural como garantía alimentaria nunca debiera cuestionarse. Las gentes del agro seremos críticos con aquellos políticos que se desvíen de esta trayectoria, no importará tanto el color ni las siglas.
También podíamos alegar dado el día que nos ocupa y, porque escrito está: Que no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra o disposición que sale de la boca del Señor.
Paco Ortega.