viernes, 19 de abril de 2024, 09:46

Marta Torcal: "La muerte hay que tratarla como lo que es, como un proceso más de la vida"

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081118 VA MARTA TORCAL UNIDAD CUIDADOS PALIATIVOS


La Organización Mundial de la Salud define los Cuidados Paliativos como "el enfoque que mejora la calidad de vida de pacientes y familias que se enfrentan a los problemas asociados con enfermedades amenazantes para la vida, a través de la prevención y alivio del sufrimiento, por medio de la identificación temprana y la impecable evaluación y tratamiento del dolor y otros problemas físicos, psicosociales y espirituales". Este jueves Café con Letras acoge una conferencia bajo el título '¿Hablamos de la muerte?', que corre a cargo, precisamente, de las tres personas responsables de la Unidad de Cuidados Paliativos de Valdepeñas y Manzanares, Rosario Melero, psicóloga, Nuria Nieto, enfermera, y Marta Torcal, médico. Con esta última hemos hablado para saber un poco más acerca del funcionamiento de la Unidad de Cuidados Paliativos y para acercarnos a la muerte, un tema tabú en nuestra sociedad.


¿Qué es la Unidad de Cuidados Paliativos de Valdepeñas?


La Unidad de Cuidados Paliativos de Valdepeñas es una unidad que se creó a finales de diciembre del año pasado. Está compuesta por tres compañeras, Nuria, que es la enfermera, Rosi, que es la psicóloga, y yo, que soy la médico. Básicamente nos encargamos del cuidado de las personas y de las familias que tienen una enfermedad grave avanzada, que es incurable y que sabemos que va a evolucionar.


Este recurso se prestaba hace años, se suprimió y ahora se ha vuelto a recuperar. ¿Cómo veis vosotros que se haya puesto en funcionamiento? ¿Era necesario?


La verdad es que era un recurso era totalmente necesario. Nosotras llevamos la zona de Valdepeñas y Manzanares, que es una zona con mucha dispersión geográfica. Antiguamente venían las compañeras de Ciudad Real y, si ya para nosotras nos viene grande porque tenemos muchos kilómetros de por medio, imagínate viniendo desde allí.


¿Cómo es un día normal en la Unidad de Cuidados Paliativos?


Llegamos por la mañana al despacho, que está en el Hospital de Valdepeñas. Planificamos las rutas semanales para ir un día de la semana a cada zona pero antes de ir a ver a los pacientes revisamos las incidencias por si han tenido que llamar a su médico por si ha habido alguna urgencia, revisamos los teléfonos por si ha habido alguna llamada de algún familiar, y en función de cómo se encuentren los pacientes, hay veces que respetamos las rutas preestablecidas o hay otras veces que tenemos que modificarlas porque surge alguna necesidad.


¿Cuántas personas están usando ahora mismo este recurso?


Tenemos entre 75 y 80 pacientes entre Valdepeñas y Manzanares.


¿Cómo es esa forma de enfrentarse a la muerte por parte de estas personas?


Normalmente son pacientes que tienen un pronóstico nefasto a corto plazo, por ejemplo seis o doce meses o algunos incluso menos. Cada uno lo afronta dependiendo de lo que se haya trabajado con ellos antes porque esto son procesos. Cuanto antes nos derivan a los pacientes, más posibilidades tenemos de trabajar con ellos y mejor mueren.


¿Cómo es vuestra forma de trabajar con ellos? ¿Cómo se prepara a alguien ante el momento de la muerte?


Cada paciente y familia son diferentes. Para nosotros es fundamental que los pacientes tengan un buen soporte familiar y un cuidador familiar porque si no, es complicado trabajar con ellos. Pero en general vamos viendo la evolución de la enfermedad, vamos viendo los síntomas que surgen, no sólo físicos, sino psicológicos, espirituales, sociales incluso. Intentamos resolver los problemas que vayan surgiendo. 


¿También trabajáis entonces con las familias?


Sí, claro, las familias suponen un apoyo fundamental porque muchas veces son pacientes que han pasado por muchas especialidades, nunca han tenido un médico de referencia y contar con un equipo al que saben que pueden llamar, con el que tienen línea directa con nosotros sin pasar por ninguna centralita, para cualquier problema saben que estamos ahí. Así que somos muy bien acogidas.


¿Y qué pasa cuando hay niños de por medio?


Nos preocupa el tema de los niños mucho porque es algo que se intenta esconder mucho más en los niños y ellos tienen recursos más que suficientes para afrontar eso. Lo que sí es cierto es que hay que explicárselo y tratarlo como lo que es, como un proceso más de la vida. Por ejemplo, mi hija que tiene diez años ha vivido la muerte de mi padre cuando ella tenía tres años, vivió la muerte de su bisabuela y la vio en el tanatorio, y la verdad es que no tiene ningún miedo frente a la muerte. Le he preguntado también si ha pensado en el tema de la muerte y dice que cuando una persona está muerta no puede sentir nada.


¿Cómo surgió dar la conferencia en Café con Letras?


Somos un equipo joven e inquieto. Existe un tabú enorme acerca del tema de la muerte en el sentido de hablar de la muerte, a la gente le cuesta muchísimo hablar de ello. Y un día que íbamos en el coche, que es prácticamente nuestra oficina, surgió la idea. Pensamos que podría estar bien organizar una tertulia y hablar sobre la muerte. Como sabíamos que en Café con Letras se celebran diversas actividades, pensamos en proponerlo. Y así surgió.


¿De qué vais a hablar en esta conferencia?


Nuestra intención es no hablar. Queremos hacer una introducción sobre qué es la muerte, dar algunos datos y alentar a la gente a que expresen ellos, que hablen de las experiencias que han tenido, qué piensan que es la muerte, los miedos, todo desde el respeto a las opiniones de todo el mundo para abrir la tertulia y que la gente pueda expresarse.


¿Por qué ese tabú que hay hacia la muerte?


La cosa ha cambiado un montón porque hace 40 ó 50 años la gente moría en casa rodeada de la familia e incluso los niños veían morir a los familiares, así que cuando se hacían adultos no pillaba tan de sorpresa el tema de la muerte. Pero hoy en día en esta sociedad en la que prima la juventud y la belleza, en la que no gusta envejecer, la muerte se esconde. Por eso es un tabú, porque no estamos acostumbrados a ello.


¿Cómo invitarías a la gente a que vaya a la conferencia en Café con Letras?


Creo que no hace falta invitarlos porque hemos recibido muchas llamadas preguntando si es abierto al público, si hay que reservar, e incluso familiares de pacientes nuestros que han fallecido nos han preguntado si pueden venir.