El carnaval es casi una religión en La Solana. Ni siquiera los años más duros del franquismo pudieron con él durante la prohibición. Una especie de trance se adueña del pueblo, convirtiendo sus calles en un hervidero de gente disfrazada. Máscaras, murgas y peñas de toda calaña conquistan el ambiente con un torrente de parodias realmente fantástico. Mientras, las panaderías se afanan en preparar miles de ‘viejas’, un dulce de lo más exclusivo en esos días.
Hay razones sólidas y fundadas para que el carnaval solanero adquiera un rango oficial del que, extrañamente, no goza. “Tenemos que luchar porque nuestro carnaval sea declarado de interés turístico regional”, ha confirmado el concejal de Festejos, Luis Romero de Ávila. De hecho, ya se está trabajando en ello, y moviendo los hilos necesarios.
“Todos tenemos que poner nuestro grano de arena, empezando por las peñas”, señala. Asegura que La Solana tiene un crisol difícil de igualar en este sentido y se siente respaldado por ellas. “Es un honor ser concejal de La Solana porque las peñas se entregan”. Y está seguro que para lograr este objetivo cuenta con su apoyo.
El concejal se muestra optimista. Cree que hay evidencias sobradas para que la petición acabe teniendo éxito. “El carnaval que tenemos en La Solana y su máscara callejera no la tiene prácticamente nadie”. “Es una fiesta que vivimos, queremos, es nuestra historia y lo llevamos muy dentro”.
La concejalía está reuniendo documentación para organizar el dossier y se está apoyando en el Cronista Oficial de la Villa, Paulino Sánchez, que se ha ofrecido gustoso en todo lo que pueda ayudar. De momento, el Área de Festejos anunciará pronto la tradicional reunión con las peñas para organizar el próximo carnaval, y de paso dar a conocer los pasos a seguir. “La reunión está prevista y llevamos al menos dos meses trabajando ya en el próximo carnaval”, dijo el concejal. “Se está preparando los pliegos correspondientes para las orquestas y la carpa de la plaza.
Luis Romero de Ávila no oculta que esta declaración oficial es un reto para él. “Antes de terminar mi andadura política en el Ayuntamiento me gustaría que el carnaval tuviera esa declaración”.