El Teatro Auditorio Municipal Francisco Nieva acogerá este viernes 15 de noviembre a las 21:00 horas la obra de teatro 'Jauría', basada en el juicio de La Manada. Una obra que tiene el poder de despertar conciencias y que analiza el conocido caso de La Manada pero también profundiza en el problema social que existe en torno al abuso sexual o al histórico movimiento feminista que vivimos actualmente. Dirigida por Miguel del Arco, está interpretada por Pablo Béjar, Fran Cantos, María Hervás, Ignacio Mateos, Javier Mora y Martiño Rivas. Con éste último hablamos en esta entrevista.
Estaréis el viernes en Valdepeñas con 'Jauría'. ¿Qué es 'Jauría'?
Es una función que se encuadra en el género del teatro-documento, que está ligado a hechos históricos, en este caso, el juicio de La Manada. Y el texto está formado por transcripciones de los testimonios que se dan durante el juicio.
¿Cómo ha logrado plasmar la obra de teatro todo lo que ocurrió en el juicio de La Manada?
Creo que pretende cubrirlo con mucho rigor y desde un punto de vista humano. Ha abundado mucho la información o desinformación en torno a este caso. A quien le haya interesado ha podido ver horas y horas de cobertura de este caso en los magacines de la mañana y la mayoría de las veces desde un punto de vista bastante sensacionalista, en la línea de los tabloides o de prensa amarilla, y creo que esta función contribuye a abordar el tema a través de otro prisma y poniéndole alma. Es mucho más fácil de comprender lo que sucedió cuando lo ves, cuando lo oyes de viva voz, cuando hay personas de carne y hueso habitándolo y poniéndole voz a esas palabras que cuando nos llega la información de una forma más aséptica, más fría, como puede ser a través también de los periódicos más serios o de magazines de la mañana.
¿Qué mensaje intenta transmitir esta obra de teatro?
Intenta arrojar un poco de luz sobre lo que sucedió ahí no sólo quedándose en este caso en concreto. Estamos viendo en los últimos tiempos que éste no ha sido un caso aislado, se están reproduciendo crímenes similares de esta naturaleza, y creo que pretende abordar la existencia de lo que se podría llamar un mal endémico e intentar comprender cómo puede suceder esto.
¿Qué significa para Martiño Rivas formar parte de 'Jauría'?
Personalmente a nivel humano he notado un mayor enriquecimiento por la temática, por el clima que se genera en la compañía de compromiso, de necesidad de compartir esto, que es una historia que merecía ser contada, porque el teatro tiene que ser también un espacio para la reflexión, para observar aquellas cosas que suceden en la sociedad. No sólo tiene que ir de princesas y guerreros del Renacimiento. Es un género distinto, muy ligado a la actualidad y eso siempre es un reto. En este caso nos embarcamos en el proyecto con mucha determinación y mucho convencimiento de que esta historia merecía ser puesta en escena y con la convicción de que aquello que no se nombra, no existe. Creíamos que teníamos que seguir indagando en este mal, en por qué se produce, analizar también la masculinidad tóxica, también habla de una concepción bastante distorsionada que tenemos de la fiesta en este país... Si te sientas en tu butaca con la voluntad de estar abierto y de recibir no sólo a nivel informativo, sino a nivel emocional también, intentar descifrar qué sucedió, por qué sucede, y por qué estas cinco personas que han sido condenadas no tienen conciencia de que hubiesen hecho nada mal... Merecía la pena estudiar este caso.
Imagino que habrá sido duro para los actores meteros en la piel de estas cinco personas...
Sí, uno de los peligros de esta función es que acaba eclipsando a los demás elementos que intervienen en el caso. Nosotros hacemos de tres personajes. María (Hervás) hace de la víctima y de la fiscal. Y cada uno de nosotros hacemos de los miembros de La Manada, de los abogados de la defensa y de los jueces de la audiencia provincial de Navarra, del Tribunal Supremo y del Superior de Justicia, que están determinando, según el Código Penal, cuál es la sentencia que se ajusta más a los hechos. Se cubren todos los estamentos que intervienen en el proceso y creo que por eso a nivel informativo es interesante porque funciona como una especie de reportaje periodístico también.
¿Cómo ha sido poneros a las órdenes de Miguel del Arco?
Miguel es una de las personas más inteligentes que conozco, con más talento y con mucha sensibilidad. Si había alguien autorizado para abordar este tema, que es un material sensible y que en las manos equivocadas podría generar aún más desinformación que contribuir a esclarecer los hechos y por qué suceden estas cosas, tenía que ser Miguel, que ha hecho un trabajo estupendo y era una garantía tanto por él, por su personalidad, como por toda su trayectoria, por su bagaje profesional. Era una garantía de que lo iba a abordar con rigor y que se iba a meter en el tema de lleno, no lo iba a tomar a la ligera. Sabíamos de su compromiso y certeza de que había que contribuir a mejorar esta situación.
¿Por qué no nos podemos perder esta obra de teatro?
No es que no te la puedes perder, pero es una oportunidad para reflexionar. Muchas veces no sólo es necesario aprender sino desaprender y para eso tienes que cuestionarte cosas que das por sentadas y cosas que están totalmente naturalizadas. Muchas veces lo normal debería ser anormal. Y éste es uno de esos casos, que estamos en un momento histórico, donde el movimiento feminista está viviendo un auge, está teniendo una voz fuerte en la calle y ésta es una oportunidad para aquellos escépticos para que reflexionen por qué hay estas reivindicaciones que consideran tan legítimas y si verdaderamente deberíamos cuestionarnos nuestras pautas de comportamiento. Esta función tiene el poder de despertar conciencias.