A las 17 horas del pasado 2 de febrero la vida consagrada de Valdepeñas (Hermanitas de los Ancianos Desamparados, Trinitarios, Madres Agustinas, Hijas de la Natividad de María, Familia eclesial Hogar de Nazaret y Salesianas) se reunieron en la Residencia de las Hermanitas para dar gracias a Dios por su vocación con el rezo de las vísperas y una preciosa convivencia fraterna, llena de vida.
Quieren ser testigos de esperanza en medio de un mundo sufriente, como dice el lema de esta Jornada, y desde las distintas vocaciones y formas de servicio que representan cada uno de los grupos antes mencionados, quieren seguir anunciando que merece la pena seguir a un DIOS que está vivo y presente en todo lugar y época, siendo instrumentos de su AMOR y llevándolo a todos los rincones de la tierra y del corazón humano.
Desean ser fieles al sueño que Dios tiene sobre cada uno de ellos saliendo a su encuentro con la luz de la fe, la fuerza de la esperanza y el fuego del amor que el Padre enciende en sus corazones cada día. Que el Dios de la Vida siga enviando buenas y santas vocaciones a su Iglesia.